La Ley sobre Violencia Escolar obliga a todos los establecimientos educacionales a diseñar estrategias de prevención y protocolos para abordar el acoso escolar. Define el acoso escolar como actos de agresión u hostigamiento reiterado que causen maltrato, humillación o temor a la víctima. Los establecimientos deben contar con un reglamento interno y un comité o encargado de convivencia escolar, e informar y capacitar a la comunidad educativa sobre esta ley.