1. Lo que llamamos fracaso no es caer, sino quedarse en el suelo.
Mary Pickford.
Caer es una parte natural del proceso, es decir, en algún momento
del recorrido, un obstáculo aparecerá y tropezaremos y hasta
caeremos estrepitosamente. Nuestras rodillas sangrarán, nuestro
rostro golpeará el piso con la fuerza del impulso que llevemos,
multiplicada por el peso de nuestro cuerpo. Será un impacto
doloroso.
Sentiremos que no nos podemos levantar, que hasta allí llegó
nuestra carrera. Veremos desde otra perspectiva, como muchos
pasarán a nuestro lado, veremos sus pies casi rozarnos, y luego los
veremos alejarse. Escucharemos, entonces, la voz de la derrota
decirnos: “es el final, no naciste para ganar. Eres un/una
fracasado/a.”
Es en ese momento que deberemos tomar una decisión: o nos
quedamos allí, con los ojos llorosos y sintiendo pena por nosotros
mismos (pena por nosotros mismos: ¡qué sentimiento más
deprimente!)
O nos ponemos de pie, apretamos nuestros dientes y nuestros
puños y echamos a correr, mientras silenciamos la voz de la
derrota. Sentiremos entonces como esa fuerza interior que todos y
todas llevamos dentro, y que se activa de forma automática con
cada caída, multiplica nuestra velocidad y nuestro empuje y
ganaremos el terreno que creíamos haber perdido.
Si te caíste, levántate, pues es natural caer; lo antinatural es
quedarse allí y sentirse una víctima del juego.
Benjamín Morillo.
La Savia de la Sabiduría.