Paco el Chato, un niño que vivía en un rancho, se perdió en su primer día de escuela en la ciudad después de esperar a su abuelita a la salida como le indicó. Un policía lo encontró llorando y lo llevó a la estación de radio para dar aviso ya que Paco no sabía su apellido ni dirección. La abuelita lo escuchó en la radio y fue a recogerlo, y Paco prometió aprender sus datos personales.