Este poema describe la noche como una entidad que toca, besa y apasiona al yo poético de muchas maneras diferentes, despertando sus sentidos y emociones más profundos a través de caricias, susurros y la unión de sus cuerpos. La noche se presenta como una amante que lleva al yo lírico a experimentar el éxtasis a través de la pasión y el placer de sus encuentros íntimos.