El documento describe cómo los niños participan activamente en las elecciones nacionales de Costa Rica a pesar de que no pueden votar. Los niños cantan consignas de apoyo a los candidatos frente a los centros de votación, trabajan como boy scouts ayudando a las personas mayores a ejercer su voto, y promueven a los partidos políticos sosteniendo sus banderas y pegatinas. Aunque no pueden votar, los niños se involucran en la "fiesta electoral" y defienden los ideales de los partidos para ayudar a construir el

1. Los que no pueden votar 7 de febrero. Elecciones nacionales. Simón Avilés

2. Las aulas, usualmente ocupadas por niños, se convierten en juntas receptoras de votos para adultos. Sin embargo, la corta edad no impide ser parte de la llamada “fiesta electoral” celebrada cada cuatro años.

3. Al acercarse a los centros de votación, lo primero que se escuchaba eran cánticos y porras de apoyo a los diferentes candidatos. Los más jóvenes eran quienes coreaban con más fuerza.

4. Mientras algunos se encontraban en uno u otro bando político, los Scouts conformaban el único equipo “neutral”, trabajando para el Tribunal Supremo de Elecciones.

5. Colaboraron principalmente con adultos mayores, llevándoles hasta su respectiva junta receptora para que ejercieran el sufragio sin problema alguno.

6. “Buen trabajo, chicos” dijo el diputado del Frente Amplio, José Merino, después de posar para algunas fotografías. Se despidió de ellos con alentadoras palmadas en las espaldas, instándoles a continuar la labor.

7. Pero no cabe duda de que la mayor parte de los no votantes se encontraba en las afueras de los centros de votación, entre los puestos de partido y los lugares aledaños.

8. La mirada y el atuendo de este pequeño dicen mucho. Está inmerso en una lucha (que de seguro no eligió, pero que poco a poco toma como suya) por defender ideales para construir un mejor futuro, que otros y otras como él vivirán probablemente en este país.

9. En las orillas de la calle, agitaban con fuerza las banderolas de colores, para pedir entrar a las urnas, para recordar que cada voto cuenta.

10. Estas niñas, de una misma familia, tenían variedad de vestimentas, lo que no cambiaba eran los colores que portaban.

11. El trabajo no cesaba. Cada adulto se veía como una oportunidad. Atento a cada instante, este niño era consciente de aquello.

12. Otros, talvez no tan conscientes, servían casi de valla publicitaria. Las calcomanías iban en la camisa, el pantalón y cualquier parte del cuerpo que fuera visible.

13. Llegada la tarde, un cierto agobio se notaba en los rostros de algunos militantes de la niñez partidaria, quizá a falta de energías, quizá a falta de más votantes.

14. Rendidas ante el cansancio, estás niñas terminaron su colaboración entre mensajes de teléfono. A esperar la noche y el conteo de votos.

15. Los que no pueden votar 7 de febrero. Elecciones nacionales. Simón Avilés