El Señor le pidió a los Arcángeles que formaran un equipo de fútbol en el cielo. Escogieron a los mejores jugadores entre los ángeles de la tierra y el cielo. Faltaba uno para llevar el número 10 y ser el capitán. El Señor vio a un niño alegre y de buenos valores en la tierra y lo eligió para el puesto. Ese niño es Luis Rafael Rivero Peraza, quien juega como capitán del equipo celestial desde hace varios años.