3. Yo sentía que algo iba a pasar. Mi
angustia llegó al máximo cuando
mi padre me dijo que el tío Álvaro
había muerto.
4. Desde ese momento sentí una
sombra extraña siguiéndome
a todos lados.
5. Cuando llegamos al velorio, toda la familia
estaba triste.
Llegó la noche, mi primo y yo fuimos al
almacén, de regreso una fuerza extraña nos
envolvió diciéndonos con vos de tristeza:
“Libérenme, libérenme”.
7. Allí me di cuenta que era el tío Álvaro.
Me detuve y agarre a mi primo, encaramos a
esa sombra que nos seguía.
Antes que pudiéramos hablar vimos como
otras sombras terminaban de encadenarlo.