El documento describe la situación de la prostitución infantil en las zonas mineras de Antioquia, Colombia. Redes organizadas de trata de personas explotan sexualmente a niñas, algunas menores de 16 años, en campamentos clandestinos. La historia de Mireya, de 13 años, ilustra esta realidad; fue vendida por su madre a la edad de 11 años y desde entonces ha sido abusada sexualmente por mineros en la región. A pesar de los derechos que supuestamente la protegen, la niña siente que esta vida le tocó y carece