Cuatro velas representando la paz, la fe, el amor y la esperanza se van apagando una a una mientras hablan sobre cómo la humanidad ya no las necesita o valora. Solo queda encendida la vela de la esperanza. Cuando un niño entra y ve a las otras velas apagadas, la vela de la esperanza enciende de nuevo a las otras velas, enseñando que mientras haya esperanza, siempre hay una oportunidad de volver a encender la paz, la fe y el amor.