El poema describe las travesuras de los changuitos que impiden que los changos usen diferentes prendas de vestir como sombreros, corbatas, camisas, pantalones, zapatos, calcetines y calzoncillos. Debido a que los changuitos les hacen agujeros a los sombreros, pisan las corbatas y camisas, se pisan los pantalones, caminan como patos, usan los calcetines de patines y dejan amarillos los calzoncillos.
Libro de texto gratuito de Lecturas editado por la Secretaría de Educación Pública para el Primer grado de primaria con base en los Planes y programas de estudio de educación Básica Primaria en México 1993.
Un día de primavera dos tortugas, una se llamaba Arturo y otra Clementina, se conocieron y ese mismo día descubrieron que estaban enamorados.
Pescaban juntos para la cena, pero un día Arturo decidió pescar solo para que Clementina descansara. Cuando Arturo volvió ella le dijo que se había aburrido sin él y Arturo contestó que hiciera algo, que aburrirse era de tontos. Clementina le dijo a Arturo que quería tocar la flauta, que así se entretendría, pero Arturo le contestó que no sabía distinguir las notas, así que le regaló un tocadiscos.
Clementina se empezó a aburrir con el tocadiscos y un atardecer, junto a la orilla, dijo que quería pintar y Arturo se burlaba diciendo que no era artista.
Clementina pensaba que si decía más tonterías Arturo se cansaría de tener una mujer (tortuga) tan tonta.
Pocos días después Arturo se presentó con un cuadro y se lo añadió a su montaña de objetos.
La carga de Clementina era cada vez más alta, tan alta que hacía ya tiempo que se había convertido en un rascacielos.
Un día de primavera Clementina se dio cuenta de que eso no podía seguir así, por lo que salió de la casa a dar un paseo, le pareció hermoso pero muy corto porque cuando volviera Arturo debía encontrarla allí, como siempre, esperándole.
Pero poco a poco el paseíto fue convirtiéndose en una costumbre y cada vez se sentía más feliz. Arturo le decía de qué se reía y que parecía tonta, aunque a Clementina eso ya no le importaba. Y cada vez que Arturo se daba la vuelta la veía más extraña.
Un día Arturo se encontró la casa vacía y se enfadó muchísimo y años más tarde seguía contándoles a sus amigos que Clementina era una ingrata, con los de tesoros que tenía.
COMISIÓN NACIONAL DE LOS LIBROS DE TEXTO GRATUITOS
DEPENDIENTE DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PUBLICA
Doctor Río de la Loza, Núm. 116, México 7, D. F.
® Diciembre de 1960
Libro de texto gratuito de Lecturas editado por la Secretaría de Educación Pública para el Primer grado de primaria con base en los Planes y programas de estudio de educación Básica Primaria en México 1993.
Un día de primavera dos tortugas, una se llamaba Arturo y otra Clementina, se conocieron y ese mismo día descubrieron que estaban enamorados.
Pescaban juntos para la cena, pero un día Arturo decidió pescar solo para que Clementina descansara. Cuando Arturo volvió ella le dijo que se había aburrido sin él y Arturo contestó que hiciera algo, que aburrirse era de tontos. Clementina le dijo a Arturo que quería tocar la flauta, que así se entretendría, pero Arturo le contestó que no sabía distinguir las notas, así que le regaló un tocadiscos.
Clementina se empezó a aburrir con el tocadiscos y un atardecer, junto a la orilla, dijo que quería pintar y Arturo se burlaba diciendo que no era artista.
Clementina pensaba que si decía más tonterías Arturo se cansaría de tener una mujer (tortuga) tan tonta.
Pocos días después Arturo se presentó con un cuadro y se lo añadió a su montaña de objetos.
La carga de Clementina era cada vez más alta, tan alta que hacía ya tiempo que se había convertido en un rascacielos.
Un día de primavera Clementina se dio cuenta de que eso no podía seguir así, por lo que salió de la casa a dar un paseo, le pareció hermoso pero muy corto porque cuando volviera Arturo debía encontrarla allí, como siempre, esperándole.
Pero poco a poco el paseíto fue convirtiéndose en una costumbre y cada vez se sentía más feliz. Arturo le decía de qué se reía y que parecía tonta, aunque a Clementina eso ya no le importaba. Y cada vez que Arturo se daba la vuelta la veía más extraña.
Un día Arturo se encontró la casa vacía y se enfadó muchísimo y años más tarde seguía contándoles a sus amigos que Clementina era una ingrata, con los de tesoros que tenía.
COMISIÓN NACIONAL DE LOS LIBROS DE TEXTO GRATUITOS
DEPENDIENTE DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PUBLICA
Doctor Río de la Loza, Núm. 116, México 7, D. F.
® Diciembre de 1960
Este libro trata de cómo a través de un trabajo continuo y de un interés por com...o se siente y como poder ayudar a otras personas, una clase consigue que Louis, nuestro protagonista, poco a poco vaya integrándose en la clase gracias a la colaboración de todos y a un curioso partido de fútbol.Ver más
Este libro es muy interesante para explicar a los niños (y no tan niños, vale para profesores y familiares) en qué consiste la inclusión educativa de un niño con Trastorno del Espectro Autista, en un aula ordinaria. Ideas fundamentales incluidas en el libro: Nuestros hijos son diferentes pero no por eso deben ser excluidos
Cada noche un pequeño mira las estrellas desde su habitación y sueña con tener una para él. Un día, decide buscar la manera de atraparla ¿lo conseguirá?
¿Quién dijo que no se puede hablar de las cochinadas que todos hacemos?
Ésta es la pregunta que se hicieron los científicos Julieta Fierro y Juan Tonda —ganadores del Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia en 1993 y 1998, respectivamente—, cuando decidieron escribir El libro de las cochinadas.
Dedicado a “todos los que hacen cochinadas” —como tú y yo—, el texto ilustrado por José Luis Perujo —Premio Nacional de Periodismo(caricatura) en 1993— busca demostrar que actividades como vomitar,obrar, sudar, orinar, moquear y expectorar, entre otras que están “prohibidas por las buenas costumbres”, son funciones esenciales de los seres humanos, las cuales es importante conocer para evitar enfermedades.
“Más vale aceptar ser cochino que demostrar no serlo”, es el lema que utilizan los autores para declararse abiertamente cochinos, pues aseguran que es mejor dejar salir todo lo que no le sirve al cuerpo en vez de que, por vergüenza o prejuicio, se quede dentro y cause estragos a la salud.
El nuevo Escriturón: curiosas y extravaqantes actividades para escribir
Para escribir, casi siempre necesitamos un pretexto. Uno bueno es, por ejemplo, escribirle una carta a nuestra mejor amiga que se fue a vivir lejos y a quien queremos contarle alguna cosa. Otro, muy común; resumir el libro de español en un acordeón para pasar el examen final. Cuando alguien nos gusta muchísimo y no nos atrevemos a decírselo en persona, podemos escribirle un recadíto y mandárselo con alguien. Si nos sucede algo importante y queremos recordarlo, entonces lo escribimos en un cuaderno, nuestro diario. En El nuevo Escriturón vas a encontrar nuevos pretextos para escribir, ordenar, transformar, reducir y ampliar textos; describir y combinar palabras; jugar con el abecedario y también inventar historias.
2. 38L i b r o d e l e c t u r a s
Dicen que los changos
no usan sombreros.
Porque los changuitos
les hacen agujeros.
Dicen que los changos
no usan corbatas.
Porque los changuitos
las pisan con las patas.
3. 396 • L o s c h a n g u i t o s
Dicen que los changos
no usan camisas.
Porque al caminar
los changuitos se las pisan.
Dicen que los changos
no usan pantalones.
Porque los changuitos
están muy petacones.
4. 40L i b r o d e l e c t u r a s
Dicen que los changos
no usan zapatos.
Porque los changuitos
caminan como patos.
Dicen que los changos
no usan calcetines.
Porque los changuitos
los usan de patines.
5. 416 • L o s c h a n g u i t o s
Dicen que los changos
no usan calzoncillos.
Porque los changuitos
los dejan amarillos.
¡Qué bien que les viene,
qué bien que les va,
que viva la vida
y ja, ja, ja, ja!