La ciencia y la tecnología pueden ayudar al medio ambiente mediante el uso de materiales y energías alternativas, la detección y extinción de incendios forestales a través de satélites, y el reciclaje de productos como el vidrio y el papel para evitar la sobreexplotación de recursos. Las actividades humanas como la obtención de materias primas y la generación de residuos pueden tener consecuencias negativas como la desertización, la contaminación, y el impacto de obras públicas y minería en los ecosistemas