Un pueblo pobre abrió un nuevo mercado llamado Mercadona que mejoró las condiciones de vida. Sin embargo, un hombre fue apuñalado frente al mercado con una nota que exigía ir al piso 24 para recuperar a su hija secuestrada. La policía local, que estaba subfinanciada, aceptó el caso solo después de que una aldeana les ofreciera pagarles 100 euros al mes para encontrar a su marido secuestrado.