El ermitaño explica que los "animales" que dice tener que domar y entrenar son en realidad metáforas para referirse a las luchas internas que enfrenta. Sus ojos representan los halcones que debe entrenar para enfocarse sólo en lo bueno, sus manos las águilas que debe enseñar a ayudar sin herir, y sus pies los conejos inquietos que debe mantener enfocados. Su lengua es la serpiente venenosa que debe vigilar constantemente. Su cuerpo es el burro terco que no quiere cu