La leyenda griega del conejo de la luna describe cómo Zeus arrojó con furia a un conejo blanco que le habían regalado a su hija Afrodita a la luna debido a su enojo por la relación de Afrodita con un mortal. El conejo quedó pegado en la luna, donde se puede ver su silueta todas las noches de luna llena. La enseñanza es no hacer cosas de las que luego uno se pueda arrepentir.