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La posada del silencio
El texto de hoy
Volveos a mí de todo corazón
Muchas veces nuestra oración silenciosa es sencillamente
volver a nuestro corazón, volver a nuestra interioridad.
Estas horas pueden ser preciosas para comprobar esta
necesidad de volver.
Quizás se nos pida un cambio. Hemos de estar alerta para
ver lo que Dios quiere, para ver cómo nos solicita Dios.
No dejarse sobornar por la superficie que nos aleja de lo
interior. Ser insumisos a los dictados de la exterioridad, y
esto para estar más disponibles, más atentos a la voz
interior.
Hace falta un gesto de rebeldía, de insumisión, “volverse”
del pasado, de las fantasías Volverse para vivir lo que Dios
en esta hora nos regala y nos da.
Volverse atentos, silenciosos, vigilantes.
Volverse del exterior al interior, de las capas superficiales a lo íntimo. Corremos el peligro de quedarnos
en la superficie sin retornar a lo íntimo.
No importa que nuestra oración sea esto, un incesante volver, un incansable volver: “Volveos a mí de
todo corazón”
CÁTEDRA DE TEOLOGÍA EN LA USAL:
“DOMINGO SOTO”. Conferencia titulada: ‘Una
libertad religiosa para todos. Política del miedo e
intolerancia religiosa en el pensamiento de Martha
Nussbaum’
Juan Manuel Almarza Meñica.
Dr en filosofía, Fac. Teológica de San Esteban, Salamanca
LUNES 7 DE ABRIL
A las 20,00, en el edificio histórico de la Usal
SEGUNDA COFERENCIA DE LA CÁTEDRA
EXTRAORDINARIA DOMINGO DE SOTO
Este lunes 7, a las 20 h en el aula Unamuno del edificio histórico el profesor Juan
Manuel Almarza, impartirá la segunda conferencia de la cátedra extraordinaria
Domingo de Soto, titulada: ‘Una libertad religiosa para todos. Política del miedo e
intolerancia religiosa en el pensamiento de Martha Nussbaum’.
La catedra Domingo de Soto está centrada en la investigación y el estudio de temas
religiosos desde su creación en 1976. Su objetivo era desde su creación, ampliar los
intereses de los estudiantes sobre problemas religiosos en el Cristianismo o en la
historia de la humanidad. La catedra es muy apreciada en la ciudad de Salamanca, no
sólo por intelectuales que asisten a sus conferencias, sino por el público en general, ya
que han pasado por ella eminentes intelectuales y teólogos: Joaquín Ruiz-Giménez,
Dámaso Alonso, Francisco Tomás y Valiente, Jon Sobrino, Juan Luis Ruiz de la Peña,
Olegario González de Cardedal, Juan Martín Velasco, Xabier Picaza, Fructuoso Mangas
(Colaborador de Salamanca RTV), Gonzalo Torrente Ballester, Antonio Colinas, así
como profesores de la Universidad de Salamanca.
Doce años después de su última conferencia, retoma de nuevo sus actividades en este
curso 2013 -2104. En el mes de noviembre se impartió la primera conferencia "Libertad,
derechos humanos y libertad religiosa" por Olegario González de Cardedal, catedrático
jubilado de UPSA. Esta segunda conferencia estará dedicada a Martha Nusbaum,
premio Príncipe de Asturias de Ciencia Sociales en el año 2012. Filósofa americana
y una de las pensadoras más destacadas de este momento. Su aportaciones son muy
amplias y de referencia en la intelectualidad, van desde campo de la de la ética a la
filosofía política, el feminismo o el pensamiento grecorromanto. El tema religioso ha
ido paralelo a sus aportaciones en la ética, sobre todo la intolerancia religiosa y la
dignidad humana, como refleja en uno de sus últimos libros, La nueva intolerancia
religiosa. Cómo superar la política del miedo en una época de inseguridad, (en la
editorial Paidós).
Juan Manuel Almarza Meñica, es fraile dominico y Doctor en Filosofía y profesor en
la Facultad de San Esteban, regente de estudios de las Provincias de España, Aragón y
Bética, y director de las Conversaciones de San Esteban. Su catálogo de libros y revistas
en muy numeroso, imposible de citar aquí, pero sus investigaciones se han centrado en
la filosofía política, sobre todo alemana, en autores como Gadamer o Habermas. Pero en
amplia bibliografía aborda temas como el humanismo, la colonización, la filosofía en el
siglo de Oro, el sufrimiento del inocente en F. Dostoievski, la compasión en la política
contemporánea, etc. En la editorial San Esteban ha publicado: “El pensamiento alemán
contemporáneo. Hermenéutica y teoría crítica” (1985); “Hacia una vejez nueva”
(1989); “Bienestar social y desarrollo de los Derechos sociales” (1991).
Juan Antonio Mateos Pérez
FOTOS RETIRO-CONVIVENCIA CUARESMAL
Sábado, 5 de abril de 2014
Dirección: FRAY OCTAVIO SÁNCHEZ UREÑA, OP
Fotos: Isaura Díaz Figueiredo.
COMENTARIO DEL POLÍTICO
ADORACIÓN DEL CORDERO
MÍSTICO DE Van Eyck (1432) EN LA
UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE
SALAMANCA POR NINES MORENO
PLAZA
Mª Ángeles Moreno Plaza
EL LUNES DIA 7 A LAS SEIS DE LA TARDE EN LA UNIVERSIDAD
PONTIFICIA. AULA 31. ENTRADA POR SERRANOS, SE COMENTARÁ
EL CUADRO YA CONOCIDO POR ALGUNOS POR Mª ANGELES
MORENO AQUELLOS QUE ESTEN INTERESADOS ESTAIS
INVITADOS. GRACIAS.
El once de Abril , viernes de dolores, a las
20,00 horas
En el templo de San Juan Bautista, comienza para algunos de
nuestros poetas la Semana Santa en Salamanca. No es fácil
encontrar un acto poético tan cargado de bendiciones y cantos al
Señor. Sintiendo el tesoro , siempre admirable, de una vida
interior que se desarrolla en gracia y plenitud por todo lo que es
noble, puro, fuerte, generoso y autentico. Verónica Amat
RUTA DOMINICANA SUR DE FRANCIA
Por fin, “fumata bianca”. Después del último vaivén de
altas y bajas, hemos llegado al número de personas que
acordamos en la reunión tenida el pasado miércoles. Por
consiguiente, tendrá lugar el viaje programado.De
todos modos, si sabéis de alguien que quiera todavía
apuntarse, puede hacerlo. Tiene de margen hasta finales de
mes.Ya os convocaré a todos los participantes para una
próxima reunión a fin de organizarnos. Gracias a todos los
que estáis haciendo posible el
viaje. Juan Huarte
VIAJE DE LA ESCUELA DE TEOLOGÍA A
LOS LUGARES DOMINICANOS DEL SUR DE
FRANCIA (21 -27 abril 2014) Recordamos a
todos los interesados que urge apuntarse cuanto
antes. La Agencia encargada de organizar el viaje
quiere saber antes del día 20 el número de
participantes para reservar las plazas de los hoteles,
pues están bastante solicitados en esas fechas. Para
cualquier información, dirigirse a la Secretaria de la
Facultad de San Esteban (tlfno: 923 26 19 79) o al P.
Juan Huarte (tlfno: 923 27 30 85).
EL AYUNTAMIIENTO Y LA PARROQUIA SE
MANIFIESTAN PUBLICAMENTE
el: 5/4/2014 13:40:00 Fuente: Besana Villoria
Comunicado oficial sobre el reparto de alimentos desde el BANCO DE ALIMENTOS de
Salamanca
Hemos tenido conocimiento de algunos
comentarios injustos que tanto a nivel de redes sociales de Villoria como a nivel de calle se han vertido
sobre el dinero público que se le ha ofrecido a la persona voluntaria que viene ejerciendo desde hace años,
encargada por la parroquia, la tarea de trasporte y reparto de alimentos desde el BANCO DE
ALIMENTOS de Salamanca a estos pueblos de Babilafuente, Moríñigo, Villoria y Villoruela.
Y por ello queremos manifestar públicamente
PRIMERO: nuestro disgusto por estos comentarios difamantes que hacen mucho daño a personas,
familias e instituciones y atacan y dificultan una tarea tan delicada como ésta de ayuda a familias
necesitadas.
SEGUNDO: nuestra defensa del honor de las distintas personas y familias que prestan voluntariamente
desde hace años esta tarea.
TERCERO: Que las dos instituciones –ayuntamiento y parroquia- consideramos de justicia el aportar
una ayuda a los gastos que esa tarea de trasporte de alimentos genera en las personas que lo realizan. Y
que vamos a seguir haciéndolo, agradecidos en nombre del pueblo y de las familias afectadas de que haya
personas que ofrezcan su tiempo y esfuerzos por esta tarea social tan delicada. Aclaramos que las ayudas
que se vienen dando en concepto de trasporte en absoluto cubren todos los gastos, sobre todo en el
capítulo de vehículos, y además se han empezado a ofrecer después de un tiempo a cargo exclusivo del
voluntario y su familia.
Fdo: Julián Barrera, alcalde
Luis Martín Figuero, párroco
Presentación libro Bernardo en
Pamplona
Presentación del libro "Rutas para el camino. Homenaje a Bernardo Cuesta". El viernes 11 de Abril
a las 18:00 horas en el Colegio Santo Tomás c/Santo Domingo, 43 Pamplona.
OS ESPERAMOS!!!
Felicitamos y oramos por nuestro hermano Fray
Emmanuel Toledo Ramírez, O.P. del Vicariato
General de la Santa Cruz de Puerto Rico,
quien recibió hoy la ordenación diaconal por la imposición de manos de S.E.R. Mons. Roberto O.
González Nieves, O.F.M. Arzobispo Metropolitano de San Juan, en el Convento Nuestra Señora del
Rosario en Bayamón, Puerto Rico. Enhorabuena! Nuestro Padre Domingo continue derramando muchas
gracias para que se enriquezca tu vocación a la Predicación de la Verdad.
La Oración en el huerto y la paz interior
- Fray Julián de Cos, O.P.
Miércoles 2 de abril de 2014
A Jesús le gustaba subir a los montes para orar toda lo noche. ¿Ustedes se lo imaginan?: Subir solos a un
monte al atardecer, buscar un buen lugar desde el que contemplar tranquilamente la belleza del
firmamento, escuchar los susurrantes sonidos de la noche…, y abrir el corazón al Creador. Pasar toda la
noche ahí arriba, arropado por la oscuridad, diciéndole a Dios cuanto se le quiere y sintiendo su suave
amor en el corazón. Y tras contemplar el amanecer y dar gracias por esa maravillosa noche, descender la
montaña.
Eso hacía Jesús a menudo. Pero aquella noche era diferente. Era la víspera de su Pasión. Aquella no era
otra tranquila noche de contemplación, sino una turbulenta noche de angustia. Tenía que asumir lo que se
le venía encima. Y le costaba hacerlo. Deseaba que las cosas fuesen más fáciles. Pero no debía de
cumplirse su deseo, sino el de su Padre.
Y tras un durísimo momento de sangrante sufrimiento interior, aceptó la voluntad del Padre, y llegó la
calma a su corazón. Una calma que no perderá en las horas siguientes en las que será difamado,
maltratado y asesinado. Y ello le llevará a su triunfo absoluto. A la resurrección.
Esta experiencia de Jesús en el huerto, en cierto modo, todos la conocemos. Todos nos hemos tenido que
enfrentar ante una realidad que sabíamos inevitable en nuestro camino cristiano, pero que no nos gustaba
y que nos angustiaba. Y le hemos pedido a Dios, con todas nuestras fuerzas, que nos libre de ese
sufrimiento.
Sabemos que hay personas que saben abrir su corazón a Dios, mostrarle su angustia, llorar de tristeza ante
Él y, al final, aceptar lo inevitable y afrontarlo con calma y llenos de fe. Y conocemos personas que, por
el contrario, no son capaces de aceptar el sufrimiento, aunque sea para alcanzar un gran bien.
¿Qué paz encontramos cuando nos limitamos a hacer nuestra voluntad? ¿Y qué fe tenemos si no somos
capaces de afrontar los momentos difíciles? En la Oración en el Huerto Jesús nos muestra la gran
paradoja del camino cristiano: quien acepta sufrir por el Reino, alcanza la paz interior.
La Alegría del Evangelio, Alegría del Reino
J. Amando Robles
La “alegría del Evangelio“, expresión bien conocida por ser el título de la primera exhortación
apostólica del papa Francisco (24/11/13) en la clausura del Año de la fe, es mucho más que
una expresión feliz de las tantas a las que ya nos tiene habituados este papa en poco más de
un año de su pontificado. Es la expresión de la alegría del Reino. En otras palabras, decir
alegría del Evangelio es decir alegría del Reino, y el Reino es la realización humana por
antonomasia, la más plena y total a la que puede aspirar el ser humano, el tesoro y la perla
que polarizan totalmente a quien los descubre, de modo que en su adquisición empeña todo
su ser, vendiendo literalmente todo lo que tiene por conseguirlos. Y es que no hay realización
superior, y por tanto alegría más grande. Es la alegría de las alegrías, la felicidad por
excelencia. Porque es lo único necesario, lo único que importa. Y no porque en orden
jerárquico moral sea lo más valioso e importante, sino porque en el orden de lo real es
literalmente lo único, lo es todo. En efecto, bien visto, es lo único real, la realidad de la
realidad, y, al ser lo único real, lo es todo.
El Reino es lo que somos y lo que
es todo y, por tanto, algo muy anterior a toda expresión religiosa y, en este sentido, incluso
no religioso. Aquí también se cumple lo que se dice del lenguaje humano, aquello de que el
poema fue antes de la prosa y la creación artística en general o ficción fue antes que la
descripción. El Reino es lo que hemos conocido como experiencia espiritual. Algo
profundamente humano y solamente humano, eso sí, plenamente humano. Tan plena y
totalmente humano, tan plena y totalmente real, que no se puede describir ni conceptualizar,
no se puede representar ni imaginar. Si así fuera, esto supondría que el Reino se puede
conocer como un sujeto conoce un objeto, y no se puede. Solo se puede conocer
experiencialmente, haciendo y viviendo su experiencia. Una experiencia en la que no hay
sujeto y objeto, en la que no hay dualidad, solo unidad, porque la experiencia no solo es
envolvente, lo es todo. De ahí que no se pueda expresar, describir ni conceptualizar, porque
es literalmente inefable. Sólo se puede sugerir, apuntar hacia ello, invitar e incitar a hacer y
vivir su experiencia. Y ello y siempre de manera simbólica. Como hizo Jesús en sus
parábolas. Es bien sabido como Jesús nunca definió o conceptualizó el Reino. No pudo
hacerlo. El simple intento hubiese significado su negación. Y el mismo comportamiento
encontramos en todas las grandes tradiciones espirituales, en todas las verdaderas
espiritualidades, independientemente de las categorías que en cada cual y de acuerdo a su
cultura y/o culturas utilicen para ello.
Las categorías que utilizó Jesús
fueron bien expresivas. Además de la categoría del “Reino“, y de su omnipresencia como
realidad –«el reino está en medio de ustedes»–, fue profundamente alegre, como no podía
ser menos, la manera de anunciarlo, como “evangelio“, es decir, como buena noticia, como
buena nueva. La noticia por excelencia. Porque no hay otra mayor. Y por su naturaleza es
siempre nueva: el Reino como plenitud y totalidad aquí y ahora. Como fue también
profundamente rica la manera de presentarlo como un tesoro y una perla, el tesoro más
grande y más valioso que cabe concebir. Pero quizás resultan más expresivas aun las
categorías que utilizó para expresar su presencia en todos los nichos de la existencia
humana, incluso en aquellos que parecen negarla: en las situaciones de pobreza y de dolor,
de sufrimiento y de atropello. Pensando en los seres humanos haciendo la experiencia del
Reino en esas situaciones dijo y reiteró el “felices“ y “dichosos“ de las Bienaventuranzas:
felices los pobres, felices los que sufren, felices los perseguidos, felices los mansos, los que
lloran,…, felices, felices. Y pudo enseñar también: al que te golpee en una mejilla ofrécele la
otra, al que te pida la túnica dale también el manto, si alguien te obliga a llevar la carga
llévasela el doble más lejos, dale al que te pida algo, preferentemente si no te lo puede
devolver, ama a tus enemigos y ora a Dios por quien te persigue. Y si actúan así, felices,
dichosos, felices. Un mundo verdaderamente nuevo y realmente al revés.
Este fue el gran tesoro que él descubrió, la gran perla que encontró y compró. Y desde que
los descubrió esta fue su vida y su enseñanza. No tuvo otra ocupación ni misión. Y esta fue
su alegría, la del Reino. Y es que la alegría del Evangelio no es otra que la alegría del Reino,
y esta la alegría de la realización plena y total aquí y ahora, en toda situación por inhumana
que sea. La única alegría capaz de anunciar y construir un mundo nuevo porque lo trae
dentro, en su experiencia, bajo la forma de muerte al ego, gratuidad plena y total, y servicio
incondicional a todos y a todo. Seres duales como somos pero llamados a la unidad, se nos
abren dos caminos de realización humana y social: el que parte de nuestro ser interesado,
dual, egocentrado, que no es verdadera realización; y el que parte del ser unitario,
trascendente y pleno que también somos o, más bien, que realmente somos. La alegría del
Evangelio es la nota de este segundo camino, la nota del Reino, de la posibilidad de la
realización humana plena y total aquí y ahora.
Domenico Fetti (h. 1589-1623) Parábolas de la dracma perdida y la perla preciosa
A VUELTAS CON DIOS (VI)
Juan Antonio Mateos Pérez
Tenemos que terminar estas largas reflexiones que nunca agotan el misterio y el
acercamiento a Dios. Ayer subrayábamos con E. Schillebechx, que la revelación es una
experiencia expresada con palabras; es acción salvífica de Dios, en cuanto
experimentada y expresada por el hombre. Así tenemos dos elementos, uno Dios que
crea y se manifiesta al hombre; y este ser creado, limitado, es libre en todas sus
dimensiones para aceptar esa llamada. Este Dios, siguiendo a Mardones[1], se repliega,
parte a un país lejano, se esconde, es un Dios escondido o ausente. Esta es una
necesidad, para desarrollar no sólo la libertad del creyente, sino del no creyente. Es un
ocultamiento presente, un silencio que habla. Dios es una realidad misteriosa, que
interpela al hombre. Dios no suprime su misterio en el acto de revelación. La
revelación consiste, en que Dios manifiesta el misterio oculto[2].
Así empieza el evangelio de Juan, A Dios nadie lo vio jamás (Jn 1, 18), incluso
en esa cercanía al hombre en la encarnación, sigue siendo un Dios escondido. Nos lo
recuerda también Juan, no que alguno haya visto al Padre, sino sólo el que está en Dios
ése ha visto al Padre (Jn 6, 46). En Isaías encontramos, que en verdad tú eres un Dios
escondido, el Dios de Israel, Salvador (Is 45, 15). Como no recordar a San Juan de la
Cruz: Una sola palabra tenía Dios para decirnos, y esta palabra es Jesucristo, y Dios
la pronuncia en el eterno silencio. Y es en el silencio donde ha de ser escuchada por el
alma. En esta línea se manifiesta Nicolás de Cusa, así como Pascal y el cardenal
Newman, como un diálogo con el Dios oculto. Este Dios se revela ocultándose. Dios se
retira, para hacer espacio al hombre. Así Dios no es necesario para explicar el mundo. Si
con la Ilustración accedimos a la mayoría de edad, según los presupuestos kantianos.
Con el Dios ausente, llegamos también a la madurez en la fe. Es, como decía Pablo,
sabiduría para los cristianos.
Un Dios que se oculta en la cruz de Jesucristo, y en esta debilidad se manifiesta
su grandeza (2 Cor 12, 9). Un Dios que ha entregado el orden del mundo al ser humano
y que lo ha confiado a su responsabilidad. Un Dios que se despoja de su poder a favor
de la autonomía del mundo y del ser humano. La cruz de Jesús, no nos libra del mal,
pero es una llamada para mantenernos en el orden del bien.
La cruz de Jesús, es ofrenda de la propia vida ante un Dios, que, a pesar de toda
su incomprensibilidad, se reconoce como mayor y más grande que la propia voluntad, y
por consiguiente como medida de lo humano[3]. Partiendo de esa confianza en Dios,
incluso en el sin sentido y el sufrimiento. Recuerda Levinas, sólo se puede exigir ese
desvelamiento, el hombre que ha reconocido al Dios velado. Es el hombre que ha
cuestionado a Dios, como Job, que a pesar de todo mantiene la pregunta y la justicia de
Dios. Ese desvelar su rostro, esa afirmación radical de amar la Torah más que a Dios,
hace referencia a la responsabilidad del hombre, a que son necesarias instituciones
justas. A quedarse en el piso de abajo, como nos proponía el bueno de Don Antonio
Machado. Mantener la esperanza de las víctimas, es una forma de mantener la
pregunta por Dios, en cualquier tipo de pensamiento. Para Levinas, lo previo a todo
discurso religioso, no es el diálogo, es decir al prójimo, “aquí me tienes”, que es
anunciar la paz y el amor. El infinito, se ordena al prójimo, es un a-Dios, no un discurso
sobre Dios, sino un estar, siempre frágil cara a cara con otro hombre. Cada una de las
víctimas de la historia está en ese sufrimiento, donde ellas denuncian la responsabilidad
no atendida, la solidaridad no afrontada[4]. Después de Auschwitz, los cristianos sólo
podemos ir con las víctimas de la historia[5]. Wiesel se recordaba a sí mismo que
“Auschwitz es lo más recóndito del misterio de Dios”[6]. Las víctimas del pasado ya no
pueden hacer teología. Están muertos y no pueden hablar. Tenemos que encender en el
pasado la chispa de la esperanza, tenemos una cita secreta con las víctimas de la
historia, nos apuntaba, no sin razón, Benjamín[7]. En todo discurso sobre Dios,
debemos recordar su pasión, su dolor, su clamor[8], su memoria passionis.
Benjamin subraya esa violencia conceptual que atraviesa la existencia humana,
también la política, que ha organizado la vida con la idea de progreso. La visión
progresista de la historia, está convencida que el mañana será mejor que el presente y
que el pasado. En esta idea de progreso poco importan las bajas del proceso, pues sólo
son el costo del progreso. Las bajas de las historia, son los vencidos, los frustrados en
sus esperanzas y aspiraciones, los ofendidos y humillados por los baremos valorativos
impuestos por los vencedores. De esta línea del pensamiento desmarca Benjamin. Un
pensamiento y una praxis, que considera la violencia como un accidente del “costo
social”, pues la regla es el progreso. Ahí están los derechos humanos, el Estado de
Derecho, las correcciones a los excesos del mercado. Pero los oprimidos no conocen
más que un “Estado de excepción”.
Benjamin propone otra forma de ver las cosas, mirar con los ojos de su “Angelus
Novus”. Frente a esa historia que recorre un tiempo homogéneo y vacío, que no tiene
ojos para las víctimas, y sustituirlo con un tiempo pleno. Para empezar haciendo
“memoria”. Esta no es cualquier recuerdo es ver el mundo con los ojos de las víctimas.
Es hacer presente las preguntas no respondidas, los derechos insatisfechos, las
injusticias presentes. Desde las preguntas pendientes del pasado, desde el clamor de las
víctimas. Es la manera de escapar del tiempo “homogéneo y vacío”, es la pequeña
puerta por la que se podía colar el Mesías. Es encender en el pasado, la chispa de la
esperanza.
Como no recordar también al corazón pensante desde los barracones: Etty
Hillesum. En sus diarios se alumbran pequeñas luces desde el horror y la noche. No
esconde el sombrío panorama, pero su visión no es trágica. Se fija en el otro con un
amor inmenso, en los colores del atardecer, en la posibilidad de un tiempo mejor. No
hay rendición en su voluntad de vivir, ni siquiera cuando considera probable, demasiado
probable su viaje hacia la muerte: …El sufrimiento no está por debajo de la dignidad
humana…La mayor parte de los occidentales no comprenden el arte del dolor, y por
eso viven obsesionados por miles de miedos…Hay que aceptar la muerte, hasta la más
atroz como parte de la vida…, estoy junto a los hambrientos, junto a los maltratados y
moribundos todos los días, pero estoy también junto al jazmín y a ese pedazo de cielo
que veo desde mi ventana, en una vida en la que hay sitio para todo, para la fe en Dios
y para un fin miserable[9].
Como Jesús en la cruz inclinamos la cabeza ante Dios, que recoge nuestras alegrías y anhelos, nuestras
tristezas y angustias. En Dios confiamos, incluso cuando se vienen abajo todas las esperanzas humanas.
En la noche del sufrimiento y la muerte miramos la cruz y por eso, podemos esperar contra toda
esperanza.
(Fin)
[1] MARDONES, J. M., o. Cit., págs. 48 – 50.
[2] KASPER, W.: El Dios de Jesucristo. Salamanca, Sígueme, 2005, pág. 151.
[3] LEVINAS, E.: “Amar la Torah más que a Dios” en AA.VV.: La autoridad del sufrimiento.
Silencio de Dios y preguntas del hombre. Barcelona, Anthopos, 2004. Para este interesante tema también
el artículo de LUIS CARBALLADA, R.: “Cuando Dios se oculta y calla, habla el creyente” en -
“Stauros”. Teología de la Cruz-, núm. 48, 2008. págs. 37 – 51, también se publica en la revista “Ciencia
Tomista” Tomo 133, 2006. En los artículos se analiza el texto de Yósel Rákover apela a Dios, recoge el
testimonio de un hombre que asiste a las últimas horas del gueto de Varsovia, antes de su destrucción
definitiva que también acabará con su propia vida. En las últimas horas de su existencia realiza una
confrontación con Dios, que es una protesta por su situación, una búsqueda de explicación y una
expresión imponente de la fe en ese Dios.
[4] METZ, Johann Baptist, Dios y Tiempo. Nueva teología política. Madrid, Trotta, 2002, pág.
227.
[5] METZ, J. B. (dir.), El clamor de la Tierra. El problema dramático de la Teodicea. Estella,
Verbo Divino, 1996, págs. 9 – 28.
[6] METZ, J. B. y Wiesel, E., Esperar a pesar de todo. Madrid, Trotta, 1996, p. 101.
[7] BENJAMIN, W., Discursos interrumpidos, Madrid, Taurus, 1989, p. 181. Benjamin,
proponía una cultura del corazón ante tanta violencia, una solidaridad con las víctimas de la violencia. De
ahí su interés, tanto o más que Horkheimer de vincular materialismo histórico y teología.
[8] “Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo... Vagabundo y errante serás en la
tierra” (Gn 4, 9-12). Seguimos en las citas la Biblia de Jerusalén, Bilbao, Desclee de Brouwer, 1981.
[9] TOMASI, W.: Etty Hillesum: La inteligencia del corazón.Madrid, Narcea, 2003, pág. 77.
(Diario 136)
Jesucristo, portador de vida que vence a la
muerte
Editado por
Jesús Espeja
1.Según el cuarto evangelista, Jesús ha venido “para que todos tengan vida en plenitud”.
En las bodas de Caná trae alegría para una pareja de recién casados en apuros; luego hace que camine un
paralítico, sacia el hambre del pueblo con la multiplicación de los panes, y cura los ojos de uno que había
nacido ciego. Por fin Jesús se enfrenta con la muerte sorda y muda de su amigo Lázaro.
2. Jesús queda impactado también por ese aguijón de la muerte: “viendo llorar a las hermanas del difunto
Lázaro y quienes las acompañaban,Jesús “se conmovió interiormente y se echó a llorar”. Otra vez aquí la
relación de amistad y de carño que caracterizaron la conducta de Jesús donde se manifiesta la condición
de Dios. Con su forma de vivir y de actuar quiso manifestar la cercanía benevolente de Dios que nos ama
y no puede abandonarnos en la muerte.
3. El camino para vencerr a la muerte es creer en Jesús: “el que cree en mí vivirá”. Y creer en Jesús
significa abrirse totalmente a su persona y tratar de re-crear su espíritu o esilo de vida en nuestra
conducta. “Para que crean” es el objetivo de este evangelio. Para que crean primero los discípulos que van
con Jesús, después las hermanas de Lázaro, la gente que las acompañaban en el duelo y todos nosotros
que tanto sufrimos ante la muerte de nuestros amigos y familiares. No hay argumentos apodícticos
racionales que garanticen una vida después de la muerte, aunque la razón tampoco puede afirmar lo
contrario. Pero le ternura y la benevolencia de Dios, dueño de la vida, que se manifestaron en la conducta
de Jesús, inspira en nosotros la firme confianza en que, ocurra lo que ocurra, nuestro futuro ya es de
gracia, descansa en la misericordia de Dios.
Visión positiva del bautismo
Nihil Obstat
Blog de: Martín Gelabert Ballester, OP
domingo, 06 de abril de 2014
El título es válido para el bautismo y para toda la vida cristiana en general. A veces tendemos, sin
pensarlo mucho, a ver las cosas desde el punto de vista de lo negativo. Por ejemplo, cuando insistimos en
lo que no hay que hacer, en lo que está mal. O también cuando presentamos nuestra relación con Dios en
términos de deber. Es claro que hay muchas cosas que no debemos hacer, ni como humanos ni como
cristianos. Pero quizás sea mejor poner el acento en lo que conviene hacer, en lo que es bueno para
nosotros y para los demás. Y si esto queda claro, también resultará claro que lo opuesto al bien, no es lo
propio de una persona de bien, de un amante del bien.
Dígase lo mismo a propósito de los deberes. En realidad, cuando situamos nuestra relación con Dios y
con los demás, en la perspectiva del amor, el deber no es tal deber, sino una consecuencia del amor. Por
ejemplo: un cristiano no tiene la obligación de ir a Misa o de rezar. Un cristiano necesita celebrar la
Eucaristía, necesita orar, necesita un tiempo para escuchar la Palabra de Dios, bendecirle, alabarle y darle
gracias. No es un deber, es una necesidad.
Ahora que, en la Pascua, nos disponemos a
renovar las promesas bautismales, parece
oportuno ofrecer una visión positiva del
bautismo. No tanto como un quitar, cuanto
como un dar. Los grandes símbolos bautismales
son el agua, la luz y el aceite. A veces nos
hemos quedado solo con el agua y la hemos
presentado en su dimensión negativa: como si
su papel fuera el de limpiar una mancha. En
perspectiva positiva habría que decir: más que
un signo de limpieza, el agua es un signo de
fecundidad. El que no ha conocido a Dios, el
que no se ha encontrado con Dios es como una
tierra reseca e infecunda, que no puede dar
fruto. Cuando recibe el agua del Espíritu Santo,
entonces esta tierra empieza a ser fecunda, a dar
frutos de vida y amor.
Lo mismo la luz. Más que fijarse en la oscuridad hay que insistir en lo positivo del iluminar. Las tinieblas
no desaparecen cuando se las critica, sino cuando se enciende una pequeña cerilla. Con tanta crítica a lo
que otros supuestamente hacen mal, nos olvidamos muchas veces de encender nuestra pequeña luz. Por su
parte, el aceite está ahí para facilitar las cosas, para quitar rigidez a los músculos agarrotados. Por eso se
unge al bautizado: para posibilitar una relación fluida con Dios y con los hermanos.
En este tiempo de cuaresma sería bueno buscar el lado positivo de la vida cristiana, empezando por los
tres elementos medicinales que la Iglesia propone para vivirla: el ayuno y la limosna, más que momentos
de privación, son oportunidades para compartir, para caer en la cuenta de que muchos no tienen con qué
comer. Y la oración es la ocasión para caer en cuenta de lo mucho que necesitamos de Dios.
Ya torna, ya resucita...
La resurrección de Lázaro nos va anunciando la Resurrección de Jesús, que precede a todo tipo de
resurrección, de victoria frente a cualquier tipo de muerte.
En este V Domingo de Cuaresma, el Evangelio nos relata la resurrección de Lázaro. No cabe duda de que
es un anuncio, una señal, un "ir acercándose", de lo que se cumplirá en Jesús.
Es un paso del Evangelio rico de imágenes e ideas, pero centrémonos en ésta: la resurrección de Lázaro
anuncia la gran alegría del día de Pascua.
Estamos cerca de la Gran Fiesta para todo el mundo cristiano. Y en este domingo vemos a Jesús,
enternecido, humano,...lo vemos en su limitación temporal. Pero es desde esta humanidad que se nos
ofrece la gran señal: Él ha sido constituido por Dios Señor de vivos y muertos (Hch 10, 42). En Él están
las llaves de la Creación. En Él se nos anuncia que es el enviado de Dios para vencer al único enemigo
invencible: la muerte. La muerte y el pecado empiezan a ser derrotados en Lázaro, empiezan a ser
derrotados en todas las curaciones, en todos los exorcismos, en todas las Palabras de Jesús...con Lázaro se
nos anuncia que la muerte va a perder su aguijón; que todos los problemas de nuestras vidas, no van a
acabar con nosotros. Que es posible la victoria.
Por lo tanto, dejémonos ya inundar por la alegría del día de Pascua, por que ya viene, ya se acerca,...ya
torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo (Himno del Oficio de lecturas para el común de Pascua).
Estudiantado Interprovincial
Real Convento de Predicadores, Valencia
VÍDEO DE HOY:
Un latido de humanidad (Costa de Marfil
2)
Javier Salazar a pie de obra en el poblado de Ayau Sokpa durante el rodaje
Contra la segregación
Europa debe revisar las políticas de integración de la
población gitana y dedicar más recursos
El País 6 ABR 2014 - 00:00 CET
En Europa hay más de seis millones de ciudadanos pertenecientes a la comunidad gitana que sufren
exclusión o discriminación. Con frecuencia aparecen en los medios de comunicación por situaciones
conflictivas y en los últimos años han visto con temor cómo el racismo y la xenofobia se incrustaban en el
discuro político de la mano de la extrema derecha. La Tercera Cumbre Europea sobre Población Gitana
ha permitido constatar que Europa tiene en la integración del colectivo gitano una asignatura pendiente en
la que muchos países merecen un clamoroso suspenso.
En la cumbre se presentó por primera vez un informe pormenorizado sobre los avances en cada uno de los
28 países miembros. Aunque se constatan mejoras puntuales muy encomiables, la valoración de conjunto
es que las políticas aplicadas hasta ahora han tenido un impacto muy reducido. Hungría, Bulgaria,
Rumanía y Eslovaquia, con porcentajes de población gitana que oscilan entre el 7% y el 10%, son los que
exigen una acción más decidida por parte de la Unión Europea. No solo deben destinarse más recursos,
sino que también es preciso revisar las políticas que se aplican a nivel local, pues algunas de ellas son
claramente ineficientes. Algunos países dedican los fondos que reciben a programas de escolarización en
centros segregados. Para evitar que los niños gitanos perturben el progreso académico de los demás, se les
condena a un círculo vicioso del que difícilmente saldrán. Al escolarizarse tarde y mal, no alcanzan la
formación necesaria para acceder a un trabajo, con lo que acaban viviendo en guetos y de actividades
marginales o fuera de la legalidad.
Como se ha demostrado en España, citada en ocasiones como ejemplo, las políticas de integración deben
ser transversales y tratar de normalizar la vida en todos los aspectos, empezando por la escuela y la
vivienda. Este planteamiento es el que ha permitido en España que todos los niños gitanos acaben la
primaria y un alto porcentaje también la secundaria. En 1978, el 75% de las familias gitanas españolas
vivían en barracas o infraviviendas. Ahora son menos del 10% y en la mayoría de los casos se trata de
familias llegadas de los países del Este, el nuevo reto que ahora tiene España.
En todo caso, no hay que olvidar que estas políticas de integración no son solo necesarias en términos de
justicia social y respeto a los derechos humanos, sino eficientes desde el punto de vista del progreso
material del conjunto de la sociedad.
Entonces, yo existo para ti
Existe una tribu africana Zulù, que tiene una bonita costumbre.
Cuando alguien hace algo perjudicial o errado, ellos llevan a la persona al centro de la
aldea y toda la tribu viene y lo rodea.
Durante dos días, le dicen todas las cosas buenas que él ya ha hecho.
La tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un ser bueno, deseando
seguridad, amor, paz y felicidad.
Pero a veces, en la búsqueda de esas cosas, las personas cometen errores; errores que la
comunidad ve como un grito de socorro.
Entonces, la tribu se une para erguirlo; para reconectarlo con quien es realmente, hasta
que él se acuerde totalmente de la verdad, de la cual se había desconectado
temporalmente: "Yo soy bueno".
SAWABONA, es un saludo usado en África del Sur que quiere decir: "Yo te respeto, yo
te valorizo. Eres importante para mí".
En respuesta, las personas contestan SHIKOBA, que es:
"Entonces, yo existo para ti”
Campaña pide castigo para delitos cometidos
durante la dictadura
Adital
Amnistía Internacional está recogiendo firmas
para solicitar la revisión de la Ley de Amnistía,
aprobada en 1979, con el objetivo de que,
finalmente, se imparta justicia para los delitos
cometidos por agentes del Estado durante el
régimen militar en Brasil. Es la campaña "50 días
en contra de la impunidad”, como parte de las
actividades por el aniversario de los 50 años del
golpe militar en el país. La organización se basa
en el hecho de que, en la legislación
internacional, la tortura, los asesinatos, los
estupros y las desapariciones forzadas, en un
contexto de dictadura, son delitos de lesa humanidad y, por ello, no prescriben ni pueden ser amnistiados.
"Brasil necesita enfrentar su pasado con justicia y no sólo con memoria y verdad. El trabajo de la
Comisión Nacional de la Verdad y las iniciativas de reparación a las víctimas del régimen militar son muy
importantes, pero además, el país necesita dar un paso adelante para investigar y responsabilizar a
aquellos que cometieron delitos en contra de la humanidad. Que suceda esto es esencial para evitar que
esas violaciones se repitan y para llevar justicia a las víctimas y a sus familias”, afirma Atila Roque,
director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.
Además de la revisión de la Ley de Amnistía, la petición exige la inclusión de los delitos de lesa
humanidad y los delitos de guerra en la legislación brasilera y la adopción de políticas de memoria que
contribuyan a la no repetición del período dictatorial. La petición se enviará a la presidenta Dilma
Rousseff y a los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado Federal. ¡Firme ahora la
petición!
Amnistía informa que piezas digitales fueron desarrolladas con enfoque en el público joven, que no vivió
el período del régimen militar. Con el slogan "Cualquier semejanza no es mera coincidencia”, las piezas
expresan las semejanzas existentes entre violaciones de derechos humanos de la época de la dictadura y
las que se repiten todavía hoy, mostrando que algunos problemas del país están lejos de haber sido
superados.
"La militarización de la seguridad pública es anterior al régimen autoritario de 1964-1985, pero se
profundizó en ese período, cuando el Ejército asumió directamente el control de las policías militares
estaduales. La diseminación de valores contrarios a los derechos humanos agravó problemas serios que ya
existían en la seguridad pública y que siguen presentes hasta hoy, como la práctica de torturas, homicidios
y desapariciones forzadas por parte de la policía”, destaca Roque.
La campaña "50 años de impunidad” también va a abordar el trabajo de Amnistía Internacional en Brasil,
en la época del período militar. Fundada en 1961, la organización internacional tuvo un papel importante
al ayudar a denunciar las violaciones de derechos humanos que ocurrían en el país a la comunidad
internacional.
“La resurrección de Lázaro muestra
hasta donde puede llegar la fuerza de la
gracia de Dios, nuestra conversión,
nuestro cambio:¡No hay ningún límite a
la misericordia divina ofrecida a todos!”,
el Papa en el Ángelus
2014-04-06 Radio Vaticana
(RV).- (audio) “Jesús nos invita, casi nos ordena, a salir de la tumba en la cual nuestros
pecados nos han hundido” expresó Francisco, inspirado en el Evangelio de la Resurrección de
Lázaro, ante los miles de fieles y peregrinos que llegaron a la plaza de San Pedro en el último
domingo de cuaresma, en el que el Obispo de Roma regaló un Evangelio de bolsillo.
“Sobre la Palabra del Señor nosotros creemos que la vida de quien cree en Jesús y sigue su mandamiento,
después de la muerte será trasnformada en una vida nueva e inmortal”, afirmó el Sucesor de Pedro.
“Como Jesús ha resucitado con el proprio cuerpo, pero no ha regresado a una vida terrena, así nosotros
resurgiremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos. Él nos espera junto al
Padre, y la fuerza del Espíritu Santo que lo resucitó a Él, resucitará también al que está unido a él”,
explicó.
El Vicario de Cristo dijo que el grito de Jesús a Lázaro está dirigido a cada hombre, porque todos estamos
signados por la muerte; “es la voz de Aquel que es el dueño de la vida y quiere que todos tengamos vida
en abundancia”.
“Cristo no se resigna a los sepulcros que nos hemos construido con nuestras elecciones de mal y de
muerte… nos llama insistentemente a salir de la oscuridad de la prisión en la que nos hemos encerrado,
contentándonos con una vida falsa, egoísta, mediocre” Dejémonos aferrar, liberar, por las palabras que
Jesús nos repite a cada uno: “salí afuera”. Nuestra resurrección empieza cuando decidimos obedecer a la
orden de Jesús de salir a la luz, a la vida.
Francisco Papa dijo también que el gesto de Jesús de resucitar a Lázaro era demasiado grande, demasiado
claramente divino como para ser tolerado por los sumos sacerdotes, que tomaron la decisión de matar a
Jesús.
Después de la oración dominical del ángelus Francisco saludo a los peregrinos, recordó el genocidio
iniciado en Ruanda en 1994, los cinco años del terremoto en L’Aquila, y explicó el gesto del regalo del
Evangelio de bolsillo en Cuaresma.
Para Radio Vaticana, jesuita Guillermo Ortiz
Texto completo de la reflexión del Papa
Audio:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
el Evangelio de este quinto domingo de Cuaresma nos narra la resurrección de Lázaro. Es el culmen de
los “signos” prodigiosos realizados por Jesús: es un gesto demasiado grande, demasiado claramente
divino para ser tolerado por los sumos sacerdotes, los cuales, cuando supieron del hecho, tomaron la
decisión de matar a Jesús (Jn 11,53).
Lázaro había muerto desde hacía ya tres días cuando llegó Jesús, y a las hermanas Marta y María, Él les
dijo las palabras que se imprimieron para siempre en la memoria de la comunidad cristiana, dice así
Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo aquel que vive y
cree en mí, no morirá eternamente. (Jn 11,25). Sobre esta la Palabra del Señor nosotros creemos que la
vida de quién cree en Jesús y sigue su mandamiento, después de la muerte será transformada en una vida
nueva, plena e inmortal. Como Jesús ha resucitado con su propio cuerpo, pero no ha vuelto a la vida
terrena, así nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos.
Él nos espera junto al Padre, y la fuerza del Espíritu Santo, que lo ha resucitado a Él, resucitará también
a quién está unido a Él.
Frente a la tumba sellada del amigo Lázaro, Jesús “gritó con gran voz: ‘¡Lázaro, salí afuera! El muerto
salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto con un sudario. (vv. 43-44). Este grito
perentorio está dirigido a cada hombre, porque todos estamos marcados por la muerte, todos nosotros;
es la voz de Aquel que es el dueño de la vida y quiere que todos “la tengan en abundancia” (Jn 10,10).
Cristo no se resigna a los sepulcros que nos hemos construido con nuestras elecciones de mal y de
muerte, con nuestros errores, con nuestros pecados. ¡Él no se resigna a esto! Él nos invita, casi nos
ordena, que salgamos de la tumba en la cual nuestros pecados nos han hundido. Nos llama
insistentemente a salir de la oscuridad de la prisión en la que estamos encerrados, conformándonos con
una vida falsa, egoísta, mediocre. “¡Salí afuera”!, nos dice. “¡Salí afuera”! Es una bella invitación a la
verdadera libertad. Dejémonos aferrar por estas palabras que Jesús hoy repite a cada uno de nosotros.
Una invitación a dejarnos liberar de las “vendas”, de las “vendas del orgullo. Porque el orgullo nos
hace esclavos, esclavos de nosotros mismos, esclavos de tantos ídolos, de tantas cosas. Nuestra
resurrección comienza desde aquí: cuando decidimos obedecer a esta orden de Jesús saliendo a la luz, a
la vida; cuando de nuestro rostro caen las máscaras - tantas veces nosotros estamos enmascarados por
el pecado, ¡las máscaras deben caer! - y nosotros encontramos el coraje de nuestro rostro original,
creado a imagen y semejanza de Dios.
El gesto de Jesús que resucita a Lázaro muestra hasta dónde puede llegar la fuerza de la Gracia de Dios,
y por lo tanto, donde puede llegar nuestra conversión, nuestro cambio. Pero escuchen bien: ¡no hay
ningún límite a la misericordia divina ofrecida a todos! ¡No hay ningún límite a la misericordia divina
ofrecida a todos! Acuérdense bien esta frase. Y podemos decirla todos juntos: ¡No hay ningún límite a la
misericordia divina ofrecida a todos! Digámosla juntos: ¡No hay ningún límite a la misericordia divina
ofrecida a todos! El Señor está siempre listo para levantar la piedra tumbal de nuestros pecados, que nos
separa de Él, luz de los vivientes.
Después de la oración mariana del Ángelus el Papa dijo:
Queridos hermanos y hermanas:
Se llevará a cabo mañana en Ruanda la conmemoración del vigésimo aniversario del inicio del genocidio
perpetrado contra los tutsis en el 1994. Con esta circunstancia deseo expresar mi cercanía paternal al
pueblo ruandés, animándole a continuar con determinación y esperanza, el proceso de reconciliación
que ya ha manifestado sus frutos, y el empeño de reconstruir humana y espiritualmente el país. A todos
les digo: ¡No tengan miedo! En la roca del Evangelio construyan su sociedad, en el amor y en la
concordia, ¡porque sólo así se genera una paz duradera! Invoco sobre toda la querida nación de Ruanda
a la protección maternal de Nuestra Señora de Kibeho. Recuerdo con afecto a los obispos ruandeses que
han estado aquí, en el Vaticano, la semana pasada. Y a todos los invito, ahora, a rezar a la Virgen
Nuestra Señora de Kibeho.
(Reza Ave María)
Saludo a todos los peregrinos presentes, especialmente a los que participan en el ‘Congreso del
Movimiento de Compromiso Educativo de la Acción Católica Italiana’. ¡Invertir en educación significa
invertir en esperanza!
Saludo a los fieles de Madrid y Menorca; a aquellos de la Diócesis de Concordia-Pordenone; el grupo
brasileño "Fraternidad y Tráfico Humano"; a los estudiantes de Canadá, Australia, Bélgica y a los de
Cartagena-Murcia; a los alpinos de Como y de Roma.
Saludo a los grupos de niños que han recibido o se están preparándose para la Confirmación, los jóvenes
de diferentes parroquias y los numerosos estudiantes.
Han pasado exactamente cinco años del terremoto que azotó a L'Aquila y su territorio. En este momento
queremos unirnos con aquella comunidad que ha sufrido tanto, que todavía sufre, lucha y espera, con
mucha confianza en Dios y en la Virgen María. Oremos por todas las víctimas: que vivan para siempre
en la paz del Señor. Y recemos por el camino de resurrección del pueblo de L'Aquila: la solidaridad y el
renacimiento espiritual, son la fuerza de la reconstrucción material.
Recemos por las víctimas del virus del Ébola que se ha desarrollado en Guinea y países vecinos. Que el
Señor sostenga los esfuerzos para combatir el inicio de esta epidemia y para asegurar cuidado y
asistencia a todos los necesitados.
Y ahora me gustaría hacer un simple gesto para ustedes. En los últimos domingos he sugerido a todos
ustedes que se hicieran con un pequeño Evangelio, para llevar uno mismo durante el día para poder
leerlo a menudo. Entonces me acordé de la antigua tradición de la Iglesia, durante la Cuaresma, de
entregar el Evangelio a los catecúmenos, los que se preparan para el bautismo. Así que hoy quiero
darles a ustedes que están en Piazza –pero en un seño para todos- un Evangelio de bolsillo. Será
distribuido de forma gratuita. Hay lugares en la plaza para esta distribución. Yo los veo: allí, allí, allí,
allí.... Acérquense a los lugares y tomen el Evangelio ¡Tómenlo, tómelo con usted, y léanlo cada día: ¡es
exactamente Jesús el que les habla allí! ¡Es la palabra de Jesús: esta es la Palabra de Jesús!
Y como Él les digo: ¡gratuitamente han recibido, gratuitamente den! ¡Den el mensaje del Evangelio!
Pero a lo mejor alguno de ustedes non cree que esto sea gratuito. “¿Pero cuando qué? ¿Cuánto debo
pagar, Padre? Pero hagamos una cosa, a cambio de este regalo, hagan un acto de caridad, un gesto de
amor desinteresado, una oración por los enemigos, una reconciliación de alguna cosa... Hoy se puede
leer el Evangelio con muchos instrumentos tecnológicos. Se puede llevar la Biblia con uno mismo en un
teléfono móvil, una tableta. Lo importante es leer la Palabra de Dios, con todos los medios, pero leer la
Palabra de Dios: ¡es Jesús que nos habla allí! es acogerla con el corazón abierto. ¡Entonces la buena
semilla da fruto!
¡Les deseo un buen domingo y buen almuerzo! ¡Hasta la vista!
(Traducción María Cecilia Mutual-MZ- RV)
Francisco visita una parroquia de la
periferia romana
2014-04-06 Radio Vaticana
(RV).- (Con audio)
Este domingo a las 16.00 el Papa visitó la parroquia romana de San Gregorio
Magno, en el barrio Portuense. Como de costumbre el Papa saludó a fieles y
parroquianos y tuvo diversos encuentros con los niños y muchachos del
catequismo; con los enfermos y ancianos. En esta ocasión fueron presentadas al
Papa las distintas realidades sociales de la zona, entre ellas, la Asociación de
integración social para personas discapacitadas “Lámpara de los deseos”, la
Cooperativa “La Prora” que se ocupa de la reinserción laboral de los ex
carcelados y ex toxicómanos. Finalmente el Papa visitó la Casa de la Caridad,
una estructura parroquial, animada por las Carmelitas Menores de la Caridad y
diversos voluntarios. La celebración de la Santa Misa corona la visita a esta
parroquia de la periferia romana.
(MCM-RV)
Camerún; dos sacerdotes italianos y una
monja canadiense secuestrados
(©Ansa) Gianantonio Allegri, uno de los dos sacerdotes secuestrados
La sombra de los terroristas islámicos nigerianos. La
irrupción de dos grupos armados en la casa de
religiosos en el norte del país
Redacción
Turín
Dos sacerdotes de Vicenza, Giampaolo Marta Gianantonio Allegri, y una monja canadiense fueron
secuestrados por hombres armados durante la noche en el norte de Camerún, en la diócesis de Maroua. Lo
indicó una fuente de la diócesis de Vicenza.
Según la primera de las reconstrucciones, dos grupos armados a bordo de varios vehículos irrumpieron
alrededor de las 2 de la madrugada (hora local) en las casas de los sacerdotes y de las monjas.
No se excluye que los secuestradores pertenezcan al grupo terrorista de Boko Haram, activo en el norte de
Nigeria y que ha llegado incluso a Camerún.
“No hay noticias tranquilizadoras, se trata de esperar y de actuar con la mayor cautela -afirma una monja
de la Divina Voluntad de Bassano del Grappa, cuyas hermanas operan en la misión africana desde hace
veinte años. Después del secuestro del sacerdote francés Georges Vandenbeusch (que fue secuestrado en
la misma región en noviembre de 2013, ndr.) la situación parecía haberse calmado. Ahora, en cambio, el
momento vuelve a ser muy grave. No nos cansemos de rezar por los secuestrados”.
Bergoglio y la persecución de los
cristianos
(©Ansa) La cúpula de San Pedro
Papa Francisco expresa su enfoque sobre la fe en los
sufrimientos provocados por el “odium fidei”,
alejándose de interpretaciones instrumentales y
generalizaciones
Gianni Valente
ciudad del Vaticano Aún hoy, los “cristianos son perseguidos”. Y tan es así que tal vez hay “más mártires
ahora que en los primeros tiempos”. En la misa matutina de ayer, en la capilla de la Domus Sanctae
Marthae, Papa Francisco repitió que nuestra época es un tiempo de martirio. Las consideraciones del
Obispo de Roma sobre la persecución y el martirio continúan marcando su predicación. En ellas se
encuentra el criterio de fe con el que Francisco ve este rasgo propio de la vida cristiana en el mundo.Para
Papa Bergoglio, la persecución existe aún hoy. No es algo del pasado. No se canceló con las pasiones de
los mártires de los primeros siglos cristianos, y tampoco con las filas de nuevos mártires durante los
totalitarismos del siglo XX. “Hoy hay mucha persecución”, dijo ayer Bergoglio en la Misa de Santa
Marta, y recordó que los cristianos son perseguidos no por sus culpas o errores, sino solo porque “a esta
sociedad tranquila que no quiere problemas, dicen la verdad y anuncian a Jesucristo”.
Para Papa Francisco, la persecución existe ahora porque siempre ha existido y seguirá existiendo. El
actual Sucesor de Pedro, con toda la tradición de la Iglesia, reconoce que la connotación de mártir
siempre ha acompañado el testimonio cristiano en el mundo. Este, dijo ayer, “es el camino del Señor, el
camino de los que siguen al Señor”. Un camino que “acaba siempre como para el Señor, con una
resurrección, pero pasando por la cruz”. El pasado 4 de marzo, al comentar el Evangelio en el que Jesús
anuncia a los suyos que recibirán en esta tierra cien veces lo que han dejado por seguirlo, pero también
“persecuciones”, Bergoglio había comentado: “Es como si Jesús dijera: ‘Sí, ustedes dejaron todo y
recibirán aquí, en la tierra, muchas cosas: ¡pero con la persecución!’. Como una ensalada con el odio de la
persecución, siempre. Esto es lo que gana el cristiano y esta es la vía de los que quieren seguir a Jesús,
porque es la vía que recorrió Él: Él fue perseguido”.
En la homilía de ayer, como en otras ocasiones, Francisco también se refirió al aspecto más enigmático y
doloroso de la persecución: desde los tiempos de san Pedro y san Pablo, arrestados por la traición de los
hermanos, las persecuciones más peligrosas para la fe son las que nacen de la envidia y de la maldad de
los cristianos mismos. Como jesuita, Bergoglio conoce muy bien la gran tribulación que vivió la
Compañía de Jesús, suspendida según la orden de los reyes católicos de Europa. Como argentino, también
conoce de cerca la persecución de los últimos años del siglo XX que sufrieron obispos, sacerdotes y
agentes pastorales latinoamericanos por parte de personas que se decían cristianas y que veían en ellos a
subversivos comunistas, enemigos de la “civilización occidental cristiana”. En la Iglesia -recalcó ayer
Papa Francisco, hay “perseguidos desde fuera y perseguidos desde dentro” Los santos mismos “fueron
perseguidos”. Sin nombrarlo, el Papa aludió al calvario de Antonio Rosmini, “un hombre de buena
vountad, un verdadero profeta, que con sus libros regañaba a la Iglesia por haberse alejado de la vía del
Señor. Inmediatamente fu ellamado, sus libros acabaron en el índice, le quitaron la cátedra y este hombre
terminó así su vida, hace no mucho tiempo. Y pasó el tiempo y hoy es beato”.
Bergoglio reconoce y subraya también un aspecto sintomático que acompaña los casos de la persecución
que sufren los cristianos. Normalmente, en los que viven en la fe las experiencias de sufrimiento
inmotivado inflingidas a los cristianos, la reacción humana que prevalece no es la de la queja, la del
miedo o la de la reciminación. Las narraciones de las persecuciones documentan a menudo el milagro de
hombres y mujeres que permanecieron libres de las cadenas, que no fueron nublados por los sufrimientos
y que no manifestaron resentimientos hacia sus perseguidores. La Iglesia nunca ha fomentado campañas
de protesta ni de movilización en contra del martirio, ni se queja por sus mártires. Ella, repitió Francisco,
“ve en el sacrificio de los mártires su ‘nacimiento al cielo’”, porque “Jesús transforma la muerte de los
que lo aman en aurora de vida nueva”.
A nivel civil, aclaró con una elocuente diferencia Bergoglio durante el Ángelus para la fiesta de San
Esteban protomártir, el pasado 26 de diciembre, “la injusticia debe ser denunciada y eliminada”. Pero,
para los cristianos el hecho de la persecución no “maravilla, porque Jesús lo anunció como ocasión
propicia para ofrecer testimonio”. Como sucedió con los sacerdotes chinos que bautizaban a sus
compañeros de cárcel en los campos de reeducación. O al obispo, y futuro cardenal, vietnamita Francisco
Javier Nguyen Van Thuan, que llevaba a la fe a sus carceleros celebrando la eucaristía en el silencio de su
celda.
En sus homilías y en sus catequesis, Papa Francisco ha aludido en muchas ocasiones a las vías
inteligentes o fantasiosas con las que los cristianos han logrado custodiar el tesoro de la fe en tiempos de
persecución. Ha recordado en muchas ocasiones a las comunidades japonesas que durante el siglo XVII,
después de la expulsión de los misioneros extranjeros, se quedaron sin sacerdotes por más de doscientos
años. “Cuando, después de este tiempo volvieron otros misioneros”, contó Francisco, “encontraron bien a
todas las comunidades: todos bautizados, todos catequizados, todos casados por la Iglesia, y a los que
habían muerto, todos sepultados cristianamente. No hay sacerdote… ¿Quién hizo todo esto? ¡Los
bautizados!” (homilía de Santa Marta, 17 de abril de 2013).Ayer, también en Santa Marta, narró lo que le
contó un católico de un país en donde “se puede rezar solo en soledad y a escondidas”. Para celebrar la
Eucaristía, contó el Papa, él y sus amigos organizan “una fiesta de cumpleaños, hacen finta de celebrar el
cumpleaños y ahí hacen la Eucaristía, antes de la fiesta”. Y si ven qeu “llegan los policías, esconden todo
y siguen con la fiesta”, entre “felicidad y felicitaciones”; luego, cuando los agentes “se van, terminan la
Eucaristía”. Es lo que “deben hacer, porque estña prohibido que recen juntos”.
TANABE
Filosofía como metanoética
Tanabe Hajime está considerado como la figura más destacada de la filosofía japonesa contemporánea
después de Nishida. Es, junto con este, uno de los máximos representantes de la Escuela de Kioto, un
movimiento de ideas filosóficas, religiosas, sociales y políticas que surge en el convulso Japón de la
primera mitad del siglo XX, y que se caracteriza por una apropiación de la filosofía occidental desde la
tradición milenaria del budismo Mahāyāna.
Filosofía como metanoética (1945), obra magna del autor, confronta el budismo de Shinran (1173–1262)
con pensadores occidentales como Eckhart, Kant, Schelling, Hegel, Pascal, Kierkegaard, Nietzsche y
Heidegger. El resultado es una relectura de la mística y un replanteamiento de la religión desde la
dinámica de la nada. Así, constituye un valioso marco de relanzamiento histórico, ya que la nada es uno
de los motivos más recurrentes en el ambiente espiritual de nuestro tiempo, en el cine, la poesía y la
literatura.
Como James Heisig señala en la introducción, esta traducción es el fruto de décadas de esfuerzo colectivo
para dar a conocer la Escuela de Kioto, ya que los cataclismos históricos que sus representantes vivieron
hacen que dicha escuela tenga mucho que aportar a la historia del pensamiento y a nuestras sociedades en
crisis.
SCHÖNBORN, Christoph
La escuela de vida de Jesús
Estímulos para ser sus discípulos
La Iglesia se encuentra inmersa en un profundo cambio. Las condiciones sociales ya no son las mismas
del pasado, la sociedad está cambiando y también la institución necesita renovarse.
El cardenal Schönborn, reciente candidato al papado, dedicó una catequesis específica a cuestiones
relacionadas con dicho cambio, las cuales constituyen la base del presente libro: ¿Qué quiere Jesús de
nosotros? Él nos llama para que lo sigamos, para convertirnos en sus discípulos, pero, ¿qué significa esto?
La obra, que discurre sobre la base de los textos bíblicos, sobre todo los evangelios, intenta mostrar cómo
el cambio radical propuesto por Jesús empezó en su escuela de vida, y, sin perder de vista este origen, se
pregunta acerca de la situación actual.
El arte de la mirada
El País | Gustavo Martín Garzo
Soñar es quizá lo más necesario que existe, más necesario incluso que ver. Si un día me dijeran: estás
obligado a elegir entre soñar y ver, yo elegiría sin duda soñar. Creo que con la imaginación y el sueño se
soporta mejor la ceguera. Sin sueños, la vida no sería fácil”. Esta frase es del cineasta iraní Abbas
Kierostami, un heredero de Roberto Rossellini. Las películas de Kierostami narran los hechos más
ordinarios de la vida: un día de clase en una escuela infantil, una muchacha que tiene que hacer de actriz y
que se niega a repetir lo que le dicen, un niño que busca la casa de un compañero para entregarle el
cuaderno que se ha olvidado en clase, un director de cine que visita los lugares devastados por un
terremoto para ver lo que ha pasado con los colaboradores de una película anterior. Historias de gente
común que Kierostami nos cuenta con un estilo alejado de toda retórica, con largos planos secuencia que
recuerdan la estética de los documentales. Tampoco sus actores son profesionales. Suele elegirlos en los
lugares mismos en los que rueda, tratando de ser lo más fiel posible a la realidad que quiere reflejar. Su
reivindicación de los sueños no es, pues, obra de un visionario, de alguien que antepone el mundo de la
fantasía, sino la del que solo aspira a captar con su cámara la presencia del mundo. Como si hablar de
presencia fuera hablar de pensamiento, de alguien mirando.
El cine, como la fotografía, es el arte de la mirada. Es imagen vivida, imagen en el tiempo. El cine la deja
fluir, la fotografía la detiene, pero ambos son artes temporales. Tal vez por eso no es posible ver una
fotografía sin sentir que forma parte de un continuo, que pertenece a un transcurrir del que hemos aislado
un instante. Un instante que tiene un antes y un después. Mirar fotografías nos obliga a un doble esfuerzo:
el esfuerzo de ver, pero también el de adivinar. Pero ¿no pasa eso mismo cuando miramos el mundo?
Mirar no es limitarse a percibir pasivamente las cosas, sino adentrarse en ellas, percibir su vida escondida.
Lo que es lo mismo que decir que solo con la imaginación, como afirma Kierostami, podemos ver de
verdad el mundo.
Pero ¿es posible hoy algo así? La presencia cada vez más invasora de los medios audiovisuales hace que
hoy no sea posible ver nada sin la mediación de sus representaciones. Incluso cuando nos detenemos ante
un rostro querido en nuestra mente se desencadenan al instante las imágenes virtuales de decenas de
rostros. O, dicho de otra forma, no le vemos por lo que es en sí mismo sino por lo que comparte con esas
imágenes idolatradas. Si es un niño, querremos verle dueño de la salud y el encanto con que suelen
aparecer los niños en la publicidad; si es una muchacha, su belleza deberá recordarnos la belleza vaporosa
de las actrices de cine; si es un animal, el mundo de los documentales y las puestas de sol. La fotografía
de alguien jugando al balón solo nos parecerá lograda si nos evoca la imagen de los futbolistas en los
periódicos deportivos; y la de un paisaje, si nos recuerda las estampas de los libros turísticos. No vemos la
realidad, sino sus múltiples simulacros.
Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco. Eco acostumbraba
entretener a Hera con su charla, lo que Zeus aprovechaba para entregarse a sus aventuras amorosas.
Cuando Hera lo descubre, convencida de que la ninfa es su cómplice, la condena a repetir todo cuanto oye
negándole la posibilidad de hablar por sí misma. De forma que, cuando se encuentra con Narciso en el
bosque y se enamora de él, no puede sino repetir las cosas que este le dice. Nuestro mundo no es distinto
al de la desdichada ninfa. No hacemos sino ser el eco de lo que vemos en los medios audiovisuales, que a
su vez solo es repetición de lo que se dice y se ve en otro lugar. Somos copias de copias. Y, lo más
extraño, es que no solo no tenemos conciencia alguna de ello, sino que cuanto más nos limitamos a repetir
lo que oímos y a parecernos a lo que vemos más orgullosos nos sentimos. No, no somos como Eco. Dos
cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor.
Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor. Pero el cine actual, en
su mayor parte, ha renunciado a esta búsqueda y se ha transformado en una máquina más de producir
imágenes fijas, copias, simulacros, repeticiones. Por eso, y frente a la mayoría de las películas que
triunfan en las pantallas, es muy raro tener la sensación de algo nuevo. Todo en ellas nos parece visto mil
veces. La vieja fábrica de sueños se ha transformado en el paraíso de las copias y los ecos, en una
dependencia más de ese gran parque temático que es la cultura del presente.
En Una pena observada, C. S. Lewis, al hablar de la muerte de su esposa, escribe que “la amada terrenal,
incluso en vida, triunfa necesariamente sobre la mera idea que se tiene de ella”. No nos basta con tener
una imagen de lo que amamos, sino que queremos su “directa e imprevisible realidad”. Para Lewis la
realidad es iconoclasta y se encarga ella misma de hacer saltar por los aires las imágenes con que tratamos
de fijarla. Solo el que se sorprende, el que no sabe qué querer, el que se asoma al misterio de la realidad,
el amor y la vida mira de verdad el mundo. Un cine como el de Charles Chaplin no nos dice cómo son las
cosas, nos enseña a mirarlas desde lugares inimaginables, como hacen los niños cuando dibujan. Ellos no
pintan el caballo, sino su emoción al descubrirlo. Pintan su asombro al verlo en el prado, su fusión con él.
Pintan pequeños centauros. Ven porque aman; y aman a pesar de que ven.
Adorno afirma en su estética que la verdadera experiencia de lo bello debe transformarse en pensamiento
o no existiría. Y eso hace el verdadero cine, y por eso es hoy más necesario que nunca: ver el mundo con
los ojos del pensamiento. Una mirada que no se conforma con ver, sino que espera ver, así fue una vez la
mirada del cine (y aún sigue siéndolo en un puñado de directores que, por desgracia, apenas tienen cabida
en los circuitos habituales de exhibición). Hay un pasaje en El idiota, la novela de Dostoievski, en que el
príncipe Mishkin habla a sus amigos de una época oscura de su vida en que sus frecuentes crisis
epilépticas le sumieron en un estado de confusión cercana al delirio. Una tarde, en las afueras de Basilea,
el repentino rebuzno de un burro tiene el poder de devolverle la razón que estaba perdiendo al poner
frente a él la presencia insustituible de lo real. Este pasaje inspirará a Robert Bresson su película más
hermosa, Au hasard Balthasar. Nadie que haya visto esta película podrá olvidar la última secuencia, en
que el burro enfermo busca el calor de un rebaño de ovejas para morir. Llegar a un lugar sin daño, eso es
mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden.
Gustavo Martín Garzo es escritor.
Marguerite Duras, la escritura absoluta
LOURDES VENTURA | 04/04/2014 | Edición impresa
Marguerite Duras
La autora de El amante habría cumplido cien años este 4 de abril. Tratemos de empezar por el principio
para mitigar el flujo narrativo informe, sin principio ni fin, que atacaba a esos novelistas del tiempo de
Marguerite Duras: Natalie Sarraute, Alain Robbe-Grillet, Beckett o Michel Butor. Busquemos pues, un
punto de partida cronológico para la escritora de la rue Saint-Benoît. Marguerite Germaine Donnadieu,
hija de dos profesores franceses de la comunidad blanca en Indochina, nace un 4 de abril de 1914, en Gia
Dihn, en los arrabales de Saigón, un territorio enmarcado por el río Saigón y el delta del río Mekong.
La madre de Marguerite, Marie Legrand, caerá gravemente enferma cuando la niña tiene pocas semanas y
será repatriada a Francia. Durante los siguientes ocho meses, la recién nacida es cuidada por sirvientes
vietnamitas. Tiene algo más de un año cuando regresa la madre, pero entonces es el padre quien parte a
Francia por disentería grave. Pasará dos años lejos de la familia para regresar como director de una
escuela de Hanoi. Marguerite tiene tres años cuando se trasladan a una casa junto al lago de Hanoi. Allí
descubrirá el poder de la naturaleza con sus dos hermanos, el perverso y el amado. El padre morirá
pronto y la figura materna representará en adelante la violencia de los esfuerzos infructuosos, la
humanidad sufriente, la furia sin apaciguamiento. En Un dique contra el pacífico (1950) Duras
escenifica las luchas de su madre, amada y odiada, para salvar unas tierras anegadas, y ya presenta en
claroscuro la sombra del amante chino.
A partir de aquí, el paisaje dominante en la memoria de Marguerite Duras, será la Indochina
colonial. Ese territorio de origen, la esencia de lo durasiano, ya convertido casi en un tópico, como indica
Laure Adler, constituirá el centro de la mitología de Duras. “Los ponzoñosos esplendores de Saigón, la
ciudad cautiva, el misterio de la ciudad china, caldero de vicios prohibidos, las avenidas bordeadas de
tamarindos, las mujeres blancas agotadas por el calor, las mujeres anamitas encantadoras, cortejadas por
los blancos, despreciadas por las blancas”, así describe Adler la Indochina de Duras que ya no existe, pero
de la que la escritora hizo una arqueología esencial.
Desde la publicación de su primera novela, Les impudents, hasta la aparición de El amante, en 1984, en
les Éditions de Minuit, que obtuvo el Premio Goncourt, habían pasado cuarenta años. Marguerite Duras
-el nombre de pluma es un homenaje a la comarca del padre- tiene ya 70 años cuando alcanza la
gloria definitiva.
Clarividente, forjadora de una voz que tiende a ser respiración y al mismo tiempo extrañamiento,
resistente comprometida y a veces cuestionada, amiga de Mitterrand, casada y separada de Robert
Antelme, el deportado que regresó casi cadáver de los campos de concentración, alcoholizada a
conciencia (“vivir con el alcohol es vivir con la muerte al alcance de la mano”, dijo), fue también
dramaturga y cineasta. Cuando aparece El amante, Duras ya ha construido, libro tras libro, un
discurso sobre el cuerpo y el deseo al tiempo que sus personajes pierden fácilmente los contornos
físicos.
Antes de que aparezca nítidamente en la narrativa durasiana lo que ella llama “la imagen absoluta”, el
encuentro entre la joven de quince años con el rico hombre chino de la limusina negra, en el
transbordador que cruza un brazo del Mekong, ya ha sido una constante en sus obras el retorno a los
espacios del origen, a veces metamorfoseados en vagos lugares de la India o Japón. La aproximación a lo
extranjero es para ella una pregunta sobre la identidad nunca resuelta. Lo vemos en el guión de Hiroshima
mon amour, en El arrebato de Lol V. Stein (1964), en El vicecónsul (1966),en La femme du Gange
(1973), o en el texto dramático y más tarde película, dirigida por Duras, India Song (1973). El destino
errante de algunos personajes, extenuados y perdidos, es clave en su obra. Con El amante de la China del
norte (1991), cerrará un círculo.
El otro eje temático es el relacionado con la segunda parte de su vida: la militancia en Francia, el dolor
por la detención de su marido por la Gestapo, la maternidad y las vivencias del París ocupado. Marguerite
Donnadieu había desembarcado en Marsella con 18 años, para estudiar Derecho en París. La madre
invierte en el futuro de la hija exótica e inteligente todos sus ahorros. Marguerite vive en una pensión
familiar y su vecino de cuarto es Jean Lagrolet. Con él descubrirá el teatro de Antonin Artaud, las
conferencias de le vieux colombier, la conciencia política. Lagrolet le presenta un día al escritor Robert
Antelme. Deslumbramiento y matrimonio en 1939. Juntos se instalan en la calle Saint-Benoît, más
adelante refugio de resistentes vinculados a Mitterrand, entre ellos, Dionys Mascolo, amante de
Marguerite, con quien tendrá a su hijo Outa.
En el verano de 1944 Robert Antelme y su hermana Marie-Louise son detenidos por la Gestapo, en casa
de ésta, en la rue Dupin. Antelme será enviado finalmente a Buchenwald, y con el armisticio
regresará con vida de las entrañas del horror. Parte de ese período descarnado y complejo, fermentó
en libros como El Dolor (1985), justificación o reinvención del oscuro asunto Delval, cuando Marguerite
se convierte en espía y se deja seducir por un agente de la Gestapo para recabar noticias de su marido; Los
cuadernos de la guerra, publicados póstumamente en 2006, con bocetos de ese tiempo crucial, y Le
Bureau de poste de la rue Dupin, unas esclarecedoras entrevistas entre Marguerite Duras y François
Mitterrand, inicialmente publicadas en “L'autre journal”, entre julio de 1985 y abril de 1986, y
recopiladas por Gallimard en 2006.
Ocurre en la obra de Duras que la presencia del alcohol adquiere la fuerza de una irremediable
fatalidad. Beberá con Gérard Jarlot, el escritor con quien vive un amor tormentoso, germen de Moderato
Cantabile (1958), fusión de muerte, alcohol y erotismo. “El alcohol está unido al recuerdo de la violencia
sexual”, declara en La vie matérielle (1987). Se hundirá en el alcoholismo en su casa de Trouville, con
Yann Andréa, su último amor. De esos delirios junto al mar y de esa unión desesperada nacerá Los ojos
azules pelo negro (1986). Yann Andréa, cuarenta años más joven, la acompañó durante los últimos 16
años y hasta su muerte en 1996. Extraños compañeros, sumergidos en alcohol y en el vértigo de escribir.
Lo kafkiano, lo durasiano: pocos autores logran un vínculo indisoluble entre su escritura y su ser
profundo. Ella llegó a preguntarse en los últimos años al releerse : “¿Esto es Duras, o no es Duras?”
“No fuimos héroes”. Duras y Antelme
En 1943, Robert Antelme, de 26 años, redactor en el Ministerio de Información francés, entra en la
Resistencia. La amistad le decide. “No fuimos héroes”, recordará Marguerite Duras, casada en aquellos
años con Antelme, “la Resistencia vino a nosotros porque éramos gente honrada”. En 1944 es detenido
por la Gestapo y deportado a Alemania, al igual que su hermana Marie-Louise. Las etapas sucesivas de su
viaje tienen nombres ominosos: Buchenwald, Gandersheim y Dachau. En El dolor, Marguerite Duras
relata los días de abril de 1945 consumidos en la espera de Robert, en la pesadilla sobre su retorno.
Hallado en Dachau, despojado de su identidad (“un Ecce homo sin sujeto, muestra de nadie, muestra no
de un hombre, sino el Hombre reducido a su esencia irreductible”, escribirá años más tarde Dionys
Mascolo), es sacado del campo por sus amigos. Durante el viaje de regreso, “infernal y maravilloso”,
febril, no parará de hablar de su experiencia, de intentar enunciar la verdad que sobre lo humano entraña.
Un año después trabaja en la escritura de La especie humana, libro publicado por vez primera en 1947. La
última edición en español, de Arena Libros, es de 2001.
¿Una historia sin los hombres o sin las
mujeres? Género y masculinidades
Anaclet Pons
Por la gran variedad de textos que contiene en sus casi cuatrocientas
páginas, así como por la perspectiva adoptada, traemos a Clionauta
el volumen editado por Anne-Marie Sohn con el título de Une histoire
sans les hommes est-elle possible? Genre et masculinités (ENS
Éditions). El libro es claro. Su editora se pregunta en la introducción
si “Les hommes ont-ils une histoire?”, a lo que responden Didier Lett
y Fabrice Virgili en la conclusión señalando que “Faire une histoire
sans hommes et sans femmes est décidément impossible”.
El paratexto editorial nos informa del contenido en estos términos:
“No se nace varón, se hace. Este libro pretende deconstruir lo que ha
sido durante mucho tiempo una figura invariante y demostrar que la
masculinidad tiene una historia. Las contribuciones, que van desde la
prehistoria hasta nuestros días, pintan las masculinidades múltiples y
cambiantes. Este libro examina en primer lugar los signos y marcas
de la masculinidad que permiten saber de entrada qué es un hombre.
A continuación, analiza las pruebas y exámenes de la virilidad, ya sea
profesional, sexual o militar. Los varones, en efecto, han de
demostrar, a lo largo de sus vidas, que cumplen con los criterios de
“buena masculinidad” que se espera de ellos. Están en juego los
procesos sociales y educativos que transforman el sexo en género y
la naturaleza en cultura. Estas pruebas y exámenes no solo hacen “al
varón”, sino que también construyen las jerarquías masculinas,
oponiendo dominantes y dominados, ganadores y perdedores de la
masculinidad. Una historia de hombres y masculinidades basada en el
género permite comprender mejor la resistencia de la dominación
masculina y las desigualdades entre hombres y mujeres”.
Por lo demás, estos son los primeros párrafos del prólogo de Anne-
Marie Sohn (autora, entre otros, del volumen “Sois un homme!” La
construction de la masculinité au XIXe siècle. Seuil):
“Con el ánimo de aclarar las ambiciones de este libro, debemos en
primer lugar hablar de la génesis, tanto individual como colectiva,
historiográfica y epistemológica. Mientras los historiadores franceses
se preguntaban si era posible una historia de las mujeres, Natalie
Davis, señalando el surgimiento de la cuestión del “género”, señalaba
en 1976 : “Me parece que deberíamos interesarnos tanto en la
historia de las mujeres como de los hombres, que no deberíamos
trabajar solamente sobre el sexo oprimido” mientras Peter Stearns
publicaba un libro de título impactante: Be a Man! Así comienza una
nueva etapa en la historia de la diferencia de los sexos. De hecho, la
mayoría de los historiadores se reconocen ahora en la fórmula
impactante de Simone de Beauvoir: “No se nace mujer, se llega a
serlo”, y creen en paralelo que “no se nace varón, se llega a serlo”.
Por tanto, es necesario, como dicen Michael Roper y John Tosh,
haciéndose eco del libro de Renate Briedenthal y Claudia Koonz,
Becoming visible. Women in European History, “hacer visibles a los
varones como sujetos sexuados” y “demostrar que la masculinidad
tiene historia”.
Tres décadas después de la llamada de Natalie Davis, los trabajos
sobre la historia de los hombres y de las masculinidades se han
multiplicado. Evidentemente, son mucho menos numerosos que los
producidos sobre las mujeres o el género. En Francia, no fue sino
hasta 1997 que los organizadores de la conferencia sobre Une
histoire sans les femmes est-elle possible ? consideraron necesario
abrir esa nueva veta en una sesión programática titulado “Vers une
histoire de la masculinité”. Si bien en los Estados Unidos la reflexión
sobre los varones es precoz, ya que la National Organization for Men
against Sexism, la NOMAS, fue fundada en 1975, sus revistas, como
Men and masculinities, puesta en marcha en 1998 por uno de sus
fundadores, Michael Kimmel, son multidisciplinarios, como allí es
habitual. Alemania ha seguido este patrón y tiene un círculo de
estudios interdisciplinarios sobre los varones. Así pues, no hay
todavía ninguna revista especializada en la historia de los hombres y
de las masculinidades, ni en los Estados Unidos ni en Europa.
Mientras tanto, las luchas feministas de los años 1960 y 1970
llevaron a que toda la sociedad se interrogara por las relaciones
sciales del sexo y denunciara lo que se llamó inicialmente el
patriarcado, después designado con el nombre de dominación
masculina. De ahí la convergencia entre disciplinas hermanas, que
también tuvo el mérito de alimentar esas preguntas en el seno de la
historia”.
Y de este modo concluye la introducción:
“Observar los procesos históricos bajo el ángulo de la masculinidad
requiere en última instancia releer las vulgatas. El enfoque permite
sobre todo una mejor comprensión de las relaciones entre los sexios,
ya que lo masculino se construye a menudo, pero no siempre, por
referencia implícita a lo femenino. A partir de ahí, eso conduce a una
historia realmente bisexual, jugando entre lo femenino y lo
masculino, combinándolos incluso, aunque solo sea para aislar mejor
la especificidad de las otras variables e identificar los valores y las
creencias que los hombres y las mujeres comparten en un momento
dado, más allá de las diferencias de los sexos. Así que ya no debería
haber una historia de las mujeres que no tomara en cuenta la historia
de las masculinidades, pues es la única manera de aclarar las
limitaciones que pesan sobre el segundo sexo y de sopesar las
barreras que las mujeres deben superar para acceder a la esfera de
los hombres y el poder. Y viceversa”.
En Ávila mis ojos…»
ABC | Olegario González de Cardedal
¿En qué tierra creció y en qué suelo ha sido enterrado Adolfo Suárez? Este verso suelto de un romance
fronterizo ofrece la respuesta. Por él habla uno de esos caballeros de la reconquista de los que sigue
diciendo el poeta: «Los en Ronda muy guerreros / y en Trujillo los primeros/ y en Alarcos con afanes
cebaron sus gavilanes / Ávila tus caballeros!». Lejos de su casa, esposa y familia el caballero recuerda las
murallas, alzadas como para columbrar desde sus almenas las razzias amenazadoras del enemigo.
La historia y persona de Suárez han sido vistas estos días sobre todo desde el decenio en que tuvo la
máxima responsabilidad política, entre 1976 y 1986. Pero la raíz de ésta es la primera fase de
adolescencia y juventud, ésa en la que nos preparamos todos para el quehacer que determinará nuestro
futuro profesional. Creció en el Instituto de Enseñanza Media, en la calle Vallespín, a cuyos catedráticos
guardó siempre un recuerdo fiel. Y creció, sobre todo, como presidente de los jóvenes de Acción católica,
anticipando ya sus capacidades de ilusión, verdad y liderazgo.
¿Cómo era el Ávila de los años 1950-1960, tan decisivos para el futuro de España: planes de desarrollo,
pactos con los Estados Unidos, Concordato, nacimiento de ETA, primer intento de huelga general
promovida por el partido comunista, revueltas universitarias y encarcelamiento de sus dirigentes,
convocatoria del Concilio Vaticano II… Hay un nombre decisivo en la vida de Adolfo Suárez: don
Baldomero Jiménez Duque, consiliario de Acción Católica y rector del Seminario, en ayuda suya
espiritual y material. Seminario muy lejos de la política y muy cerca de la espiritualidad, de la cultura, de
la cuestión social, de la literatura, de la liturgia. Quienes estábamos por esos años allí fuimos testigos del
hervidero de actividad y de ilusión de aquella casa. Por ella pasaron hombres como Guillermo Rovirosa,
alma de la HOAC, tan importante en el movimiento obrero español. En su rodera fermentaron nuestras
preocupaciones sociales. En mis cuatro años de teología fuimos seminaristas-obreros, yendo todos los
domingos de siete de la mañana a dos de la tarde a construir casas para familias necesitadas en terrenos
cedidos gratuitamente por el Ayuntamiento. Pero junto a esta preocupación social estaba la preocupación
por el arte, guiada por don Alfonso Roig (Valencia), y la afición a la poesía, con don Antonio de Lama en
la revista Espadaña, guiados por un gran poeta nuestro: Jacinto Herrero. Y el centenar de revistas, de toda
línea y en varias lenguas. Y el centenar de revistas en castellano, francés y alemán.
Junto a don Baldomero Jiménez Duque estaban otros profesores también alma y aliento como don
Alfonso Querejazu, animador de las Conversaciones católicas de Gredos, marco de reflexión, diálogo y
convivencia. A quienes participaron en ellas la fe se les convirtió en aguijón para un catolicismo más
verdadero, un pensamiento más liberal y una ciudadanía hispánica más justa. Durante veinte años
congregó a primeras personalidades españolas y extranjeras, con voluntad ecuménica.
De aquel seminario, en cuyo ámbito espiritual vivía desde fuera Adolfo Suárez –muchas veces los que
están dentro no son, mientras que son los que están fuera– nacieron presidencias posteriores, comenzando
con la presidencia del Gobierno en el propio Adolfo, hasta la actual presidencia de la Conferencia
Episcopal con don Ricardo Blázquez, pasando por la gerencia de la economía de la Iglesia española y la
dirección de la Cope con don Bernardo Herráez, de empresas líderes en la tecnología mundial como
Técnicas Reunidas o finalistas del premios literarios como el Nadal. Si a Suárez la cercanía espiritual
Seminario le hubieran seguido los pasos físicos, en un momento pensados, la historia de la España
reciente hubiera sido distinta.
¿Cuál es el sedimento de convicciones adquiridas en Ávila? La implantación en la luz que no es posible
anular y por ello la necesidad de poner la vida en la verdad y la verdad en la vida, ante Dios y en servicio
al prójimo. Que ese es el sentido de la humildad teresiana: andar en la verdad. Estos son los vectores
recibidos como evidencias constituyentes por Suárez en ese decenio abulense. No se puede comprender al
Suárez presidente sin el Suárez católico, con la sencilla claridad de una fe vivida en persona y en familia,
sin alharacas ni simulaciones. Esta cualidad suya, que fue igualmente la de muchos de sus colaboradores
y ministros de su Gobierno, es clave para comprender sus difíciles empeños y arriesgadas decisiones al
servicio de la libertad, de la reconciliación y de la concordia entre los españoles.
Para llevar a cabo esa tarea los católicos se encontraban con una iglesia liberada y espoleada por el
Concilio Vaticano II. El preparó la conciencia de los españoles para llevar a cabo una transición
considerada no como una traición impía sino como una sagrada obligación. Había que trasladar a la vida
social y política los textos conciliares sobre la libertad de asociación, de información y de participación,
sobre las relaciones entre la comunidad eclesial y la comunidad política, suscitando una Iglesia
constituida por seglares a la vez que por sacerdotes y obispos. Estos últimos realizaron una gesta máxima
de esclarecimiento de las relaciones entre la Iglesia y el franquismo con la Asamblea conjunta de obispos
y sacerdotes que realizó lo casi impensable. Sin negar el agradecimiento que la Iglesia debía al régimen
de Franco, reclamó una ruptura con él, para poder llevar a cabo creíblemente su misión de ser iglesia con
todos y para todos los españoles. Al frente de esa Iglesia, el cardenal Tarancón fue el guía eficaz y el
dialogante connatural con Suárez. Pero no lo hubiera podido realizar si no hubiera tenido tras sí a la
mayor parte de la Iglesia, a colaboradores y gestores a pie de tierra. La homilía de San Jerónimo en la
toma de posesión del Rey debe quedar como el símbolo y síntesis de la actitud de la Iglesia española en la
transición política.
Mi último encuentro con Suárez fue en el Seminario de Ávila junto a don Baldomero. Allí subimos tres
de los suyos el día que me fue concedido el premio «Teresa de Jesús»: Adolfo Suárez y alguien que fue
ministro con él, José Lladó. Nuestro abrazo arrancó las lágrimas a aquel rector al que nunca antes
habíamos visto llorar. Estaba ante el fruto de sus empeños formadores. Un Seminario, que tenía fama de
estar vuelto solo a lo eterno y a la mística, había producido también sus frutos en la política, en la
economía y en la teología.
En el claustro de la catedral de Ávila reposa Adolfo Suárez, junto a don Claudio Sánchez Albornoz, como
si hasta ese punto hubiera llegado su gesto de unir a los lejanos. Grabada sobre la tumba del presidente de
Gobierno: «La concordia fue posible», y sobre la del ministro de la Republica e historiador la frase
bíblica: «Donde esta el Espíritu del Señor está la libertad» (2 Corintios 3,17).
Olegario González de Cardedal, teólogo.
Acompañar a Jesús (I)
Editado por
Gema Juan
Dedicado a los hermanos carmelitas descalzos de la República
Centroafricana:
A ellos, a cuantos acompañan a Jesús en tierras que sufren conflictos
violentos, y a todos los refugiados. Con la esperanza de que entre todos
logremos la paz.
Como un grito desde lo profundo, la voz de Teresa de Jesús se abre en
algunos de sus escritos. Salen de sus entrañas palabras que queman.
Quiere llegar a Dios, sin duda, pero desde su intimidad abierta está
hablando también a las gentes, buscando incendiar a otros para no andar
sola su camino de vida.
«¡Oh cristianos!». Cuántas veces, mientras escribe, sale de su pluma esa
palabra rasgando el silencio, llamando para despertar las conciencias. Y
cada vez que la repite en voz alta, parece resonar la palabra de Jesús:
«Vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Teresa se duele en ocasiones, cuando percibe que los «amigos de Dios»
no saben responder a la pregunta de Jesús, y escribe: «¡Oh Señor, cómo
os desconocemos los cristianos!». Sabe cuánto importa que quienes dicen ser cristianos, lo sean en
verdad. Y no se cansa de insistir: «¡Oh cristianos, cristianos!, mirad la hermandad que tenéis con este
gran Dios; conocedle».
Para ayudar a conocerle, Teresa tiene una infinidad de palabras vivas. Sobre todo, invita a ponerse
«junto a la fuente». Como sea, dice, «como pudiere». Con palabras o sin ellas, apoyándose en
meditaciones o recogiéndose en lo profundo. Pensar en Él y en su vida para «conocer la bondad del
Señor por experiencia» y experimentar su amistad.
Dirá: «se esté allí con Él, acallado el entendimiento. Si pudiere, ocuparle en que mire que le mira, y le
acompañe y hable y pida y se humille y regale con Él», porque así se va conociendo a Dios en verdad, «y
de esta compañía tan continua nace un amor ternísimo con Su Majestad y unos deseos… de
entregarse toda a su servicio».
Cuando Teresa habla de estar con Él, de «acompañarle», sabe que, a veces, es difícil. Y recordemos, una
vez más, que Teresa no divide la amistad con Jesús en dos partes: el tiempo que se pasa con Él y el
tiempo que se está con los demás. Basta recordar cómo explica la vida de quien está unido a Él: «nunca
dejan de obrar casi juntas Marta y María». No se confunden Marta y María, pero tampoco se separan ni
turnan.
Teresa sugiere, con frecuencia, meditar la vida de Jesús y, especialmente, su Pasión. No lo hace con
dolorismo ni por afán de sufrimiento. Dos cosas la mueven: reconocer el increíble amor que se muestra
ahí y, a la vez, la necesidad de actualizar esa Pasión, de hacer que signifique algo realmente, en cada
presente, para los seguidores de Jesús.
Por eso, va a decir que, aunque «a los principios no os hallareis bien», o se dé algún «apretamiento de
corazón y congoja» –sorprendente realismo de Teresa a la hora de acompañar a Cristo– «aquí probará el
Señor lo que le queréis. Acordaos que hay pocas almas que le acompañen y le sigan en los trabajos…
y acordaos también qué de personas habrá que no solo quieran no estar con Él, sino que con
descomedimiento le echen de sí».
Es imposible no recordar, leyendo este texto, a quienes no echan de sí a Cristo, sino que lo acogen en los
hermanos necesitados. Estos tales han comprendido «en qué está el amar de veras a Dios» y saben qué es
acompañar a Jesús.
Acompañarle es fiarse de Él, que «nunca falta», dejar la vida en sus manos y ocuparse de sus cosas.
Sabiendo que esas cosas no son otras sino las que dan vida a los seres humanos. Por eso, dirá: «¡Oh
Jesús mío, quién pudiese dar a entender la ganancia que hay de arrojarnos en los brazos de este Señor
nuestro y hacer un concierto con Su Majestad, que mire yo a mi Amado y mi Amado a mí; y que mire Él
por mis cosas, y yo por las suyas!».
El Dios de los cristianos es un Dios con necesidad, que quiere concertarse con todos. «Nos da licencia
para que pensemos que Él tiene necesidad de nosotros», dice Teresa. Y en seguida, añadirá: «Pues de
aquí adelante Señor, quiérome olvidar de mí y mirar solo en qué os puedo servir y no tener voluntad sino
la vuestra». Y su voluntad está siempre ligada a la «ganancia de los prójimos», es decir, al bien de todos.
Acompañar a Jesús es «estarse con Él» y «salir a aprovechar a otros». Es, sencillamente, como dijera
de sus hermanas, y podría seguir diciendo hoy: vivir «ocupadas en su amor».
Prólogo del libro Debate en torno al aborto
Benjamín Forcano, Sacerdote y teólogo
abr 062014
Enviado a la página web de Redes Cristianas
De ingenuos nos tratarán. Y podemos serlo. Pero los cinco que participamos en este debate sobre el
aborto, sostenemos que es posible un consenso básico sobre un tema que, por ser humano, puede suscitar
una solución universal, dejando a un lado aspectos secundarios o poco relevantes.
Condiciones para un consenso básico
Pero el logro de este consenso requiere algunas condiciones fundamentales:
1. Admitir que todos estamos a favor de la vida, con actitud indubitable frente a este derecho primero, que
todos debemos exigir para nosotros y respetar en los demás.
2. Considerar que no hay cuestión alguna en la que no recibamos del pasado presupuestos que
condicionan nuestro juicio y solución. El aborto es una de estas cuestiones que marca especialmente
nuestros sentimientos y pronunciamientos. Y es lo que explica la posición exacerbada de unos y otros, a
favor o en contra.
3. Resulta igualmente claro que ninguna cuestión humana debe darse como absolutamente resuelta. Sobre
lo humano caminamos siempre, muchas veces a tientas, y no podemos sentenciar haber conseguido la
verdad plena de la realidad investigada. Pero aun así, nos domina la predisposición a defender nuestra
posición y rechazar la contraria. Lo cual ciega, hace inútil el diálogo e impide añadir avances a nuevos
enfoques y soluciones del tema.
Por tanto, y de ello estamos convencidos, no se puede conseguir con posturas sectarias (por ideología
religiosa, precientífica, política, etc.) un consenso válido para todos. A pesar de todo, sostenemos que este
consenso:
- Es posible si se hace con sinceridad, rigor y humildad, única manera de no absolutizar la propia postura
y abrirse a la contraria, como signo del noble y recíproco deseo de conseguir la verdad.
- En consecuencia, pensamos que, si todos estamos por el derecho a la vida, debemos analizar si lo que
defendemos es el derecho a la vida de un sujeto humano concreto y si esa defensa la aplicamos
igualmente a unos y a otros, a los que han de nacer y a los nacidos.
- Finalmente, y es parte de nuestro planteamiento, pensamos que el embrión es un proceso parcial,
variable y constituyente, sin que alcance antes de las ocho semanas – que es cuando alcanza la categoría
de feto – el rango de proceso constituido, el propio de un sujeto humano. El proceso embrionario no es un
proceso autónomo y autosuficiente, que se origina y queda constituido como sujeto humano en el primer
momento tras la unión de los gametos, del que deriva todo el desarrollo posterior.
Señalamos la importancia de este primer punto y aducimos argumentos que fundamentan nuestra
posición, por las conclusiones que de ellas se derivan.
- No escatimamos bajar a las cuestiones concretas, pero dejando abierta la cuestión primera: “¿Se puede
mantener con seguridad que, en el proceso gestador de la vida humana, existe una vida individualizada -
un sujeto humano- desde el primer instante de la constitución del cigoto: unión de los gametos maculino y
femenino? Nosotros pensamos que no y es lo que exponemos, una hipótesis que no se puede ignorar ni
menospreciar.
La base para un consenso
El consenso no nace de un vacío o de un falso apriorismo, sino del hecho de que “Los pueblos reafirman
su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y valor de la persona humana y en la
igualdad de hombres y mujeres” (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Preámbulo).
El imperativo de hacer el bien o rechazar el mal tiene su asiento en la persona. Y, dado que todos somos
personas, nos corresponde actuar unidos como tales, en valores, criterios y actitudes vinculantes para
todos. El bien se halla inscrito en la realidad que relacionamos y desciframos y no podemos inventar esa
realidad a nuestro gusto, sino que, haciendo uso de nuestra razón y responsabilidad, asumimos la herencia
histórico-cultural que la preserva y transmite, de unas y otras partes (de unas y otras filosofías, de unas y
otras religiones, de unos y otros códigos) y comprobamos cómo en todos los pueblos descubrimos un hilo
que sostiene, teje y entrega esa “dignidad y valor de la persona y los derechos que de ella derivan”.
No podemos establecer como fundamento del bien o del mal la pura voluntad del que manda: “Esto es así
porque lo mando yo”, “Esto está prohibido porque la autoridad lo prohibe”, o “Esto es bueno porque la
autoridad lo manda”. El bien o el mal no lo funda la voluntad de nadie, preexiste en la realidad misma la
cual, debidamente conocida, dicta, sugiere o exige investigar para determinar un obrar correcto.
Para las Naciones Unidas es innegable la unidad de la familia humana, hecho que incluye el respeto total
a la persona humana, el carácter inalienable de la libertad, la dignidad básica de todos los humanos y la
interdependencia de todos con todos. Esto significa que:
. Todo ser humano debe recibir un trato humano, pues todo ser humano, dotado de razón y de conciencia,
está obligado a actuar de forma realmente humana, a hacer el bien y evitar el mal.
. Todos, individuos y Estado, estamos obligados a respetar esa dignidad y garantizar su tutela. La persona
ha de ser siempre sujeto de derecho y fin, no medio u objeto de comercialización
El centro de la vida religiosa (y II)
Escrito por Luis A. Gonzalo Díez.
Nuestra razón de ser
Ofrecer lo que creemos
Mi amigo, que tiene varios lustros más
que yo, me indicó, sin pretender enseñar,
que un rasgo esencial de la vida religiosa
es la inculturación. El vivir al ritmo de la
época. Que la inducción hacia la
trascendencia en cada contexto sólo se da
cuando hay personas que la hacen
posible y creen en ella. Hace unos meses
aludiendo al Año de la fe, decía sencillamente: “lo que hace falta es personas que, en
verdad, crean”, lo hacía comentando determinadas terapias-espectáculo con las que
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  • 1. La posada del silencio El texto de hoy Volveos a mí de todo corazón Muchas veces nuestra oración silenciosa es sencillamente volver a nuestro corazón, volver a nuestra interioridad. Estas horas pueden ser preciosas para comprobar esta necesidad de volver. Quizás se nos pida un cambio. Hemos de estar alerta para ver lo que Dios quiere, para ver cómo nos solicita Dios. No dejarse sobornar por la superficie que nos aleja de lo interior. Ser insumisos a los dictados de la exterioridad, y esto para estar más disponibles, más atentos a la voz interior. Hace falta un gesto de rebeldía, de insumisión, “volverse” del pasado, de las fantasías Volverse para vivir lo que Dios en esta hora nos regala y nos da. Volverse atentos, silenciosos, vigilantes. Volverse del exterior al interior, de las capas superficiales a lo íntimo. Corremos el peligro de quedarnos en la superficie sin retornar a lo íntimo. No importa que nuestra oración sea esto, un incesante volver, un incansable volver: “Volveos a mí de todo corazón” CÁTEDRA DE TEOLOGÍA EN LA USAL: “DOMINGO SOTO”. Conferencia titulada: ‘Una libertad religiosa para todos. Política del miedo e intolerancia religiosa en el pensamiento de Martha Nussbaum’ Juan Manuel Almarza Meñica. Dr en filosofía, Fac. Teológica de San Esteban, Salamanca LUNES 7 DE ABRIL A las 20,00, en el edificio histórico de la Usal
  • 2. SEGUNDA COFERENCIA DE LA CÁTEDRA EXTRAORDINARIA DOMINGO DE SOTO Este lunes 7, a las 20 h en el aula Unamuno del edificio histórico el profesor Juan Manuel Almarza, impartirá la segunda conferencia de la cátedra extraordinaria Domingo de Soto, titulada: ‘Una libertad religiosa para todos. Política del miedo e intolerancia religiosa en el pensamiento de Martha Nussbaum’. La catedra Domingo de Soto está centrada en la investigación y el estudio de temas religiosos desde su creación en 1976. Su objetivo era desde su creación, ampliar los intereses de los estudiantes sobre problemas religiosos en el Cristianismo o en la historia de la humanidad. La catedra es muy apreciada en la ciudad de Salamanca, no sólo por intelectuales que asisten a sus conferencias, sino por el público en general, ya que han pasado por ella eminentes intelectuales y teólogos: Joaquín Ruiz-Giménez, Dámaso Alonso, Francisco Tomás y Valiente, Jon Sobrino, Juan Luis Ruiz de la Peña, Olegario González de Cardedal, Juan Martín Velasco, Xabier Picaza, Fructuoso Mangas (Colaborador de Salamanca RTV), Gonzalo Torrente Ballester, Antonio Colinas, así como profesores de la Universidad de Salamanca. Doce años después de su última conferencia, retoma de nuevo sus actividades en este curso 2013 -2104. En el mes de noviembre se impartió la primera conferencia "Libertad, derechos humanos y libertad religiosa" por Olegario González de Cardedal, catedrático jubilado de UPSA. Esta segunda conferencia estará dedicada a Martha Nusbaum, premio Príncipe de Asturias de Ciencia Sociales en el año 2012. Filósofa americana y una de las pensadoras más destacadas de este momento. Su aportaciones son muy amplias y de referencia en la intelectualidad, van desde campo de la de la ética a la filosofía política, el feminismo o el pensamiento grecorromanto. El tema religioso ha ido paralelo a sus aportaciones en la ética, sobre todo la intolerancia religiosa y la dignidad humana, como refleja en uno de sus últimos libros, La nueva intolerancia religiosa. Cómo superar la política del miedo en una época de inseguridad, (en la editorial Paidós). Juan Manuel Almarza Meñica, es fraile dominico y Doctor en Filosofía y profesor en la Facultad de San Esteban, regente de estudios de las Provincias de España, Aragón y Bética, y director de las Conversaciones de San Esteban. Su catálogo de libros y revistas en muy numeroso, imposible de citar aquí, pero sus investigaciones se han centrado en la filosofía política, sobre todo alemana, en autores como Gadamer o Habermas. Pero en amplia bibliografía aborda temas como el humanismo, la colonización, la filosofía en el siglo de Oro, el sufrimiento del inocente en F. Dostoievski, la compasión en la política contemporánea, etc. En la editorial San Esteban ha publicado: “El pensamiento alemán contemporáneo. Hermenéutica y teoría crítica” (1985); “Hacia una vejez nueva” (1989); “Bienestar social y desarrollo de los Derechos sociales” (1991).
  • 3. Juan Antonio Mateos Pérez FOTOS RETIRO-CONVIVENCIA CUARESMAL Sábado, 5 de abril de 2014 Dirección: FRAY OCTAVIO SÁNCHEZ UREÑA, OP
  • 4.
  • 5.
  • 6.
  • 7.
  • 8.
  • 9.
  • 10. Fotos: Isaura Díaz Figueiredo. COMENTARIO DEL POLÍTICO ADORACIÓN DEL CORDERO MÍSTICO DE Van Eyck (1432) EN LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA POR NINES MORENO PLAZA Mª Ángeles Moreno Plaza EL LUNES DIA 7 A LAS SEIS DE LA TARDE EN LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA. AULA 31. ENTRADA POR SERRANOS, SE COMENTARÁ EL CUADRO YA CONOCIDO POR ALGUNOS POR Mª ANGELES MORENO AQUELLOS QUE ESTEN INTERESADOS ESTAIS INVITADOS. GRACIAS.
  • 11.
  • 12.
  • 13. El once de Abril , viernes de dolores, a las 20,00 horas
  • 14.
  • 15. En el templo de San Juan Bautista, comienza para algunos de nuestros poetas la Semana Santa en Salamanca. No es fácil encontrar un acto poético tan cargado de bendiciones y cantos al Señor. Sintiendo el tesoro , siempre admirable, de una vida interior que se desarrolla en gracia y plenitud por todo lo que es noble, puro, fuerte, generoso y autentico. Verónica Amat RUTA DOMINICANA SUR DE FRANCIA Por fin, “fumata bianca”. Después del último vaivén de altas y bajas, hemos llegado al número de personas que acordamos en la reunión tenida el pasado miércoles. Por consiguiente, tendrá lugar el viaje programado.De todos modos, si sabéis de alguien que quiera todavía apuntarse, puede hacerlo. Tiene de margen hasta finales de mes.Ya os convocaré a todos los participantes para una próxima reunión a fin de organizarnos. Gracias a todos los que estáis haciendo posible el viaje. Juan Huarte VIAJE DE LA ESCUELA DE TEOLOGÍA A LOS LUGARES DOMINICANOS DEL SUR DE FRANCIA (21 -27 abril 2014) Recordamos a todos los interesados que urge apuntarse cuanto antes. La Agencia encargada de organizar el viaje quiere saber antes del día 20 el número de participantes para reservar las plazas de los hoteles, pues están bastante solicitados en esas fechas. Para cualquier información, dirigirse a la Secretaria de la Facultad de San Esteban (tlfno: 923 26 19 79) o al P. Juan Huarte (tlfno: 923 27 30 85).
  • 16.
  • 17. EL AYUNTAMIIENTO Y LA PARROQUIA SE MANIFIESTAN PUBLICAMENTE el: 5/4/2014 13:40:00 Fuente: Besana Villoria
  • 18. Comunicado oficial sobre el reparto de alimentos desde el BANCO DE ALIMENTOS de Salamanca
  • 19. Hemos tenido conocimiento de algunos comentarios injustos que tanto a nivel de redes sociales de Villoria como a nivel de calle se han vertido sobre el dinero público que se le ha ofrecido a la persona voluntaria que viene ejerciendo desde hace años, encargada por la parroquia, la tarea de trasporte y reparto de alimentos desde el BANCO DE ALIMENTOS de Salamanca a estos pueblos de Babilafuente, Moríñigo, Villoria y Villoruela. Y por ello queremos manifestar públicamente PRIMERO: nuestro disgusto por estos comentarios difamantes que hacen mucho daño a personas, familias e instituciones y atacan y dificultan una tarea tan delicada como ésta de ayuda a familias necesitadas. SEGUNDO: nuestra defensa del honor de las distintas personas y familias que prestan voluntariamente desde hace años esta tarea. TERCERO: Que las dos instituciones –ayuntamiento y parroquia- consideramos de justicia el aportar una ayuda a los gastos que esa tarea de trasporte de alimentos genera en las personas que lo realizan. Y que vamos a seguir haciéndolo, agradecidos en nombre del pueblo y de las familias afectadas de que haya personas que ofrezcan su tiempo y esfuerzos por esta tarea social tan delicada. Aclaramos que las ayudas que se vienen dando en concepto de trasporte en absoluto cubren todos los gastos, sobre todo en el capítulo de vehículos, y además se han empezado a ofrecer después de un tiempo a cargo exclusivo del voluntario y su familia. Fdo: Julián Barrera, alcalde Luis Martín Figuero, párroco
  • 20. Presentación libro Bernardo en Pamplona Presentación del libro "Rutas para el camino. Homenaje a Bernardo Cuesta". El viernes 11 de Abril a las 18:00 horas en el Colegio Santo Tomás c/Santo Domingo, 43 Pamplona. OS ESPERAMOS!!! Felicitamos y oramos por nuestro hermano Fray Emmanuel Toledo Ramírez, O.P. del Vicariato General de la Santa Cruz de Puerto Rico, quien recibió hoy la ordenación diaconal por la imposición de manos de S.E.R. Mons. Roberto O. González Nieves, O.F.M. Arzobispo Metropolitano de San Juan, en el Convento Nuestra Señora del Rosario en Bayamón, Puerto Rico. Enhorabuena! Nuestro Padre Domingo continue derramando muchas gracias para que se enriquezca tu vocación a la Predicación de la Verdad. La Oración en el huerto y la paz interior - Fray Julián de Cos, O.P. Miércoles 2 de abril de 2014 A Jesús le gustaba subir a los montes para orar toda lo noche. ¿Ustedes se lo imaginan?: Subir solos a un monte al atardecer, buscar un buen lugar desde el que contemplar tranquilamente la belleza del firmamento, escuchar los susurrantes sonidos de la noche…, y abrir el corazón al Creador. Pasar toda la noche ahí arriba, arropado por la oscuridad, diciéndole a Dios cuanto se le quiere y sintiendo su suave amor en el corazón. Y tras contemplar el amanecer y dar gracias por esa maravillosa noche, descender la montaña. Eso hacía Jesús a menudo. Pero aquella noche era diferente. Era la víspera de su Pasión. Aquella no era otra tranquila noche de contemplación, sino una turbulenta noche de angustia. Tenía que asumir lo que se
  • 21. le venía encima. Y le costaba hacerlo. Deseaba que las cosas fuesen más fáciles. Pero no debía de cumplirse su deseo, sino el de su Padre. Y tras un durísimo momento de sangrante sufrimiento interior, aceptó la voluntad del Padre, y llegó la calma a su corazón. Una calma que no perderá en las horas siguientes en las que será difamado, maltratado y asesinado. Y ello le llevará a su triunfo absoluto. A la resurrección. Esta experiencia de Jesús en el huerto, en cierto modo, todos la conocemos. Todos nos hemos tenido que enfrentar ante una realidad que sabíamos inevitable en nuestro camino cristiano, pero que no nos gustaba y que nos angustiaba. Y le hemos pedido a Dios, con todas nuestras fuerzas, que nos libre de ese sufrimiento. Sabemos que hay personas que saben abrir su corazón a Dios, mostrarle su angustia, llorar de tristeza ante Él y, al final, aceptar lo inevitable y afrontarlo con calma y llenos de fe. Y conocemos personas que, por el contrario, no son capaces de aceptar el sufrimiento, aunque sea para alcanzar un gran bien. ¿Qué paz encontramos cuando nos limitamos a hacer nuestra voluntad? ¿Y qué fe tenemos si no somos capaces de afrontar los momentos difíciles? En la Oración en el Huerto Jesús nos muestra la gran paradoja del camino cristiano: quien acepta sufrir por el Reino, alcanza la paz interior. La Alegría del Evangelio, Alegría del Reino J. Amando Robles La “alegría del Evangelio“, expresión bien conocida por ser el título de la primera exhortación apostólica del papa Francisco (24/11/13) en la clausura del Año de la fe, es mucho más que una expresión feliz de las tantas a las que ya nos tiene habituados este papa en poco más de un año de su pontificado. Es la expresión de la alegría del Reino. En otras palabras, decir alegría del Evangelio es decir alegría del Reino, y el Reino es la realización humana por antonomasia, la más plena y total a la que puede aspirar el ser humano, el tesoro y la perla que polarizan totalmente a quien los descubre, de modo que en su adquisición empeña todo su ser, vendiendo literalmente todo lo que tiene por conseguirlos. Y es que no hay realización superior, y por tanto alegría más grande. Es la alegría de las alegrías, la felicidad por excelencia. Porque es lo único necesario, lo único que importa. Y no porque en orden jerárquico moral sea lo más valioso e importante, sino porque en el orden de lo real es literalmente lo único, lo es todo. En efecto, bien visto, es lo único real, la realidad de la realidad, y, al ser lo único real, lo es todo.
  • 22. El Reino es lo que somos y lo que es todo y, por tanto, algo muy anterior a toda expresión religiosa y, en este sentido, incluso no religioso. Aquí también se cumple lo que se dice del lenguaje humano, aquello de que el poema fue antes de la prosa y la creación artística en general o ficción fue antes que la descripción. El Reino es lo que hemos conocido como experiencia espiritual. Algo profundamente humano y solamente humano, eso sí, plenamente humano. Tan plena y totalmente humano, tan plena y totalmente real, que no se puede describir ni conceptualizar, no se puede representar ni imaginar. Si así fuera, esto supondría que el Reino se puede conocer como un sujeto conoce un objeto, y no se puede. Solo se puede conocer experiencialmente, haciendo y viviendo su experiencia. Una experiencia en la que no hay sujeto y objeto, en la que no hay dualidad, solo unidad, porque la experiencia no solo es envolvente, lo es todo. De ahí que no se pueda expresar, describir ni conceptualizar, porque es literalmente inefable. Sólo se puede sugerir, apuntar hacia ello, invitar e incitar a hacer y vivir su experiencia. Y ello y siempre de manera simbólica. Como hizo Jesús en sus parábolas. Es bien sabido como Jesús nunca definió o conceptualizó el Reino. No pudo hacerlo. El simple intento hubiese significado su negación. Y el mismo comportamiento encontramos en todas las grandes tradiciones espirituales, en todas las verdaderas espiritualidades, independientemente de las categorías que en cada cual y de acuerdo a su cultura y/o culturas utilicen para ello.
  • 23. Las categorías que utilizó Jesús fueron bien expresivas. Además de la categoría del “Reino“, y de su omnipresencia como realidad –«el reino está en medio de ustedes»–, fue profundamente alegre, como no podía ser menos, la manera de anunciarlo, como “evangelio“, es decir, como buena noticia, como buena nueva. La noticia por excelencia. Porque no hay otra mayor. Y por su naturaleza es siempre nueva: el Reino como plenitud y totalidad aquí y ahora. Como fue también profundamente rica la manera de presentarlo como un tesoro y una perla, el tesoro más grande y más valioso que cabe concebir. Pero quizás resultan más expresivas aun las categorías que utilizó para expresar su presencia en todos los nichos de la existencia humana, incluso en aquellos que parecen negarla: en las situaciones de pobreza y de dolor, de sufrimiento y de atropello. Pensando en los seres humanos haciendo la experiencia del Reino en esas situaciones dijo y reiteró el “felices“ y “dichosos“ de las Bienaventuranzas: felices los pobres, felices los que sufren, felices los perseguidos, felices los mansos, los que lloran,…, felices, felices. Y pudo enseñar también: al que te golpee en una mejilla ofrécele la otra, al que te pida la túnica dale también el manto, si alguien te obliga a llevar la carga llévasela el doble más lejos, dale al que te pida algo, preferentemente si no te lo puede devolver, ama a tus enemigos y ora a Dios por quien te persigue. Y si actúan así, felices, dichosos, felices. Un mundo verdaderamente nuevo y realmente al revés. Este fue el gran tesoro que él descubrió, la gran perla que encontró y compró. Y desde que los descubrió esta fue su vida y su enseñanza. No tuvo otra ocupación ni misión. Y esta fue su alegría, la del Reino. Y es que la alegría del Evangelio no es otra que la alegría del Reino, y esta la alegría de la realización plena y total aquí y ahora, en toda situación por inhumana que sea. La única alegría capaz de anunciar y construir un mundo nuevo porque lo trae dentro, en su experiencia, bajo la forma de muerte al ego, gratuidad plena y total, y servicio incondicional a todos y a todo. Seres duales como somos pero llamados a la unidad, se nos abren dos caminos de realización humana y social: el que parte de nuestro ser interesado, dual, egocentrado, que no es verdadera realización; y el que parte del ser unitario, trascendente y pleno que también somos o, más bien, que realmente somos. La alegría del Evangelio es la nota de este segundo camino, la nota del Reino, de la posibilidad de la realización humana plena y total aquí y ahora.
  • 24. Domenico Fetti (h. 1589-1623) Parábolas de la dracma perdida y la perla preciosa A VUELTAS CON DIOS (VI) Juan Antonio Mateos Pérez Tenemos que terminar estas largas reflexiones que nunca agotan el misterio y el acercamiento a Dios. Ayer subrayábamos con E. Schillebechx, que la revelación es una experiencia expresada con palabras; es acción salvífica de Dios, en cuanto experimentada y expresada por el hombre. Así tenemos dos elementos, uno Dios que crea y se manifiesta al hombre; y este ser creado, limitado, es libre en todas sus dimensiones para aceptar esa llamada. Este Dios, siguiendo a Mardones[1], se repliega, parte a un país lejano, se esconde, es un Dios escondido o ausente. Esta es una necesidad, para desarrollar no sólo la libertad del creyente, sino del no creyente. Es un ocultamiento presente, un silencio que habla. Dios es una realidad misteriosa, que interpela al hombre. Dios no suprime su misterio en el acto de revelación. La revelación consiste, en que Dios manifiesta el misterio oculto[2]. Así empieza el evangelio de Juan, A Dios nadie lo vio jamás (Jn 1, 18), incluso en esa cercanía al hombre en la encarnación, sigue siendo un Dios escondido. Nos lo recuerda también Juan, no que alguno haya visto al Padre, sino sólo el que está en Dios ése ha visto al Padre (Jn 6, 46). En Isaías encontramos, que en verdad tú eres un Dios escondido, el Dios de Israel, Salvador (Is 45, 15). Como no recordar a San Juan de la Cruz: Una sola palabra tenía Dios para decirnos, y esta palabra es Jesucristo, y Dios la pronuncia en el eterno silencio. Y es en el silencio donde ha de ser escuchada por el alma. En esta línea se manifiesta Nicolás de Cusa, así como Pascal y el cardenal Newman, como un diálogo con el Dios oculto. Este Dios se revela ocultándose. Dios se retira, para hacer espacio al hombre. Así Dios no es necesario para explicar el mundo. Si con la Ilustración accedimos a la mayoría de edad, según los presupuestos kantianos. Con el Dios ausente, llegamos también a la madurez en la fe. Es, como decía Pablo, sabiduría para los cristianos. Un Dios que se oculta en la cruz de Jesucristo, y en esta debilidad se manifiesta su grandeza (2 Cor 12, 9). Un Dios que ha entregado el orden del mundo al ser humano y que lo ha confiado a su responsabilidad. Un Dios que se despoja de su poder a favor
  • 25. de la autonomía del mundo y del ser humano. La cruz de Jesús, no nos libra del mal, pero es una llamada para mantenernos en el orden del bien. La cruz de Jesús, es ofrenda de la propia vida ante un Dios, que, a pesar de toda su incomprensibilidad, se reconoce como mayor y más grande que la propia voluntad, y por consiguiente como medida de lo humano[3]. Partiendo de esa confianza en Dios, incluso en el sin sentido y el sufrimiento. Recuerda Levinas, sólo se puede exigir ese desvelamiento, el hombre que ha reconocido al Dios velado. Es el hombre que ha cuestionado a Dios, como Job, que a pesar de todo mantiene la pregunta y la justicia de Dios. Ese desvelar su rostro, esa afirmación radical de amar la Torah más que a Dios, hace referencia a la responsabilidad del hombre, a que son necesarias instituciones justas. A quedarse en el piso de abajo, como nos proponía el bueno de Don Antonio Machado. Mantener la esperanza de las víctimas, es una forma de mantener la pregunta por Dios, en cualquier tipo de pensamiento. Para Levinas, lo previo a todo discurso religioso, no es el diálogo, es decir al prójimo, “aquí me tienes”, que es anunciar la paz y el amor. El infinito, se ordena al prójimo, es un a-Dios, no un discurso sobre Dios, sino un estar, siempre frágil cara a cara con otro hombre. Cada una de las víctimas de la historia está en ese sufrimiento, donde ellas denuncian la responsabilidad no atendida, la solidaridad no afrontada[4]. Después de Auschwitz, los cristianos sólo podemos ir con las víctimas de la historia[5]. Wiesel se recordaba a sí mismo que “Auschwitz es lo más recóndito del misterio de Dios”[6]. Las víctimas del pasado ya no pueden hacer teología. Están muertos y no pueden hablar. Tenemos que encender en el pasado la chispa de la esperanza, tenemos una cita secreta con las víctimas de la historia, nos apuntaba, no sin razón, Benjamín[7]. En todo discurso sobre Dios, debemos recordar su pasión, su dolor, su clamor[8], su memoria passionis. Benjamin subraya esa violencia conceptual que atraviesa la existencia humana, también la política, que ha organizado la vida con la idea de progreso. La visión progresista de la historia, está convencida que el mañana será mejor que el presente y que el pasado. En esta idea de progreso poco importan las bajas del proceso, pues sólo son el costo del progreso. Las bajas de las historia, son los vencidos, los frustrados en sus esperanzas y aspiraciones, los ofendidos y humillados por los baremos valorativos impuestos por los vencedores. De esta línea del pensamiento desmarca Benjamin. Un pensamiento y una praxis, que considera la violencia como un accidente del “costo social”, pues la regla es el progreso. Ahí están los derechos humanos, el Estado de Derecho, las correcciones a los excesos del mercado. Pero los oprimidos no conocen más que un “Estado de excepción”. Benjamin propone otra forma de ver las cosas, mirar con los ojos de su “Angelus Novus”. Frente a esa historia que recorre un tiempo homogéneo y vacío, que no tiene ojos para las víctimas, y sustituirlo con un tiempo pleno. Para empezar haciendo “memoria”. Esta no es cualquier recuerdo es ver el mundo con los ojos de las víctimas. Es hacer presente las preguntas no respondidas, los derechos insatisfechos, las injusticias presentes. Desde las preguntas pendientes del pasado, desde el clamor de las víctimas. Es la manera de escapar del tiempo “homogéneo y vacío”, es la pequeña puerta por la que se podía colar el Mesías. Es encender en el pasado, la chispa de la esperanza. Como no recordar también al corazón pensante desde los barracones: Etty Hillesum. En sus diarios se alumbran pequeñas luces desde el horror y la noche. No
  • 26. esconde el sombrío panorama, pero su visión no es trágica. Se fija en el otro con un amor inmenso, en los colores del atardecer, en la posibilidad de un tiempo mejor. No hay rendición en su voluntad de vivir, ni siquiera cuando considera probable, demasiado probable su viaje hacia la muerte: …El sufrimiento no está por debajo de la dignidad humana…La mayor parte de los occidentales no comprenden el arte del dolor, y por eso viven obsesionados por miles de miedos…Hay que aceptar la muerte, hasta la más atroz como parte de la vida…, estoy junto a los hambrientos, junto a los maltratados y moribundos todos los días, pero estoy también junto al jazmín y a ese pedazo de cielo que veo desde mi ventana, en una vida en la que hay sitio para todo, para la fe en Dios y para un fin miserable[9]. Como Jesús en la cruz inclinamos la cabeza ante Dios, que recoge nuestras alegrías y anhelos, nuestras tristezas y angustias. En Dios confiamos, incluso cuando se vienen abajo todas las esperanzas humanas. En la noche del sufrimiento y la muerte miramos la cruz y por eso, podemos esperar contra toda esperanza. (Fin) [1] MARDONES, J. M., o. Cit., págs. 48 – 50. [2] KASPER, W.: El Dios de Jesucristo. Salamanca, Sígueme, 2005, pág. 151. [3] LEVINAS, E.: “Amar la Torah más que a Dios” en AA.VV.: La autoridad del sufrimiento. Silencio de Dios y preguntas del hombre. Barcelona, Anthopos, 2004. Para este interesante tema también el artículo de LUIS CARBALLADA, R.: “Cuando Dios se oculta y calla, habla el creyente” en - “Stauros”. Teología de la Cruz-, núm. 48, 2008. págs. 37 – 51, también se publica en la revista “Ciencia Tomista” Tomo 133, 2006. En los artículos se analiza el texto de Yósel Rákover apela a Dios, recoge el testimonio de un hombre que asiste a las últimas horas del gueto de Varsovia, antes de su destrucción definitiva que también acabará con su propia vida. En las últimas horas de su existencia realiza una confrontación con Dios, que es una protesta por su situación, una búsqueda de explicación y una expresión imponente de la fe en ese Dios. [4] METZ, Johann Baptist, Dios y Tiempo. Nueva teología política. Madrid, Trotta, 2002, pág. 227. [5] METZ, J. B. (dir.), El clamor de la Tierra. El problema dramático de la Teodicea. Estella, Verbo Divino, 1996, págs. 9 – 28. [6] METZ, J. B. y Wiesel, E., Esperar a pesar de todo. Madrid, Trotta, 1996, p. 101. [7] BENJAMIN, W., Discursos interrumpidos, Madrid, Taurus, 1989, p. 181. Benjamin, proponía una cultura del corazón ante tanta violencia, una solidaridad con las víctimas de la violencia. De ahí su interés, tanto o más que Horkheimer de vincular materialismo histórico y teología. [8] “Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo... Vagabundo y errante serás en la tierra” (Gn 4, 9-12). Seguimos en las citas la Biblia de Jerusalén, Bilbao, Desclee de Brouwer, 1981.
  • 27. [9] TOMASI, W.: Etty Hillesum: La inteligencia del corazón.Madrid, Narcea, 2003, pág. 77. (Diario 136) Jesucristo, portador de vida que vence a la muerte Editado por Jesús Espeja 1.Según el cuarto evangelista, Jesús ha venido “para que todos tengan vida en plenitud”. En las bodas de Caná trae alegría para una pareja de recién casados en apuros; luego hace que camine un paralítico, sacia el hambre del pueblo con la multiplicación de los panes, y cura los ojos de uno que había nacido ciego. Por fin Jesús se enfrenta con la muerte sorda y muda de su amigo Lázaro. 2. Jesús queda impactado también por ese aguijón de la muerte: “viendo llorar a las hermanas del difunto Lázaro y quienes las acompañaban,Jesús “se conmovió interiormente y se echó a llorar”. Otra vez aquí la relación de amistad y de carño que caracterizaron la conducta de Jesús donde se manifiesta la condición de Dios. Con su forma de vivir y de actuar quiso manifestar la cercanía benevolente de Dios que nos ama y no puede abandonarnos en la muerte. 3. El camino para vencerr a la muerte es creer en Jesús: “el que cree en mí vivirá”. Y creer en Jesús significa abrirse totalmente a su persona y tratar de re-crear su espíritu o esilo de vida en nuestra conducta. “Para que crean” es el objetivo de este evangelio. Para que crean primero los discípulos que van con Jesús, después las hermanas de Lázaro, la gente que las acompañaban en el duelo y todos nosotros que tanto sufrimos ante la muerte de nuestros amigos y familiares. No hay argumentos apodícticos racionales que garanticen una vida después de la muerte, aunque la razón tampoco puede afirmar lo contrario. Pero le ternura y la benevolencia de Dios, dueño de la vida, que se manifestaron en la conducta de Jesús, inspira en nosotros la firme confianza en que, ocurra lo que ocurra, nuestro futuro ya es de gracia, descansa en la misericordia de Dios. Visión positiva del bautismo Nihil Obstat Blog de: Martín Gelabert Ballester, OP domingo, 06 de abril de 2014
  • 28. El título es válido para el bautismo y para toda la vida cristiana en general. A veces tendemos, sin pensarlo mucho, a ver las cosas desde el punto de vista de lo negativo. Por ejemplo, cuando insistimos en lo que no hay que hacer, en lo que está mal. O también cuando presentamos nuestra relación con Dios en términos de deber. Es claro que hay muchas cosas que no debemos hacer, ni como humanos ni como cristianos. Pero quizás sea mejor poner el acento en lo que conviene hacer, en lo que es bueno para nosotros y para los demás. Y si esto queda claro, también resultará claro que lo opuesto al bien, no es lo propio de una persona de bien, de un amante del bien. Dígase lo mismo a propósito de los deberes. En realidad, cuando situamos nuestra relación con Dios y con los demás, en la perspectiva del amor, el deber no es tal deber, sino una consecuencia del amor. Por ejemplo: un cristiano no tiene la obligación de ir a Misa o de rezar. Un cristiano necesita celebrar la Eucaristía, necesita orar, necesita un tiempo para escuchar la Palabra de Dios, bendecirle, alabarle y darle gracias. No es un deber, es una necesidad. Ahora que, en la Pascua, nos disponemos a renovar las promesas bautismales, parece oportuno ofrecer una visión positiva del bautismo. No tanto como un quitar, cuanto como un dar. Los grandes símbolos bautismales son el agua, la luz y el aceite. A veces nos hemos quedado solo con el agua y la hemos presentado en su dimensión negativa: como si su papel fuera el de limpiar una mancha. En perspectiva positiva habría que decir: más que un signo de limpieza, el agua es un signo de fecundidad. El que no ha conocido a Dios, el que no se ha encontrado con Dios es como una tierra reseca e infecunda, que no puede dar fruto. Cuando recibe el agua del Espíritu Santo, entonces esta tierra empieza a ser fecunda, a dar frutos de vida y amor. Lo mismo la luz. Más que fijarse en la oscuridad hay que insistir en lo positivo del iluminar. Las tinieblas no desaparecen cuando se las critica, sino cuando se enciende una pequeña cerilla. Con tanta crítica a lo que otros supuestamente hacen mal, nos olvidamos muchas veces de encender nuestra pequeña luz. Por su parte, el aceite está ahí para facilitar las cosas, para quitar rigidez a los músculos agarrotados. Por eso se unge al bautizado: para posibilitar una relación fluida con Dios y con los hermanos. En este tiempo de cuaresma sería bueno buscar el lado positivo de la vida cristiana, empezando por los tres elementos medicinales que la Iglesia propone para vivirla: el ayuno y la limosna, más que momentos de privación, son oportunidades para compartir, para caer en la cuenta de que muchos no tienen con qué comer. Y la oración es la ocasión para caer en cuenta de lo mucho que necesitamos de Dios. Ya torna, ya resucita...
  • 29. La resurrección de Lázaro nos va anunciando la Resurrección de Jesús, que precede a todo tipo de resurrección, de victoria frente a cualquier tipo de muerte. En este V Domingo de Cuaresma, el Evangelio nos relata la resurrección de Lázaro. No cabe duda de que es un anuncio, una señal, un "ir acercándose", de lo que se cumplirá en Jesús. Es un paso del Evangelio rico de imágenes e ideas, pero centrémonos en ésta: la resurrección de Lázaro anuncia la gran alegría del día de Pascua. Estamos cerca de la Gran Fiesta para todo el mundo cristiano. Y en este domingo vemos a Jesús, enternecido, humano,...lo vemos en su limitación temporal. Pero es desde esta humanidad que se nos ofrece la gran señal: Él ha sido constituido por Dios Señor de vivos y muertos (Hch 10, 42). En Él están las llaves de la Creación. En Él se nos anuncia que es el enviado de Dios para vencer al único enemigo invencible: la muerte. La muerte y el pecado empiezan a ser derrotados en Lázaro, empiezan a ser derrotados en todas las curaciones, en todos los exorcismos, en todas las Palabras de Jesús...con Lázaro se nos anuncia que la muerte va a perder su aguijón; que todos los problemas de nuestras vidas, no van a acabar con nosotros. Que es posible la victoria. Por lo tanto, dejémonos ya inundar por la alegría del día de Pascua, por que ya viene, ya se acerca,...ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo (Himno del Oficio de lecturas para el común de Pascua). Estudiantado Interprovincial Real Convento de Predicadores, Valencia
  • 30.
  • 31.
  • 32. VÍDEO DE HOY: Un latido de humanidad (Costa de Marfil 2) Javier Salazar a pie de obra en el poblado de Ayau Sokpa durante el rodaje Contra la segregación Europa debe revisar las políticas de integración de la población gitana y dedicar más recursos El País 6 ABR 2014 - 00:00 CET
  • 33. En Europa hay más de seis millones de ciudadanos pertenecientes a la comunidad gitana que sufren exclusión o discriminación. Con frecuencia aparecen en los medios de comunicación por situaciones conflictivas y en los últimos años han visto con temor cómo el racismo y la xenofobia se incrustaban en el discuro político de la mano de la extrema derecha. La Tercera Cumbre Europea sobre Población Gitana ha permitido constatar que Europa tiene en la integración del colectivo gitano una asignatura pendiente en la que muchos países merecen un clamoroso suspenso. En la cumbre se presentó por primera vez un informe pormenorizado sobre los avances en cada uno de los 28 países miembros. Aunque se constatan mejoras puntuales muy encomiables, la valoración de conjunto es que las políticas aplicadas hasta ahora han tenido un impacto muy reducido. Hungría, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia, con porcentajes de población gitana que oscilan entre el 7% y el 10%, son los que exigen una acción más decidida por parte de la Unión Europea. No solo deben destinarse más recursos, sino que también es preciso revisar las políticas que se aplican a nivel local, pues algunas de ellas son claramente ineficientes. Algunos países dedican los fondos que reciben a programas de escolarización en centros segregados. Para evitar que los niños gitanos perturben el progreso académico de los demás, se les condena a un círculo vicioso del que difícilmente saldrán. Al escolarizarse tarde y mal, no alcanzan la formación necesaria para acceder a un trabajo, con lo que acaban viviendo en guetos y de actividades marginales o fuera de la legalidad. Como se ha demostrado en España, citada en ocasiones como ejemplo, las políticas de integración deben ser transversales y tratar de normalizar la vida en todos los aspectos, empezando por la escuela y la vivienda. Este planteamiento es el que ha permitido en España que todos los niños gitanos acaben la primaria y un alto porcentaje también la secundaria. En 1978, el 75% de las familias gitanas españolas vivían en barracas o infraviviendas. Ahora son menos del 10% y en la mayoría de los casos se trata de familias llegadas de los países del Este, el nuevo reto que ahora tiene España. En todo caso, no hay que olvidar que estas políticas de integración no son solo necesarias en términos de justicia social y respeto a los derechos humanos, sino eficientes desde el punto de vista del progreso material del conjunto de la sociedad. Entonces, yo existo para ti
  • 34. Existe una tribu africana Zulù, que tiene una bonita costumbre. Cuando alguien hace algo perjudicial o errado, ellos llevan a la persona al centro de la aldea y toda la tribu viene y lo rodea. Durante dos días, le dicen todas las cosas buenas que él ya ha hecho. La tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un ser bueno, deseando seguridad, amor, paz y felicidad. Pero a veces, en la búsqueda de esas cosas, las personas cometen errores; errores que la comunidad ve como un grito de socorro. Entonces, la tribu se une para erguirlo; para reconectarlo con quien es realmente, hasta que él se acuerde totalmente de la verdad, de la cual se había desconectado temporalmente: "Yo soy bueno". SAWABONA, es un saludo usado en África del Sur que quiere decir: "Yo te respeto, yo te valorizo. Eres importante para mí". En respuesta, las personas contestan SHIKOBA, que es: "Entonces, yo existo para ti” Campaña pide castigo para delitos cometidos durante la dictadura Adital Amnistía Internacional está recogiendo firmas para solicitar la revisión de la Ley de Amnistía, aprobada en 1979, con el objetivo de que, finalmente, se imparta justicia para los delitos cometidos por agentes del Estado durante el régimen militar en Brasil. Es la campaña "50 días en contra de la impunidad”, como parte de las actividades por el aniversario de los 50 años del golpe militar en el país. La organización se basa en el hecho de que, en la legislación internacional, la tortura, los asesinatos, los estupros y las desapariciones forzadas, en un contexto de dictadura, son delitos de lesa humanidad y, por ello, no prescriben ni pueden ser amnistiados. "Brasil necesita enfrentar su pasado con justicia y no sólo con memoria y verdad. El trabajo de la Comisión Nacional de la Verdad y las iniciativas de reparación a las víctimas del régimen militar son muy importantes, pero además, el país necesita dar un paso adelante para investigar y responsabilizar a aquellos que cometieron delitos en contra de la humanidad. Que suceda esto es esencial para evitar que esas violaciones se repitan y para llevar justicia a las víctimas y a sus familias”, afirma Atila Roque, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil. Además de la revisión de la Ley de Amnistía, la petición exige la inclusión de los delitos de lesa humanidad y los delitos de guerra en la legislación brasilera y la adopción de políticas de memoria que contribuyan a la no repetición del período dictatorial. La petición se enviará a la presidenta Dilma Rousseff y a los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado Federal. ¡Firme ahora la petición! Amnistía informa que piezas digitales fueron desarrolladas con enfoque en el público joven, que no vivió el período del régimen militar. Con el slogan "Cualquier semejanza no es mera coincidencia”, las piezas expresan las semejanzas existentes entre violaciones de derechos humanos de la época de la dictadura y las que se repiten todavía hoy, mostrando que algunos problemas del país están lejos de haber sido
  • 35. superados. "La militarización de la seguridad pública es anterior al régimen autoritario de 1964-1985, pero se profundizó en ese período, cuando el Ejército asumió directamente el control de las policías militares estaduales. La diseminación de valores contrarios a los derechos humanos agravó problemas serios que ya existían en la seguridad pública y que siguen presentes hasta hoy, como la práctica de torturas, homicidios y desapariciones forzadas por parte de la policía”, destaca Roque. La campaña "50 años de impunidad” también va a abordar el trabajo de Amnistía Internacional en Brasil, en la época del período militar. Fundada en 1961, la organización internacional tuvo un papel importante al ayudar a denunciar las violaciones de derechos humanos que ocurrían en el país a la comunidad internacional. “La resurrección de Lázaro muestra hasta donde puede llegar la fuerza de la gracia de Dios, nuestra conversión, nuestro cambio:¡No hay ningún límite a la misericordia divina ofrecida a todos!”, el Papa en el Ángelus 2014-04-06 Radio Vaticana (RV).- (audio) “Jesús nos invita, casi nos ordena, a salir de la tumba en la cual nuestros pecados nos han hundido” expresó Francisco, inspirado en el Evangelio de la Resurrección de Lázaro, ante los miles de fieles y peregrinos que llegaron a la plaza de San Pedro en el último domingo de cuaresma, en el que el Obispo de Roma regaló un Evangelio de bolsillo. “Sobre la Palabra del Señor nosotros creemos que la vida de quien cree en Jesús y sigue su mandamiento, después de la muerte será trasnformada en una vida nueva e inmortal”, afirmó el Sucesor de Pedro. “Como Jesús ha resucitado con el proprio cuerpo, pero no ha regresado a una vida terrena, así nosotros resurgiremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos. Él nos espera junto al Padre, y la fuerza del Espíritu Santo que lo resucitó a Él, resucitará también al que está unido a él”, explicó. El Vicario de Cristo dijo que el grito de Jesús a Lázaro está dirigido a cada hombre, porque todos estamos signados por la muerte; “es la voz de Aquel que es el dueño de la vida y quiere que todos tengamos vida en abundancia”. “Cristo no se resigna a los sepulcros que nos hemos construido con nuestras elecciones de mal y de muerte… nos llama insistentemente a salir de la oscuridad de la prisión en la que nos hemos encerrado, contentándonos con una vida falsa, egoísta, mediocre” Dejémonos aferrar, liberar, por las palabras que Jesús nos repite a cada uno: “salí afuera”. Nuestra resurrección empieza cuando decidimos obedecer a la orden de Jesús de salir a la luz, a la vida. Francisco Papa dijo también que el gesto de Jesús de resucitar a Lázaro era demasiado grande, demasiado claramente divino como para ser tolerado por los sumos sacerdotes, que tomaron la decisión de matar a Jesús. Después de la oración dominical del ángelus Francisco saludo a los peregrinos, recordó el genocidio iniciado en Ruanda en 1994, los cinco años del terremoto en L’Aquila, y explicó el gesto del regalo del Evangelio de bolsillo en Cuaresma. Para Radio Vaticana, jesuita Guillermo Ortiz Texto completo de la reflexión del Papa
  • 36. Audio: Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! el Evangelio de este quinto domingo de Cuaresma nos narra la resurrección de Lázaro. Es el culmen de los “signos” prodigiosos realizados por Jesús: es un gesto demasiado grande, demasiado claramente divino para ser tolerado por los sumos sacerdotes, los cuales, cuando supieron del hecho, tomaron la decisión de matar a Jesús (Jn 11,53). Lázaro había muerto desde hacía ya tres días cuando llegó Jesús, y a las hermanas Marta y María, Él les dijo las palabras que se imprimieron para siempre en la memoria de la comunidad cristiana, dice así Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. (Jn 11,25). Sobre esta la Palabra del Señor nosotros creemos que la vida de quién cree en Jesús y sigue su mandamiento, después de la muerte será transformada en una vida nueva, plena e inmortal. Como Jesús ha resucitado con su propio cuerpo, pero no ha vuelto a la vida terrena, así nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos. Él nos espera junto al Padre, y la fuerza del Espíritu Santo, que lo ha resucitado a Él, resucitará también a quién está unido a Él. Frente a la tumba sellada del amigo Lázaro, Jesús “gritó con gran voz: ‘¡Lázaro, salí afuera! El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto con un sudario. (vv. 43-44). Este grito perentorio está dirigido a cada hombre, porque todos estamos marcados por la muerte, todos nosotros; es la voz de Aquel que es el dueño de la vida y quiere que todos “la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Cristo no se resigna a los sepulcros que nos hemos construido con nuestras elecciones de mal y de muerte, con nuestros errores, con nuestros pecados. ¡Él no se resigna a esto! Él nos invita, casi nos ordena, que salgamos de la tumba en la cual nuestros pecados nos han hundido. Nos llama insistentemente a salir de la oscuridad de la prisión en la que estamos encerrados, conformándonos con una vida falsa, egoísta, mediocre. “¡Salí afuera”!, nos dice. “¡Salí afuera”! Es una bella invitación a la verdadera libertad. Dejémonos aferrar por estas palabras que Jesús hoy repite a cada uno de nosotros. Una invitación a dejarnos liberar de las “vendas”, de las “vendas del orgullo. Porque el orgullo nos hace esclavos, esclavos de nosotros mismos, esclavos de tantos ídolos, de tantas cosas. Nuestra resurrección comienza desde aquí: cuando decidimos obedecer a esta orden de Jesús saliendo a la luz, a la vida; cuando de nuestro rostro caen las máscaras - tantas veces nosotros estamos enmascarados por el pecado, ¡las máscaras deben caer! - y nosotros encontramos el coraje de nuestro rostro original, creado a imagen y semejanza de Dios. El gesto de Jesús que resucita a Lázaro muestra hasta dónde puede llegar la fuerza de la Gracia de Dios, y por lo tanto, donde puede llegar nuestra conversión, nuestro cambio. Pero escuchen bien: ¡no hay ningún límite a la misericordia divina ofrecida a todos! ¡No hay ningún límite a la misericordia divina ofrecida a todos! Acuérdense bien esta frase. Y podemos decirla todos juntos: ¡No hay ningún límite a la misericordia divina ofrecida a todos! Digámosla juntos: ¡No hay ningún límite a la misericordia divina ofrecida a todos! El Señor está siempre listo para levantar la piedra tumbal de nuestros pecados, que nos separa de Él, luz de los vivientes. Después de la oración mariana del Ángelus el Papa dijo: Queridos hermanos y hermanas: Se llevará a cabo mañana en Ruanda la conmemoración del vigésimo aniversario del inicio del genocidio perpetrado contra los tutsis en el 1994. Con esta circunstancia deseo expresar mi cercanía paternal al pueblo ruandés, animándole a continuar con determinación y esperanza, el proceso de reconciliación que ya ha manifestado sus frutos, y el empeño de reconstruir humana y espiritualmente el país. A todos les digo: ¡No tengan miedo! En la roca del Evangelio construyan su sociedad, en el amor y en la concordia, ¡porque sólo así se genera una paz duradera! Invoco sobre toda la querida nación de Ruanda a la protección maternal de Nuestra Señora de Kibeho. Recuerdo con afecto a los obispos ruandeses que han estado aquí, en el Vaticano, la semana pasada. Y a todos los invito, ahora, a rezar a la Virgen Nuestra Señora de Kibeho. (Reza Ave María) Saludo a todos los peregrinos presentes, especialmente a los que participan en el ‘Congreso del Movimiento de Compromiso Educativo de la Acción Católica Italiana’. ¡Invertir en educación significa invertir en esperanza! Saludo a los fieles de Madrid y Menorca; a aquellos de la Diócesis de Concordia-Pordenone; el grupo brasileño "Fraternidad y Tráfico Humano"; a los estudiantes de Canadá, Australia, Bélgica y a los de Cartagena-Murcia; a los alpinos de Como y de Roma. Saludo a los grupos de niños que han recibido o se están preparándose para la Confirmación, los jóvenes de diferentes parroquias y los numerosos estudiantes. Han pasado exactamente cinco años del terremoto que azotó a L'Aquila y su territorio. En este momento queremos unirnos con aquella comunidad que ha sufrido tanto, que todavía sufre, lucha y espera, con
  • 37. mucha confianza en Dios y en la Virgen María. Oremos por todas las víctimas: que vivan para siempre en la paz del Señor. Y recemos por el camino de resurrección del pueblo de L'Aquila: la solidaridad y el renacimiento espiritual, son la fuerza de la reconstrucción material. Recemos por las víctimas del virus del Ébola que se ha desarrollado en Guinea y países vecinos. Que el Señor sostenga los esfuerzos para combatir el inicio de esta epidemia y para asegurar cuidado y asistencia a todos los necesitados. Y ahora me gustaría hacer un simple gesto para ustedes. En los últimos domingos he sugerido a todos ustedes que se hicieran con un pequeño Evangelio, para llevar uno mismo durante el día para poder leerlo a menudo. Entonces me acordé de la antigua tradición de la Iglesia, durante la Cuaresma, de entregar el Evangelio a los catecúmenos, los que se preparan para el bautismo. Así que hoy quiero darles a ustedes que están en Piazza –pero en un seño para todos- un Evangelio de bolsillo. Será distribuido de forma gratuita. Hay lugares en la plaza para esta distribución. Yo los veo: allí, allí, allí, allí.... Acérquense a los lugares y tomen el Evangelio ¡Tómenlo, tómelo con usted, y léanlo cada día: ¡es exactamente Jesús el que les habla allí! ¡Es la palabra de Jesús: esta es la Palabra de Jesús! Y como Él les digo: ¡gratuitamente han recibido, gratuitamente den! ¡Den el mensaje del Evangelio! Pero a lo mejor alguno de ustedes non cree que esto sea gratuito. “¿Pero cuando qué? ¿Cuánto debo pagar, Padre? Pero hagamos una cosa, a cambio de este regalo, hagan un acto de caridad, un gesto de amor desinteresado, una oración por los enemigos, una reconciliación de alguna cosa... Hoy se puede leer el Evangelio con muchos instrumentos tecnológicos. Se puede llevar la Biblia con uno mismo en un teléfono móvil, una tableta. Lo importante es leer la Palabra de Dios, con todos los medios, pero leer la Palabra de Dios: ¡es Jesús que nos habla allí! es acogerla con el corazón abierto. ¡Entonces la buena semilla da fruto! ¡Les deseo un buen domingo y buen almuerzo! ¡Hasta la vista! (Traducción María Cecilia Mutual-MZ- RV) Francisco visita una parroquia de la periferia romana 2014-04-06 Radio Vaticana (RV).- (Con audio) Este domingo a las 16.00 el Papa visitó la parroquia romana de San Gregorio Magno, en el barrio Portuense. Como de costumbre el Papa saludó a fieles y parroquianos y tuvo diversos encuentros con los niños y muchachos del catequismo; con los enfermos y ancianos. En esta ocasión fueron presentadas al Papa las distintas realidades sociales de la zona, entre ellas, la Asociación de integración social para personas discapacitadas “Lámpara de los deseos”, la Cooperativa “La Prora” que se ocupa de la reinserción laboral de los ex carcelados y ex toxicómanos. Finalmente el Papa visitó la Casa de la Caridad, una estructura parroquial, animada por las Carmelitas Menores de la Caridad y diversos voluntarios. La celebración de la Santa Misa corona la visita a esta parroquia de la periferia romana. (MCM-RV) Camerún; dos sacerdotes italianos y una monja canadiense secuestrados
  • 38. (©Ansa) Gianantonio Allegri, uno de los dos sacerdotes secuestrados La sombra de los terroristas islámicos nigerianos. La irrupción de dos grupos armados en la casa de religiosos en el norte del país Redacción Turín Dos sacerdotes de Vicenza, Giampaolo Marta Gianantonio Allegri, y una monja canadiense fueron secuestrados por hombres armados durante la noche en el norte de Camerún, en la diócesis de Maroua. Lo indicó una fuente de la diócesis de Vicenza. Según la primera de las reconstrucciones, dos grupos armados a bordo de varios vehículos irrumpieron alrededor de las 2 de la madrugada (hora local) en las casas de los sacerdotes y de las monjas. No se excluye que los secuestradores pertenezcan al grupo terrorista de Boko Haram, activo en el norte de Nigeria y que ha llegado incluso a Camerún. “No hay noticias tranquilizadoras, se trata de esperar y de actuar con la mayor cautela -afirma una monja de la Divina Voluntad de Bassano del Grappa, cuyas hermanas operan en la misión africana desde hace veinte años. Después del secuestro del sacerdote francés Georges Vandenbeusch (que fue secuestrado en la misma región en noviembre de 2013, ndr.) la situación parecía haberse calmado. Ahora, en cambio, el momento vuelve a ser muy grave. No nos cansemos de rezar por los secuestrados”. Bergoglio y la persecución de los cristianos
  • 39. (©Ansa) La cúpula de San Pedro Papa Francisco expresa su enfoque sobre la fe en los sufrimientos provocados por el “odium fidei”, alejándose de interpretaciones instrumentales y generalizaciones Gianni Valente ciudad del Vaticano Aún hoy, los “cristianos son perseguidos”. Y tan es así que tal vez hay “más mártires ahora que en los primeros tiempos”. En la misa matutina de ayer, en la capilla de la Domus Sanctae Marthae, Papa Francisco repitió que nuestra época es un tiempo de martirio. Las consideraciones del Obispo de Roma sobre la persecución y el martirio continúan marcando su predicación. En ellas se encuentra el criterio de fe con el que Francisco ve este rasgo propio de la vida cristiana en el mundo.Para Papa Bergoglio, la persecución existe aún hoy. No es algo del pasado. No se canceló con las pasiones de los mártires de los primeros siglos cristianos, y tampoco con las filas de nuevos mártires durante los totalitarismos del siglo XX. “Hoy hay mucha persecución”, dijo ayer Bergoglio en la Misa de Santa Marta, y recordó que los cristianos son perseguidos no por sus culpas o errores, sino solo porque “a esta sociedad tranquila que no quiere problemas, dicen la verdad y anuncian a Jesucristo”. Para Papa Francisco, la persecución existe ahora porque siempre ha existido y seguirá existiendo. El actual Sucesor de Pedro, con toda la tradición de la Iglesia, reconoce que la connotación de mártir siempre ha acompañado el testimonio cristiano en el mundo. Este, dijo ayer, “es el camino del Señor, el camino de los que siguen al Señor”. Un camino que “acaba siempre como para el Señor, con una resurrección, pero pasando por la cruz”. El pasado 4 de marzo, al comentar el Evangelio en el que Jesús anuncia a los suyos que recibirán en esta tierra cien veces lo que han dejado por seguirlo, pero también “persecuciones”, Bergoglio había comentado: “Es como si Jesús dijera: ‘Sí, ustedes dejaron todo y recibirán aquí, en la tierra, muchas cosas: ¡pero con la persecución!’. Como una ensalada con el odio de la persecución, siempre. Esto es lo que gana el cristiano y esta es la vía de los que quieren seguir a Jesús, porque es la vía que recorrió Él: Él fue perseguido”. En la homilía de ayer, como en otras ocasiones, Francisco también se refirió al aspecto más enigmático y doloroso de la persecución: desde los tiempos de san Pedro y san Pablo, arrestados por la traición de los hermanos, las persecuciones más peligrosas para la fe son las que nacen de la envidia y de la maldad de los cristianos mismos. Como jesuita, Bergoglio conoce muy bien la gran tribulación que vivió la Compañía de Jesús, suspendida según la orden de los reyes católicos de Europa. Como argentino, también conoce de cerca la persecución de los últimos años del siglo XX que sufrieron obispos, sacerdotes y agentes pastorales latinoamericanos por parte de personas que se decían cristianas y que veían en ellos a subversivos comunistas, enemigos de la “civilización occidental cristiana”. En la Iglesia -recalcó ayer Papa Francisco, hay “perseguidos desde fuera y perseguidos desde dentro” Los santos mismos “fueron
  • 40. perseguidos”. Sin nombrarlo, el Papa aludió al calvario de Antonio Rosmini, “un hombre de buena vountad, un verdadero profeta, que con sus libros regañaba a la Iglesia por haberse alejado de la vía del Señor. Inmediatamente fu ellamado, sus libros acabaron en el índice, le quitaron la cátedra y este hombre terminó así su vida, hace no mucho tiempo. Y pasó el tiempo y hoy es beato”. Bergoglio reconoce y subraya también un aspecto sintomático que acompaña los casos de la persecución que sufren los cristianos. Normalmente, en los que viven en la fe las experiencias de sufrimiento inmotivado inflingidas a los cristianos, la reacción humana que prevalece no es la de la queja, la del miedo o la de la reciminación. Las narraciones de las persecuciones documentan a menudo el milagro de hombres y mujeres que permanecieron libres de las cadenas, que no fueron nublados por los sufrimientos y que no manifestaron resentimientos hacia sus perseguidores. La Iglesia nunca ha fomentado campañas de protesta ni de movilización en contra del martirio, ni se queja por sus mártires. Ella, repitió Francisco, “ve en el sacrificio de los mártires su ‘nacimiento al cielo’”, porque “Jesús transforma la muerte de los que lo aman en aurora de vida nueva”. A nivel civil, aclaró con una elocuente diferencia Bergoglio durante el Ángelus para la fiesta de San Esteban protomártir, el pasado 26 de diciembre, “la injusticia debe ser denunciada y eliminada”. Pero, para los cristianos el hecho de la persecución no “maravilla, porque Jesús lo anunció como ocasión propicia para ofrecer testimonio”. Como sucedió con los sacerdotes chinos que bautizaban a sus compañeros de cárcel en los campos de reeducación. O al obispo, y futuro cardenal, vietnamita Francisco Javier Nguyen Van Thuan, que llevaba a la fe a sus carceleros celebrando la eucaristía en el silencio de su celda. En sus homilías y en sus catequesis, Papa Francisco ha aludido en muchas ocasiones a las vías inteligentes o fantasiosas con las que los cristianos han logrado custodiar el tesoro de la fe en tiempos de persecución. Ha recordado en muchas ocasiones a las comunidades japonesas que durante el siglo XVII, después de la expulsión de los misioneros extranjeros, se quedaron sin sacerdotes por más de doscientos años. “Cuando, después de este tiempo volvieron otros misioneros”, contó Francisco, “encontraron bien a todas las comunidades: todos bautizados, todos catequizados, todos casados por la Iglesia, y a los que habían muerto, todos sepultados cristianamente. No hay sacerdote… ¿Quién hizo todo esto? ¡Los bautizados!” (homilía de Santa Marta, 17 de abril de 2013).Ayer, también en Santa Marta, narró lo que le contó un católico de un país en donde “se puede rezar solo en soledad y a escondidas”. Para celebrar la Eucaristía, contó el Papa, él y sus amigos organizan “una fiesta de cumpleaños, hacen finta de celebrar el cumpleaños y ahí hacen la Eucaristía, antes de la fiesta”. Y si ven qeu “llegan los policías, esconden todo y siguen con la fiesta”, entre “felicidad y felicitaciones”; luego, cuando los agentes “se van, terminan la Eucaristía”. Es lo que “deben hacer, porque estña prohibido que recen juntos”. TANABE Filosofía como metanoética Tanabe Hajime está considerado como la figura más destacada de la filosofía japonesa contemporánea después de Nishida. Es, junto con este, uno de los máximos representantes de la Escuela de Kioto, un movimiento de ideas filosóficas, religiosas, sociales y políticas que surge en el convulso Japón de la primera mitad del siglo XX, y que se caracteriza por una apropiación de la filosofía occidental desde la tradición milenaria del budismo Mahāyāna. Filosofía como metanoética (1945), obra magna del autor, confronta el budismo de Shinran (1173–1262) con pensadores occidentales como Eckhart, Kant, Schelling, Hegel, Pascal, Kierkegaard, Nietzsche y Heidegger. El resultado es una relectura de la mística y un replanteamiento de la religión desde la dinámica de la nada. Así, constituye un valioso marco de relanzamiento histórico, ya que la nada es uno de los motivos más recurrentes en el ambiente espiritual de nuestro tiempo, en el cine, la poesía y la literatura. Como James Heisig señala en la introducción, esta traducción es el fruto de décadas de esfuerzo colectivo para dar a conocer la Escuela de Kioto, ya que los cataclismos históricos que sus representantes vivieron hacen que dicha escuela tenga mucho que aportar a la historia del pensamiento y a nuestras sociedades en
  • 41. crisis. SCHÖNBORN, Christoph La escuela de vida de Jesús Estímulos para ser sus discípulos La Iglesia se encuentra inmersa en un profundo cambio. Las condiciones sociales ya no son las mismas del pasado, la sociedad está cambiando y también la institución necesita renovarse. El cardenal Schönborn, reciente candidato al papado, dedicó una catequesis específica a cuestiones relacionadas con dicho cambio, las cuales constituyen la base del presente libro: ¿Qué quiere Jesús de nosotros? Él nos llama para que lo sigamos, para convertirnos en sus discípulos, pero, ¿qué significa esto? La obra, que discurre sobre la base de los textos bíblicos, sobre todo los evangelios, intenta mostrar cómo el cambio radical propuesto por Jesús empezó en su escuela de vida, y, sin perder de vista este origen, se pregunta acerca de la situación actual. El arte de la mirada El País | Gustavo Martín Garzo Soñar es quizá lo más necesario que existe, más necesario incluso que ver. Si un día me dijeran: estás obligado a elegir entre soñar y ver, yo elegiría sin duda soñar. Creo que con la imaginación y el sueño se soporta mejor la ceguera. Sin sueños, la vida no sería fácil”. Esta frase es del cineasta iraní Abbas Kierostami, un heredero de Roberto Rossellini. Las películas de Kierostami narran los hechos más ordinarios de la vida: un día de clase en una escuela infantil, una muchacha que tiene que hacer de actriz y que se niega a repetir lo que le dicen, un niño que busca la casa de un compañero para entregarle el cuaderno que se ha olvidado en clase, un director de cine que visita los lugares devastados por un terremoto para ver lo que ha pasado con los colaboradores de una película anterior. Historias de gente común que Kierostami nos cuenta con un estilo alejado de toda retórica, con largos planos secuencia que recuerdan la estética de los documentales. Tampoco sus actores son profesionales. Suele elegirlos en los lugares mismos en los que rueda, tratando de ser lo más fiel posible a la realidad que quiere reflejar. Su reivindicación de los sueños no es, pues, obra de un visionario, de alguien que antepone el mundo de la fantasía, sino la del que solo aspira a captar con su cámara la presencia del mundo. Como si hablar de presencia fuera hablar de pensamiento, de alguien mirando. El cine, como la fotografía, es el arte de la mirada. Es imagen vivida, imagen en el tiempo. El cine la deja fluir, la fotografía la detiene, pero ambos son artes temporales. Tal vez por eso no es posible ver una fotografía sin sentir que forma parte de un continuo, que pertenece a un transcurrir del que hemos aislado
  • 42. un instante. Un instante que tiene un antes y un después. Mirar fotografías nos obliga a un doble esfuerzo: el esfuerzo de ver, pero también el de adivinar. Pero ¿no pasa eso mismo cuando miramos el mundo? Mirar no es limitarse a percibir pasivamente las cosas, sino adentrarse en ellas, percibir su vida escondida. Lo que es lo mismo que decir que solo con la imaginación, como afirma Kierostami, podemos ver de verdad el mundo. Pero ¿es posible hoy algo así? La presencia cada vez más invasora de los medios audiovisuales hace que hoy no sea posible ver nada sin la mediación de sus representaciones. Incluso cuando nos detenemos ante un rostro querido en nuestra mente se desencadenan al instante las imágenes virtuales de decenas de rostros. O, dicho de otra forma, no le vemos por lo que es en sí mismo sino por lo que comparte con esas imágenes idolatradas. Si es un niño, querremos verle dueño de la salud y el encanto con que suelen aparecer los niños en la publicidad; si es una muchacha, su belleza deberá recordarnos la belleza vaporosa de las actrices de cine; si es un animal, el mundo de los documentales y las puestas de sol. La fotografía de alguien jugando al balón solo nos parecerá lograda si nos evoca la imagen de los futbolistas en los periódicos deportivos; y la de un paisaje, si nos recuerda las estampas de los libros turísticos. No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros. Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco. Eco acostumbraba entretener a Hera con su charla, lo que Zeus aprovechaba para entregarse a sus aventuras amorosas. Cuando Hera lo descubre, convencida de que la ninfa es su cómplice, la condena a repetir todo cuanto oye negándole la posibilidad de hablar por sí misma. De forma que, cuando se encuentra con Narciso en el bosque y se enamora de él, no puede sino repetir las cosas que este le dice. Nuestro mundo no es distinto al de la desdichada ninfa. No hacemos sino ser el eco de lo que vemos en los medios audiovisuales, que a su vez solo es repetición de lo que se dice y se ve en otro lugar. Somos copias de copias. Y, lo más extraño, es que no solo no tenemos conciencia alguna de ello, sino que cuanto más nos limitamos a repetir lo que oímos y a parecernos a lo que vemos más orgullosos nos sentimos. No, no somos como Eco. Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor. Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor. Pero el cine actual, en su mayor parte, ha renunciado a esta búsqueda y se ha transformado en una máquina más de producir imágenes fijas, copias, simulacros, repeticiones. Por eso, y frente a la mayoría de las películas que triunfan en las pantallas, es muy raro tener la sensación de algo nuevo. Todo en ellas nos parece visto mil veces. La vieja fábrica de sueños se ha transformado en el paraíso de las copias y los ecos, en una dependencia más de ese gran parque temático que es la cultura del presente. En Una pena observada, C. S. Lewis, al hablar de la muerte de su esposa, escribe que “la amada terrenal, incluso en vida, triunfa necesariamente sobre la mera idea que se tiene de ella”. No nos basta con tener una imagen de lo que amamos, sino que queremos su “directa e imprevisible realidad”. Para Lewis la realidad es iconoclasta y se encarga ella misma de hacer saltar por los aires las imágenes con que tratamos de fijarla. Solo el que se sorprende, el que no sabe qué querer, el que se asoma al misterio de la realidad, el amor y la vida mira de verdad el mundo. Un cine como el de Charles Chaplin no nos dice cómo son las cosas, nos enseña a mirarlas desde lugares inimaginables, como hacen los niños cuando dibujan. Ellos no pintan el caballo, sino su emoción al descubrirlo. Pintan su asombro al verlo en el prado, su fusión con él. Pintan pequeños centauros. Ven porque aman; y aman a pesar de que ven. Adorno afirma en su estética que la verdadera experiencia de lo bello debe transformarse en pensamiento o no existiría. Y eso hace el verdadero cine, y por eso es hoy más necesario que nunca: ver el mundo con los ojos del pensamiento. Una mirada que no se conforma con ver, sino que espera ver, así fue una vez la mirada del cine (y aún sigue siéndolo en un puñado de directores que, por desgracia, apenas tienen cabida en los circuitos habituales de exhibición). Hay un pasaje en El idiota, la novela de Dostoievski, en que el príncipe Mishkin habla a sus amigos de una época oscura de su vida en que sus frecuentes crisis epilépticas le sumieron en un estado de confusión cercana al delirio. Una tarde, en las afueras de Basilea, el repentino rebuzno de un burro tiene el poder de devolverle la razón que estaba perdiendo al poner frente a él la presencia insustituible de lo real. Este pasaje inspirará a Robert Bresson su película más hermosa, Au hasard Balthasar. Nadie que haya visto esta película podrá olvidar la última secuencia, en que el burro enfermo busca el calor de un rebaño de ovejas para morir. Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden. Gustavo Martín Garzo es escritor. Marguerite Duras, la escritura absoluta LOURDES VENTURA | 04/04/2014 | Edición impresa
  • 43. Marguerite Duras La autora de El amante habría cumplido cien años este 4 de abril. Tratemos de empezar por el principio para mitigar el flujo narrativo informe, sin principio ni fin, que atacaba a esos novelistas del tiempo de Marguerite Duras: Natalie Sarraute, Alain Robbe-Grillet, Beckett o Michel Butor. Busquemos pues, un punto de partida cronológico para la escritora de la rue Saint-Benoît. Marguerite Germaine Donnadieu, hija de dos profesores franceses de la comunidad blanca en Indochina, nace un 4 de abril de 1914, en Gia Dihn, en los arrabales de Saigón, un territorio enmarcado por el río Saigón y el delta del río Mekong. La madre de Marguerite, Marie Legrand, caerá gravemente enferma cuando la niña tiene pocas semanas y será repatriada a Francia. Durante los siguientes ocho meses, la recién nacida es cuidada por sirvientes vietnamitas. Tiene algo más de un año cuando regresa la madre, pero entonces es el padre quien parte a Francia por disentería grave. Pasará dos años lejos de la familia para regresar como director de una escuela de Hanoi. Marguerite tiene tres años cuando se trasladan a una casa junto al lago de Hanoi. Allí descubrirá el poder de la naturaleza con sus dos hermanos, el perverso y el amado. El padre morirá pronto y la figura materna representará en adelante la violencia de los esfuerzos infructuosos, la humanidad sufriente, la furia sin apaciguamiento. En Un dique contra el pacífico (1950) Duras escenifica las luchas de su madre, amada y odiada, para salvar unas tierras anegadas, y ya presenta en claroscuro la sombra del amante chino. A partir de aquí, el paisaje dominante en la memoria de Marguerite Duras, será la Indochina colonial. Ese territorio de origen, la esencia de lo durasiano, ya convertido casi en un tópico, como indica Laure Adler, constituirá el centro de la mitología de Duras. “Los ponzoñosos esplendores de Saigón, la ciudad cautiva, el misterio de la ciudad china, caldero de vicios prohibidos, las avenidas bordeadas de tamarindos, las mujeres blancas agotadas por el calor, las mujeres anamitas encantadoras, cortejadas por los blancos, despreciadas por las blancas”, así describe Adler la Indochina de Duras que ya no existe, pero de la que la escritora hizo una arqueología esencial. Desde la publicación de su primera novela, Les impudents, hasta la aparición de El amante, en 1984, en les Éditions de Minuit, que obtuvo el Premio Goncourt, habían pasado cuarenta años. Marguerite Duras -el nombre de pluma es un homenaje a la comarca del padre- tiene ya 70 años cuando alcanza la gloria definitiva. Clarividente, forjadora de una voz que tiende a ser respiración y al mismo tiempo extrañamiento, resistente comprometida y a veces cuestionada, amiga de Mitterrand, casada y separada de Robert Antelme, el deportado que regresó casi cadáver de los campos de concentración, alcoholizada a conciencia (“vivir con el alcohol es vivir con la muerte al alcance de la mano”, dijo), fue también dramaturga y cineasta. Cuando aparece El amante, Duras ya ha construido, libro tras libro, un discurso sobre el cuerpo y el deseo al tiempo que sus personajes pierden fácilmente los contornos físicos.
  • 44. Antes de que aparezca nítidamente en la narrativa durasiana lo que ella llama “la imagen absoluta”, el encuentro entre la joven de quince años con el rico hombre chino de la limusina negra, en el transbordador que cruza un brazo del Mekong, ya ha sido una constante en sus obras el retorno a los espacios del origen, a veces metamorfoseados en vagos lugares de la India o Japón. La aproximación a lo extranjero es para ella una pregunta sobre la identidad nunca resuelta. Lo vemos en el guión de Hiroshima mon amour, en El arrebato de Lol V. Stein (1964), en El vicecónsul (1966),en La femme du Gange (1973), o en el texto dramático y más tarde película, dirigida por Duras, India Song (1973). El destino errante de algunos personajes, extenuados y perdidos, es clave en su obra. Con El amante de la China del norte (1991), cerrará un círculo. El otro eje temático es el relacionado con la segunda parte de su vida: la militancia en Francia, el dolor por la detención de su marido por la Gestapo, la maternidad y las vivencias del París ocupado. Marguerite Donnadieu había desembarcado en Marsella con 18 años, para estudiar Derecho en París. La madre invierte en el futuro de la hija exótica e inteligente todos sus ahorros. Marguerite vive en una pensión familiar y su vecino de cuarto es Jean Lagrolet. Con él descubrirá el teatro de Antonin Artaud, las conferencias de le vieux colombier, la conciencia política. Lagrolet le presenta un día al escritor Robert Antelme. Deslumbramiento y matrimonio en 1939. Juntos se instalan en la calle Saint-Benoît, más adelante refugio de resistentes vinculados a Mitterrand, entre ellos, Dionys Mascolo, amante de Marguerite, con quien tendrá a su hijo Outa. En el verano de 1944 Robert Antelme y su hermana Marie-Louise son detenidos por la Gestapo, en casa de ésta, en la rue Dupin. Antelme será enviado finalmente a Buchenwald, y con el armisticio regresará con vida de las entrañas del horror. Parte de ese período descarnado y complejo, fermentó en libros como El Dolor (1985), justificación o reinvención del oscuro asunto Delval, cuando Marguerite se convierte en espía y se deja seducir por un agente de la Gestapo para recabar noticias de su marido; Los cuadernos de la guerra, publicados póstumamente en 2006, con bocetos de ese tiempo crucial, y Le Bureau de poste de la rue Dupin, unas esclarecedoras entrevistas entre Marguerite Duras y François Mitterrand, inicialmente publicadas en “L'autre journal”, entre julio de 1985 y abril de 1986, y recopiladas por Gallimard en 2006. Ocurre en la obra de Duras que la presencia del alcohol adquiere la fuerza de una irremediable fatalidad. Beberá con Gérard Jarlot, el escritor con quien vive un amor tormentoso, germen de Moderato Cantabile (1958), fusión de muerte, alcohol y erotismo. “El alcohol está unido al recuerdo de la violencia sexual”, declara en La vie matérielle (1987). Se hundirá en el alcoholismo en su casa de Trouville, con Yann Andréa, su último amor. De esos delirios junto al mar y de esa unión desesperada nacerá Los ojos azules pelo negro (1986). Yann Andréa, cuarenta años más joven, la acompañó durante los últimos 16 años y hasta su muerte en 1996. Extraños compañeros, sumergidos en alcohol y en el vértigo de escribir. Lo kafkiano, lo durasiano: pocos autores logran un vínculo indisoluble entre su escritura y su ser profundo. Ella llegó a preguntarse en los últimos años al releerse : “¿Esto es Duras, o no es Duras?” “No fuimos héroes”. Duras y Antelme En 1943, Robert Antelme, de 26 años, redactor en el Ministerio de Información francés, entra en la Resistencia. La amistad le decide. “No fuimos héroes”, recordará Marguerite Duras, casada en aquellos años con Antelme, “la Resistencia vino a nosotros porque éramos gente honrada”. En 1944 es detenido por la Gestapo y deportado a Alemania, al igual que su hermana Marie-Louise. Las etapas sucesivas de su viaje tienen nombres ominosos: Buchenwald, Gandersheim y Dachau. En El dolor, Marguerite Duras relata los días de abril de 1945 consumidos en la espera de Robert, en la pesadilla sobre su retorno. Hallado en Dachau, despojado de su identidad (“un Ecce homo sin sujeto, muestra de nadie, muestra no de un hombre, sino el Hombre reducido a su esencia irreductible”, escribirá años más tarde Dionys Mascolo), es sacado del campo por sus amigos. Durante el viaje de regreso, “infernal y maravilloso”, febril, no parará de hablar de su experiencia, de intentar enunciar la verdad que sobre lo humano entraña. Un año después trabaja en la escritura de La especie humana, libro publicado por vez primera en 1947. La última edición en español, de Arena Libros, es de 2001.
  • 45. ¿Una historia sin los hombres o sin las mujeres? Género y masculinidades Anaclet Pons Por la gran variedad de textos que contiene en sus casi cuatrocientas páginas, así como por la perspectiva adoptada, traemos a Clionauta el volumen editado por Anne-Marie Sohn con el título de Une histoire sans les hommes est-elle possible? Genre et masculinités (ENS Éditions). El libro es claro. Su editora se pregunta en la introducción si “Les hommes ont-ils une histoire?”, a lo que responden Didier Lett y Fabrice Virgili en la conclusión señalando que “Faire une histoire sans hommes et sans femmes est décidément impossible”. El paratexto editorial nos informa del contenido en estos términos: “No se nace varón, se hace. Este libro pretende deconstruir lo que ha sido durante mucho tiempo una figura invariante y demostrar que la masculinidad tiene una historia. Las contribuciones, que van desde la prehistoria hasta nuestros días, pintan las masculinidades múltiples y cambiantes. Este libro examina en primer lugar los signos y marcas de la masculinidad que permiten saber de entrada qué es un hombre. A continuación, analiza las pruebas y exámenes de la virilidad, ya sea profesional, sexual o militar. Los varones, en efecto, han de demostrar, a lo largo de sus vidas, que cumplen con los criterios de “buena masculinidad” que se espera de ellos. Están en juego los procesos sociales y educativos que transforman el sexo en género y la naturaleza en cultura. Estas pruebas y exámenes no solo hacen “al varón”, sino que también construyen las jerarquías masculinas, oponiendo dominantes y dominados, ganadores y perdedores de la masculinidad. Una historia de hombres y masculinidades basada en el género permite comprender mejor la resistencia de la dominación masculina y las desigualdades entre hombres y mujeres”. Por lo demás, estos son los primeros párrafos del prólogo de Anne- Marie Sohn (autora, entre otros, del volumen “Sois un homme!” La construction de la masculinité au XIXe siècle. Seuil): “Con el ánimo de aclarar las ambiciones de este libro, debemos en primer lugar hablar de la génesis, tanto individual como colectiva, historiográfica y epistemológica. Mientras los historiadores franceses se preguntaban si era posible una historia de las mujeres, Natalie Davis, señalando el surgimiento de la cuestión del “género”, señalaba en 1976 : “Me parece que deberíamos interesarnos tanto en la historia de las mujeres como de los hombres, que no deberíamos trabajar solamente sobre el sexo oprimido” mientras Peter Stearns publicaba un libro de título impactante: Be a Man! Así comienza una nueva etapa en la historia de la diferencia de los sexos. De hecho, la mayoría de los historiadores se reconocen ahora en la fórmula impactante de Simone de Beauvoir: “No se nace mujer, se llega a
  • 46. serlo”, y creen en paralelo que “no se nace varón, se llega a serlo”. Por tanto, es necesario, como dicen Michael Roper y John Tosh, haciéndose eco del libro de Renate Briedenthal y Claudia Koonz, Becoming visible. Women in European History, “hacer visibles a los varones como sujetos sexuados” y “demostrar que la masculinidad tiene historia”. Tres décadas después de la llamada de Natalie Davis, los trabajos sobre la historia de los hombres y de las masculinidades se han multiplicado. Evidentemente, son mucho menos numerosos que los producidos sobre las mujeres o el género. En Francia, no fue sino hasta 1997 que los organizadores de la conferencia sobre Une histoire sans les femmes est-elle possible ? consideraron necesario abrir esa nueva veta en una sesión programática titulado “Vers une histoire de la masculinité”. Si bien en los Estados Unidos la reflexión sobre los varones es precoz, ya que la National Organization for Men against Sexism, la NOMAS, fue fundada en 1975, sus revistas, como Men and masculinities, puesta en marcha en 1998 por uno de sus fundadores, Michael Kimmel, son multidisciplinarios, como allí es habitual. Alemania ha seguido este patrón y tiene un círculo de estudios interdisciplinarios sobre los varones. Así pues, no hay todavía ninguna revista especializada en la historia de los hombres y de las masculinidades, ni en los Estados Unidos ni en Europa. Mientras tanto, las luchas feministas de los años 1960 y 1970 llevaron a que toda la sociedad se interrogara por las relaciones sciales del sexo y denunciara lo que se llamó inicialmente el patriarcado, después designado con el nombre de dominación masculina. De ahí la convergencia entre disciplinas hermanas, que también tuvo el mérito de alimentar esas preguntas en el seno de la historia”. Y de este modo concluye la introducción: “Observar los procesos históricos bajo el ángulo de la masculinidad requiere en última instancia releer las vulgatas. El enfoque permite sobre todo una mejor comprensión de las relaciones entre los sexios, ya que lo masculino se construye a menudo, pero no siempre, por referencia implícita a lo femenino. A partir de ahí, eso conduce a una historia realmente bisexual, jugando entre lo femenino y lo masculino, combinándolos incluso, aunque solo sea para aislar mejor la especificidad de las otras variables e identificar los valores y las creencias que los hombres y las mujeres comparten en un momento dado, más allá de las diferencias de los sexos. Así que ya no debería haber una historia de las mujeres que no tomara en cuenta la historia de las masculinidades, pues es la única manera de aclarar las limitaciones que pesan sobre el segundo sexo y de sopesar las barreras que las mujeres deben superar para acceder a la esfera de los hombres y el poder. Y viceversa”.
  • 47. En Ávila mis ojos…» ABC | Olegario González de Cardedal ¿En qué tierra creció y en qué suelo ha sido enterrado Adolfo Suárez? Este verso suelto de un romance fronterizo ofrece la respuesta. Por él habla uno de esos caballeros de la reconquista de los que sigue diciendo el poeta: «Los en Ronda muy guerreros / y en Trujillo los primeros/ y en Alarcos con afanes cebaron sus gavilanes / Ávila tus caballeros!». Lejos de su casa, esposa y familia el caballero recuerda las murallas, alzadas como para columbrar desde sus almenas las razzias amenazadoras del enemigo. La historia y persona de Suárez han sido vistas estos días sobre todo desde el decenio en que tuvo la máxima responsabilidad política, entre 1976 y 1986. Pero la raíz de ésta es la primera fase de adolescencia y juventud, ésa en la que nos preparamos todos para el quehacer que determinará nuestro futuro profesional. Creció en el Instituto de Enseñanza Media, en la calle Vallespín, a cuyos catedráticos guardó siempre un recuerdo fiel. Y creció, sobre todo, como presidente de los jóvenes de Acción católica, anticipando ya sus capacidades de ilusión, verdad y liderazgo. ¿Cómo era el Ávila de los años 1950-1960, tan decisivos para el futuro de España: planes de desarrollo, pactos con los Estados Unidos, Concordato, nacimiento de ETA, primer intento de huelga general promovida por el partido comunista, revueltas universitarias y encarcelamiento de sus dirigentes, convocatoria del Concilio Vaticano II… Hay un nombre decisivo en la vida de Adolfo Suárez: don Baldomero Jiménez Duque, consiliario de Acción Católica y rector del Seminario, en ayuda suya espiritual y material. Seminario muy lejos de la política y muy cerca de la espiritualidad, de la cultura, de la cuestión social, de la literatura, de la liturgia. Quienes estábamos por esos años allí fuimos testigos del hervidero de actividad y de ilusión de aquella casa. Por ella pasaron hombres como Guillermo Rovirosa, alma de la HOAC, tan importante en el movimiento obrero español. En su rodera fermentaron nuestras preocupaciones sociales. En mis cuatro años de teología fuimos seminaristas-obreros, yendo todos los domingos de siete de la mañana a dos de la tarde a construir casas para familias necesitadas en terrenos cedidos gratuitamente por el Ayuntamiento. Pero junto a esta preocupación social estaba la preocupación por el arte, guiada por don Alfonso Roig (Valencia), y la afición a la poesía, con don Antonio de Lama en la revista Espadaña, guiados por un gran poeta nuestro: Jacinto Herrero. Y el centenar de revistas, de toda línea y en varias lenguas. Y el centenar de revistas en castellano, francés y alemán. Junto a don Baldomero Jiménez Duque estaban otros profesores también alma y aliento como don Alfonso Querejazu, animador de las Conversaciones católicas de Gredos, marco de reflexión, diálogo y convivencia. A quienes participaron en ellas la fe se les convirtió en aguijón para un catolicismo más verdadero, un pensamiento más liberal y una ciudadanía hispánica más justa. Durante veinte años congregó a primeras personalidades españolas y extranjeras, con voluntad ecuménica. De aquel seminario, en cuyo ámbito espiritual vivía desde fuera Adolfo Suárez –muchas veces los que están dentro no son, mientras que son los que están fuera– nacieron presidencias posteriores, comenzando con la presidencia del Gobierno en el propio Adolfo, hasta la actual presidencia de la Conferencia Episcopal con don Ricardo Blázquez, pasando por la gerencia de la economía de la Iglesia española y la dirección de la Cope con don Bernardo Herráez, de empresas líderes en la tecnología mundial como Técnicas Reunidas o finalistas del premios literarios como el Nadal. Si a Suárez la cercanía espiritual Seminario le hubieran seguido los pasos físicos, en un momento pensados, la historia de la España reciente hubiera sido distinta. ¿Cuál es el sedimento de convicciones adquiridas en Ávila? La implantación en la luz que no es posible anular y por ello la necesidad de poner la vida en la verdad y la verdad en la vida, ante Dios y en servicio al prójimo. Que ese es el sentido de la humildad teresiana: andar en la verdad. Estos son los vectores recibidos como evidencias constituyentes por Suárez en ese decenio abulense. No se puede comprender al Suárez presidente sin el Suárez católico, con la sencilla claridad de una fe vivida en persona y en familia, sin alharacas ni simulaciones. Esta cualidad suya, que fue igualmente la de muchos de sus colaboradores y ministros de su Gobierno, es clave para comprender sus difíciles empeños y arriesgadas decisiones al servicio de la libertad, de la reconciliación y de la concordia entre los españoles. Para llevar a cabo esa tarea los católicos se encontraban con una iglesia liberada y espoleada por el Concilio Vaticano II. El preparó la conciencia de los españoles para llevar a cabo una transición considerada no como una traición impía sino como una sagrada obligación. Había que trasladar a la vida social y política los textos conciliares sobre la libertad de asociación, de información y de participación, sobre las relaciones entre la comunidad eclesial y la comunidad política, suscitando una Iglesia
  • 48. constituida por seglares a la vez que por sacerdotes y obispos. Estos últimos realizaron una gesta máxima de esclarecimiento de las relaciones entre la Iglesia y el franquismo con la Asamblea conjunta de obispos y sacerdotes que realizó lo casi impensable. Sin negar el agradecimiento que la Iglesia debía al régimen de Franco, reclamó una ruptura con él, para poder llevar a cabo creíblemente su misión de ser iglesia con todos y para todos los españoles. Al frente de esa Iglesia, el cardenal Tarancón fue el guía eficaz y el dialogante connatural con Suárez. Pero no lo hubiera podido realizar si no hubiera tenido tras sí a la mayor parte de la Iglesia, a colaboradores y gestores a pie de tierra. La homilía de San Jerónimo en la toma de posesión del Rey debe quedar como el símbolo y síntesis de la actitud de la Iglesia española en la transición política. Mi último encuentro con Suárez fue en el Seminario de Ávila junto a don Baldomero. Allí subimos tres de los suyos el día que me fue concedido el premio «Teresa de Jesús»: Adolfo Suárez y alguien que fue ministro con él, José Lladó. Nuestro abrazo arrancó las lágrimas a aquel rector al que nunca antes habíamos visto llorar. Estaba ante el fruto de sus empeños formadores. Un Seminario, que tenía fama de estar vuelto solo a lo eterno y a la mística, había producido también sus frutos en la política, en la economía y en la teología. En el claustro de la catedral de Ávila reposa Adolfo Suárez, junto a don Claudio Sánchez Albornoz, como si hasta ese punto hubiera llegado su gesto de unir a los lejanos. Grabada sobre la tumba del presidente de Gobierno: «La concordia fue posible», y sobre la del ministro de la Republica e historiador la frase bíblica: «Donde esta el Espíritu del Señor está la libertad» (2 Corintios 3,17). Olegario González de Cardedal, teólogo. Acompañar a Jesús (I) Editado por Gema Juan Dedicado a los hermanos carmelitas descalzos de la República Centroafricana: A ellos, a cuantos acompañan a Jesús en tierras que sufren conflictos violentos, y a todos los refugiados. Con la esperanza de que entre todos logremos la paz. Como un grito desde lo profundo, la voz de Teresa de Jesús se abre en algunos de sus escritos. Salen de sus entrañas palabras que queman. Quiere llegar a Dios, sin duda, pero desde su intimidad abierta está hablando también a las gentes, buscando incendiar a otros para no andar sola su camino de vida. «¡Oh cristianos!». Cuántas veces, mientras escribe, sale de su pluma esa palabra rasgando el silencio, llamando para despertar las conciencias. Y cada vez que la repite en voz alta, parece resonar la palabra de Jesús: «Vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Teresa se duele en ocasiones, cuando percibe que los «amigos de Dios» no saben responder a la pregunta de Jesús, y escribe: «¡Oh Señor, cómo os desconocemos los cristianos!». Sabe cuánto importa que quienes dicen ser cristianos, lo sean en verdad. Y no se cansa de insistir: «¡Oh cristianos, cristianos!, mirad la hermandad que tenéis con este gran Dios; conocedle». Para ayudar a conocerle, Teresa tiene una infinidad de palabras vivas. Sobre todo, invita a ponerse «junto a la fuente». Como sea, dice, «como pudiere». Con palabras o sin ellas, apoyándose en meditaciones o recogiéndose en lo profundo. Pensar en Él y en su vida para «conocer la bondad del Señor por experiencia» y experimentar su amistad. Dirá: «se esté allí con Él, acallado el entendimiento. Si pudiere, ocuparle en que mire que le mira, y le acompañe y hable y pida y se humille y regale con Él», porque así se va conociendo a Dios en verdad, «y de esta compañía tan continua nace un amor ternísimo con Su Majestad y unos deseos… de entregarse toda a su servicio». Cuando Teresa habla de estar con Él, de «acompañarle», sabe que, a veces, es difícil. Y recordemos, una vez más, que Teresa no divide la amistad con Jesús en dos partes: el tiempo que se pasa con Él y el
  • 49. tiempo que se está con los demás. Basta recordar cómo explica la vida de quien está unido a Él: «nunca dejan de obrar casi juntas Marta y María». No se confunden Marta y María, pero tampoco se separan ni turnan. Teresa sugiere, con frecuencia, meditar la vida de Jesús y, especialmente, su Pasión. No lo hace con dolorismo ni por afán de sufrimiento. Dos cosas la mueven: reconocer el increíble amor que se muestra ahí y, a la vez, la necesidad de actualizar esa Pasión, de hacer que signifique algo realmente, en cada presente, para los seguidores de Jesús. Por eso, va a decir que, aunque «a los principios no os hallareis bien», o se dé algún «apretamiento de corazón y congoja» –sorprendente realismo de Teresa a la hora de acompañar a Cristo– «aquí probará el Señor lo que le queréis. Acordaos que hay pocas almas que le acompañen y le sigan en los trabajos… y acordaos también qué de personas habrá que no solo quieran no estar con Él, sino que con descomedimiento le echen de sí». Es imposible no recordar, leyendo este texto, a quienes no echan de sí a Cristo, sino que lo acogen en los hermanos necesitados. Estos tales han comprendido «en qué está el amar de veras a Dios» y saben qué es acompañar a Jesús. Acompañarle es fiarse de Él, que «nunca falta», dejar la vida en sus manos y ocuparse de sus cosas. Sabiendo que esas cosas no son otras sino las que dan vida a los seres humanos. Por eso, dirá: «¡Oh Jesús mío, quién pudiese dar a entender la ganancia que hay de arrojarnos en los brazos de este Señor nuestro y hacer un concierto con Su Majestad, que mire yo a mi Amado y mi Amado a mí; y que mire Él por mis cosas, y yo por las suyas!». El Dios de los cristianos es un Dios con necesidad, que quiere concertarse con todos. «Nos da licencia para que pensemos que Él tiene necesidad de nosotros», dice Teresa. Y en seguida, añadirá: «Pues de aquí adelante Señor, quiérome olvidar de mí y mirar solo en qué os puedo servir y no tener voluntad sino la vuestra». Y su voluntad está siempre ligada a la «ganancia de los prójimos», es decir, al bien de todos. Acompañar a Jesús es «estarse con Él» y «salir a aprovechar a otros». Es, sencillamente, como dijera de sus hermanas, y podría seguir diciendo hoy: vivir «ocupadas en su amor». Prólogo del libro Debate en torno al aborto Benjamín Forcano, Sacerdote y teólogo abr 062014 Enviado a la página web de Redes Cristianas De ingenuos nos tratarán. Y podemos serlo. Pero los cinco que participamos en este debate sobre el aborto, sostenemos que es posible un consenso básico sobre un tema que, por ser humano, puede suscitar una solución universal, dejando a un lado aspectos secundarios o poco relevantes. Condiciones para un consenso básico Pero el logro de este consenso requiere algunas condiciones fundamentales: 1. Admitir que todos estamos a favor de la vida, con actitud indubitable frente a este derecho primero, que todos debemos exigir para nosotros y respetar en los demás. 2. Considerar que no hay cuestión alguna en la que no recibamos del pasado presupuestos que condicionan nuestro juicio y solución. El aborto es una de estas cuestiones que marca especialmente nuestros sentimientos y pronunciamientos. Y es lo que explica la posición exacerbada de unos y otros, a favor o en contra. 3. Resulta igualmente claro que ninguna cuestión humana debe darse como absolutamente resuelta. Sobre lo humano caminamos siempre, muchas veces a tientas, y no podemos sentenciar haber conseguido la verdad plena de la realidad investigada. Pero aun así, nos domina la predisposición a defender nuestra posición y rechazar la contraria. Lo cual ciega, hace inútil el diálogo e impide añadir avances a nuevos enfoques y soluciones del tema. Por tanto, y de ello estamos convencidos, no se puede conseguir con posturas sectarias (por ideología religiosa, precientífica, política, etc.) un consenso válido para todos. A pesar de todo, sostenemos que este consenso: - Es posible si se hace con sinceridad, rigor y humildad, única manera de no absolutizar la propia postura y abrirse a la contraria, como signo del noble y recíproco deseo de conseguir la verdad. - En consecuencia, pensamos que, si todos estamos por el derecho a la vida, debemos analizar si lo que defendemos es el derecho a la vida de un sujeto humano concreto y si esa defensa la aplicamos igualmente a unos y a otros, a los que han de nacer y a los nacidos. - Finalmente, y es parte de nuestro planteamiento, pensamos que el embrión es un proceso parcial,
  • 50. variable y constituyente, sin que alcance antes de las ocho semanas – que es cuando alcanza la categoría de feto – el rango de proceso constituido, el propio de un sujeto humano. El proceso embrionario no es un proceso autónomo y autosuficiente, que se origina y queda constituido como sujeto humano en el primer momento tras la unión de los gametos, del que deriva todo el desarrollo posterior. Señalamos la importancia de este primer punto y aducimos argumentos que fundamentan nuestra posición, por las conclusiones que de ellas se derivan. - No escatimamos bajar a las cuestiones concretas, pero dejando abierta la cuestión primera: “¿Se puede mantener con seguridad que, en el proceso gestador de la vida humana, existe una vida individualizada - un sujeto humano- desde el primer instante de la constitución del cigoto: unión de los gametos maculino y femenino? Nosotros pensamos que no y es lo que exponemos, una hipótesis que no se puede ignorar ni menospreciar. La base para un consenso El consenso no nace de un vacío o de un falso apriorismo, sino del hecho de que “Los pueblos reafirman su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y valor de la persona humana y en la igualdad de hombres y mujeres” (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Preámbulo). El imperativo de hacer el bien o rechazar el mal tiene su asiento en la persona. Y, dado que todos somos personas, nos corresponde actuar unidos como tales, en valores, criterios y actitudes vinculantes para todos. El bien se halla inscrito en la realidad que relacionamos y desciframos y no podemos inventar esa realidad a nuestro gusto, sino que, haciendo uso de nuestra razón y responsabilidad, asumimos la herencia histórico-cultural que la preserva y transmite, de unas y otras partes (de unas y otras filosofías, de unas y otras religiones, de unos y otros códigos) y comprobamos cómo en todos los pueblos descubrimos un hilo que sostiene, teje y entrega esa “dignidad y valor de la persona y los derechos que de ella derivan”. No podemos establecer como fundamento del bien o del mal la pura voluntad del que manda: “Esto es así porque lo mando yo”, “Esto está prohibido porque la autoridad lo prohibe”, o “Esto es bueno porque la autoridad lo manda”. El bien o el mal no lo funda la voluntad de nadie, preexiste en la realidad misma la cual, debidamente conocida, dicta, sugiere o exige investigar para determinar un obrar correcto. Para las Naciones Unidas es innegable la unidad de la familia humana, hecho que incluye el respeto total a la persona humana, el carácter inalienable de la libertad, la dignidad básica de todos los humanos y la interdependencia de todos con todos. Esto significa que: . Todo ser humano debe recibir un trato humano, pues todo ser humano, dotado de razón y de conciencia, está obligado a actuar de forma realmente humana, a hacer el bien y evitar el mal. . Todos, individuos y Estado, estamos obligados a respetar esa dignidad y garantizar su tutela. La persona ha de ser siempre sujeto de derecho y fin, no medio u objeto de comercialización El centro de la vida religiosa (y II) Escrito por Luis A. Gonzalo Díez. Nuestra razón de ser Ofrecer lo que creemos Mi amigo, que tiene varios lustros más que yo, me indicó, sin pretender enseñar, que un rasgo esencial de la vida religiosa es la inculturación. El vivir al ritmo de la época. Que la inducción hacia la trascendencia en cada contexto sólo se da cuando hay personas que la hacen posible y creen en ella. Hace unos meses aludiendo al Año de la fe, decía sencillamente: “lo que hace falta es personas que, en verdad, crean”, lo hacía comentando determinadas terapias-espectáculo con las que