Alfred Nobel inventó la dinamita en 1866 al mezclar nitroglicerina con kieselguhr humedecido, creando un explosivo seguro y controlable. La dinamita revolucionó la construcción y la minería al permitir la excavación segura de rocas y montañas. El éxito de la dinamita hizo que Nobel se enriqueciera y estableciera los premios Nobel para reconocer logros científicos y humanitarios.