El documento habla sobre la importancia de la unidad para la iglesia primitiva en el contexto del siglo I. Resalta que los primeros cristianos vivían en una sociedad dominada por dioses crueles y caprichosos, en contraste con la cosmovisión cristiana. También destaca la necesidad de seguir la verdad y mantener la unidad del espíritu para cumplir con la misión de hacer discípulos a todas las naciones.