Este poema describe al mar como algo inmenso, opaco e implacable que no muestra emociones. Señala que el mar es el responsable de naufragios y deja cuerpos en las islas, y que sus olas acaban con la vida de los viejos pescadores siguiendo su ley natural de que los peces grandes se comen a los pequeños. El poema concluye diciendo que aunque los humanos pasemos, el mar permanecerá como testigo.