Patentes médicas y responsabilidad de la industria farmacéutica
1. Ciencias para el
Mundo Lectura 3: “Patentes médicas”
Contemporáneo
EL JARDINERO FIEL (THE CONSTANT GARDNER)
Dirección: Fernando Meirelles
Guión: Jeffrey Cine, basado en
la novela homónima de John
Le Carré
Elenco: Ralph Fiennes, Rachel
Weisz
País: Reino Unido
Año: 2005
Duración: 129 min.
Hace dos o tres décadas, el escritor de novelas de espionaje John Le Carré
deleitaba al mundo con un conjunto de narraciones entre las que destacan El
espía que surgió del frío, Una pequeña ciudad de Alemania y El topo. Todas
ellas compartían un escenario histórico concreto: las hostilidades habidas entre
el espionaje soviético y el británico durante la guerra fría. A la finalización de
esta última, no pocos pensaron que Le Carré se había quedado sin tema para
sus novelas; estaban equivocados, el prolífico autor siguió ubicando a sus
personajes en el centro de conflictos históricos contemporáneos, ya sea los de
Oriente Medio (La chica del tambor) o Centroamérica (El sastre de Panamá).
Una de sus últimas novelas, ubicada en el Africa Negra, ha sido llevada a la
pantalla, y el resultado de dicha adaptación es la película cuya reseña
abordamos.
En Kenya, Tessa Quayle, una combativa activista, es asesinada en compañía
de un médico local y todo parece apuntar hacia un crimen pasional. Miembros
del Alto Comisionado Británico en la región están convencidos de que el viudo
de Tessa, el apacible aficionado a la jardinería Justin Quayle, dejará el asunto
en sus manos, pero no es así. Perseguido por los remordimientos y herido por
los rumores de las supuestas infidelidades de su esposa, Justin decide limpiar
el buen nombre de su mujer y "acabar lo que ella empezó". Para conseguirlo,
debe aprender a marchas forzadas cómo funciona la industria farmacéutica -
Tessa estaba a punto de descubrir un escándalo con medicamentos
experimentados en la población local- y viajará por dos continentes en busca
de la verdad.
2. Ciencias para el
Mundo Lectura 3: “Patentes médicas”
Contemporáneo
Hay dos partes igualmente importantes en la película. La historia de amor y los
elementos del thriller van de la mano, no existe una cosa sin la otra. Por un
lado, escándalos corporativos, sus hechos delictivos y sus manipulaciones. Por
otro, la relación amorosa ente Tessa y Justin, quien emprende un viaje no sólo
para sacar a la luz las investigaciones que ella hacía; también va tras la pista
de la relación que les unía. Redescubre y reconsidera la relación con su mujer.
La novela de John Le Carré toca el tema de la responsabilidad y los
gigantescos beneficios de una de las industrias más grandes del mundo, la
farmacéutica. “La Gran Farmacia, como se le conoce, tiene de todo:
esperanzas y sueños; un vasto potencial para el bien, explotado en parte; y un
lado muy oscuro en el que se mueven enormes cantidades de dinero, un
secretismo patológico, corrupción y avaricia”, señala el propio escritor.
Cada vez más se cuestionan las prácticas comerciales de las trasnacionales
farmacéuticas, cuyas ventas alcanzaron en 2002 la cifra de 430 billones de
dólares. Para justificar los precios que imponen y su férrea defensa de las
patentes, algunas compañías alegan que los costos de investigación son muy
elevados y que deben someter sus productos a años de pruebas antes de
sacarlos al mercado. Las organizaciones de consumidores replican que los
productos se elaboran con base en resultados de investigaciones pagadas con
fondos públicos. Se han alzado muchas voces dudando de la cifra de 800
millones de dólares que la industria dice necesitar para lanzar un nuevo
medicamento al mercado. Las organizaciones de consumidores argumentan
que ese dinero va al marketing, y que a eso se debe la avalancha publicitaria
que lanzan sus departamentos de relaciones públicas. Las palabras mágicas
que repiten sin cesar son “investigación, innovación”... Pero aunque la retórica
suene bien, no tiene nada que ver con la realidad, dicen los activistas. La
investigación y el desarrollo ocupan una porción relativamente pequeña de los
presupuestos de las compañías farmacéuticas, en comparación con sus
enormes gastos administrativos y publicitarios. “Los precios que cobran por los
medicamentos tienen poco que ver con los costos de producción y podrían
reducirse drásticamente sin poner en peligro los departamentos de
investigación y desarrollo”, señaló la periodista Marcia Angell, en su libro de
2004, “La verdad acerca de las compañías farmacéuticas”.
Los activistas también acusan a la Gran Farmacia de ignorar medicamentos
innovadores y dedicarse al desarrollo de productos derivados de otros que han
resultado exitosos, concentrando sus esfuerzos en enfermedades del mundo
occidental tales como la hipertensión, la calvicie o la impotencia geriátrica, e
ignorando las enfermedades endémicas de un Tercer Mundo que no aporta
beneficios. La población de estos países se ve diezmada por el sida, la
tuberculosis o la malaria (esta última afecta aproximadamente a 500 millones
de personas al año y se estima que mata a un niño cada 20 segundos). A
pesar de que estas nuevas naciones soportan una tremenda carga endémica,
sólo representan un porcentaje mínimo de los beneficios de la Gran Farmacia.
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Mundo Lectura 3: “Patentes médicas”
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Cuando se agotan los argumentos, algunos portavoces de la industria
farmacéutica recuerdan que no son filántropos y que se deben a sus
accionistas. La pregunta es si la salud debe ser una cuestión de dinero o de
justicia.
COMENTARIO
1. ¿Qué opinas del personaje de Tessa?
2. ¿Qué acción realiza la compañía Tres abejas con el producto Dipraxa en
Nigeria? ¿Qué ocurre con los resultados obtenidos?
3. ¿Qué intereses presenta, en esta película, Inglaterra en relación con la
multinacional farmacéutica?
4. Recientemente la multinacional suiza Novartis ha presentado una
demanda contra la ley india de patentes por haber denegado la patente
a un medicamento anticancerígeno (Gleevec) que esta empresa había
desarrollado. El tribunal indio de Chennai desestimó la demanda
alegando que los compuestos de Geevec eran sustancias ya conocidas
y su precio diez veces superior a la del genérico. India se ha convertido
en el mayor fabricante de medicamentos genéricos del mundo que son
exportados a otros países en vías de desarrollado. Según la ONG
“Médicos sin fronteras”, el tratamiento contra el SIDA asciende a 10000
dólares anuales por persona, mientras que con el empleo de genéricos
se reduce a 187 dólares.
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