La pintura mural prehispánica se remonta a culturas mesoamericanas como los mayas y aztecas, quienes decoraban las paredes de sus edificios con escenas religiosas, mitológicas y de la vida cotidiana pintadas con pigmentos naturales. Estas pinturas murales prehispánicas proporcionan valiosa información sobre las creencias y costumbres de estas antiguas civilizaciones.