¡Bendito sea Jehová, mi roca,quien adiestra mis manos para la batallay mis dedos para la guerra!
Sal 144:3-4 Jehová, ¿qué es el hombre para que en él pienses, o el hijo de hombre para que lo estimes? 4 El hombre es como un soplo; sus días son como la sombra que pasa.
Sal 144:5-8 DHH Señor, descorre la cortina de los cielos, y baja; toca los montes para que echen humo; 6 lanza tus flechas, los relámpagos, y haz huir en desorden a tus enemigos. 7 Extiende tu mano desde lo alto, y líbrame del mar inmenso; líbrame del poder de gente extraña, 8 de los que dicen mentiras y levantan su derecha para jurar en falso.
Sal 144:9-11 A ti, Dios, cantaré un cántico nuevo; con salterio, con decacordio cantaré a ti. 10 Tú, el que da victoria a los reyes, el que rescata de maligna espada a David tu siervo. 11 Rescátame, y líbrame de manos de los hombres extraños, cuya boca habla falsedad y cuya diestra es diestra de mentira.
Sal 144:12 DHH Nuestros hijos crecen como plantas en un jardín; nuestras hijas son cual columnas labradas que sostienen la estructura del templo.
Sal 144:12 Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, nuestras hijas como esquinas labradas cual las de un palacio;
Sal 144:13-14 DHH Nuestros graneros están llenos, repletos de toda clase de alimentos. Nuestros rebaños aumentan por millares, por miles y miles en nuestros campos. 14 Nuestras vacas quedan preñadas, y no tienen su cría antes de tiempo. No hay gritos de alarma en nuestras calles.