Las compañías eléctricas inflan las facturas de los consumidores, con solo un 32% del importe destinado a la obtención de energía. Además, se pusieron de acuerdo para igualar precios y evitar que los consumidores cambien de compañía. El gobierno favorece a estas empresas aprobando leyes que les permiten seguir ganando dinero y controlan a los políticos. Los consumidores deberían informarse mejor sobre lo que pagan y crear nuevas empresas eléctricas para aumentar la competencia y variar los precios.