La rosa se sentía hermosa hasta que notó que un sapo se colocaba cerca de ella, haciendo que la gente no se acercara. Ordenó al sapo irse, pero luego las hormigas devoraron sus pétalos sin el sapo para comerlas. El sapo le explicó que la protegía de las hormigas, enseñando que no debemos despreciar a otros que pueden ayudarnos aunque no lo sepamos.