El hombre caminaba por la playa pensando que sería feliz si tuviera cosas materiales como un auto nuevo o una casa grande. Mientras arrojaba piedras al mar diciendo esto, encontró una valiosa piedra que resultó ser un diamante. Al igual que él arrojó valiosos diamantes sin darse cuenta, muchos pasamos por la vida deseando lo que no tenemos en lugar de apreciar nuestros tesoros cercanos. Cada día es un diamante precioso del que debemos aprovechar su valor.