Linux no es técnicamente UNIX, pero se basa en él y comparte muchas de sus características fundamentales. Al igual que Windows, Linux es un sistema operativo de microkernel que evoluciona de forma descentralizada sin una organización que determine su dirección. Aunque Linux es gratuito, tiene restricciones de licencia como la obligación de compartir modificaciones. Distribuidores como Red Hat agregan valor a versiones de Linux para cobrar por ellas.