La parábola de las diez vírgenes describe la necesidad de estar preparados para la segunda venida de Jesús, ya que nadie sabe el día ni la hora. Las cinco vírgenes prudentes llevaron suficiente aceite para sus lámparas, mientras que las cinco insensatas no lo hicieron y no pudieron entrar a la boda cuando llegó el novio. La parábola enseña que debemos aceptar a Jesús como Salvador y vivir de acuerdo a Su Espíritu para estar listos cuando Él regrese.