El sacerdote visita a un hombre enfermo a pedido de su hija. El hombre le cuenta que ha estado orando solo imaginando que Jesús está sentado frente a él durante dos horas diarias por los últimos cuatro años. Dos días después, la hija informa que el hombre murió pacíficamente con la cabeza recostada en la silla vacía junto a su cama. El sacerdote cree que esto significa que Jesús vino a buscarlo.