El autobús apestoso estaba triste porque su humo contaminante molestaba a la gente. La maga Colasa llenó un globo mágico con el humo y se lo dio a Don Blas Bus, el jefe de autobuses, como regalo para una fiesta. Cuando Don Blas pinchó el globo, explotó y liberó todo el humo, obligando a los invitados a huir y dejando a Don Blas todo negro.