El ermitaño explica que su aparente ocupación en la soledad se debe a la lucha interna para dominar las pasiones representadas por diferentes animales. Debe domar a sus ojos (halcones) y manos (águilas) para que sirvan al bien, controlar sus pies (conejos) para afrontar dificultades, vigilar su lengua (serpiente) para no dañar a otros, someter su cuerpo (burro) para cumplir con su deber, y dominar su corazón (león) para no ser vanidoso. Solo