Un hombre envió a sus cuatro hijos a observar un peral en diferentes estaciones para enseñarles a no juzgar cosas rápidamente. Cada hijo describió el árbol de manera diferente basado en la estación que visitó. El padre explicó que todos tenían razón porque solo habían visto una estación, y que para juzgar completamente a alguien o algo se debe esperar a ver todas las estaciones. La lección es que no se debe juzgar la vida o a las personas basado solo en una dificultad pasajera.