El documento discute cómo el cine ha influido en los valores y compromisos culturales desde sus inicios en la Unión Soviética y cómo líderes como Stalin y Hitler admiraban el cine. También describe cómo el cine se ha convertido en una industria económica y comercial en la actualidad, pero aún logra destacar el entorno social y las realidades culturales del siglo XXI, especialmente a través de la tecnología y la globalización que han permitido su evolución.