1. HEIDDY ALEJANDRA RUAN SIMBAQUEVA COD: 331211002
FUNDAMENTOS DE INFORMATICA
PARA VIVIR MAS Y MEJOR. OASIS
LUZ DEL MUNDO
El la religión prendemos velitas porque María da luz a Jesucristo que dijo:
“Yo soy la luz del mundo”. Como “luz eterna que tiene en sí misma la
verdad”, vislumbra Dante Comedia es poesía mística sobre Dios como luz-
amor-verdad.
Buena es la persona que es luz del mundo con sus obras. A su paso
esparce claridad con el amor. Nos quejamos si hay cortes de energía, pero a
veces racionamos el afecto, el perdón y la justicia.
Prender velitas es comprometernos a ser luz en el hogar. Vivir como hijos de
la luz, según la Biblia. Hogar viene de hoguera. No hay fuego y calor sin
unidad. Sin cuidados solo quedan cenizas. Pasteur, Bach, Fleming, Da Vinci
y tantos otros aun nos iluminan. Seremos felices dando luz a otros.
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PARA VIVIR MAS Y MEJOR. OASIS
EDUCACION Y TELIVISION
Un joven q llega a los 18 años en los EE.UU ha visto 150 mil actos violentos
y 200 mil comerciales en TV. En Colombia no estamos lejos de esa cifra.
Hay televidentes, teleadictos y teleidiotas. La TV. no es el problema. Hay
programas excelentes. Pero ¿Cuántas personas tienen espíritu crítico?
Que importante es dialogar en familia sobre los programas. Sobre elegir y
discernir. No ser autómatas que tragan entero. Saber ver incluso lo que se
llama “malo”. También educa. Conviene formar una mente crítica a la luz de
unos sanos principios para aprender a usar la TV. Claro que lo mismo hacer
falta para la radio y la prensa aunque parezca menor.
Un estudio muestra que un niño colombiano, pasa 25 horas en su colegio y
24 ante la TV cada semana. Una buena comunicación familiar nos permite
servirnos de los medios (Prensa-radio-TV) con sentido crítico.
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PARA VIVIR MAS Y MEJOR. OASIS
NO SOMOSL ISLA
Se siente un extraño sortilegio cuando observa por vez primera el fenómeno
de los vasos comunicantes. Una comunión que también se da en la alquimia
del corazón; somos solidarios en el bien y en el mal. Nuestros actos
positivos o negativos afectan a los demás. Somos “seres en relación” según
la filosofía existencial.
No está bien decir: ¡Mi vida es mi vida y hago lo que quiero! En el hogar hay
que dar para recibir. Aprende a dar y a recibir. En las relaciones debe brillar
la independencia, pero no la indiferencia. Menos la ingratitud.
“Soy responsable de mi rosa” afirma el Principito en el libro inmortal de Saint
Exupery. ¿Acaso vivimos como Robinson en una isla para poder decir: “Es
mi vida. No se metan”. De algún modo mi vida no es mi vida. Es la de los
demás. Soy responsable de su gozo o su desdicha.
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LAS 5 D DEL AMOR
Entrelazar los cinco dedos es un signo de amor. Manos que simbolizan
corazones y almas unidas. Ojala cada dedo represente: dialogo, detalles,
Dios, decisión y dedicación. Cinco vivencias para un amor duradero.
Dialogar, no di-alegar, es la clave para hallar soluciones. Nos pide saber
escuchar y ceder. Los detalles nunca son pequeños. Con ellos nace el amor,
sin ellos se marchita. Avivan una relación. Dios es amor y cuando El une no
hay quien separe. Su presencia ilumina, fortalece y reanima. Amar es una
decisión de luchar en las adversidades. La campana solo da buen timbre si
pasa por el fuego. Muchos se dedican a tener más y no amar.
Amar es un arte que exige dedicación, tiempo, esfuerzo. Sigamos con las D-
5: con ellas el amor es un don continuo, una delicia. Sin ellas es un desastre.
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DIOS ES LOS DEMAS
Tolstoi nos dejo un hermoso cuento de Navidad. Es la historia del zapatero
Martin Avdeich. Lee en la Biblia que Simón fariseo recibió con desdén a
Jesús. Exclama: ¡Yo lo recibiría de otra manera! Dios le dice: Martin asómate
a la calle mañana, porque vendré a verte.
Durante el día suspende su labor y ofrece té a un pobre anciano, luego viste
a una mamá que tirita de frio con su bebé. A mediodía reconcilia a una
vendedora de manzanas y al gamín que la ha robado. Al ocaso abre la
Biblia, pero dormita fatigado. Oye una voz: Martín, ¿no me reconoces? ¡Soy
yo! Y sucesivamente aparecen y se diluyen las figuras del anciano, la mujer
y el niño, la vendedora y el pilluelo.
Martín sonríe y ve que su Biblia está abierta donde dice: “Los a otros hacéis,
a mi me lo hacéis”. Comprende que Dios si lo visitó y que él lo recibió
dignamente.
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