La radio permitió comunicarse a distancias mayores que el telégrafo y el teléfono al llegar a barcos, vehículos y zonas poco pobladas. En la década de 1920 cuando la radio llegó a España, nadie imaginaba que se convertiría en una caja de sonidos que informara, entretuviera y educara a la gente acompañándolos en sus viajes y despertando su imaginación.