La casa es un ejemplo de minimalismo extremo en la arquitectura japonesa contemporánea, con apenas una forma icónica de casa habitable sin nada más. Los espacios interiores son blancos e iluminados con luz exterior, con escaleras y una distribución en laberinto que crea privacidad entre ambientes y con el exterior. Los pisos negros proveen un contraste visual necesario para orientarse dentro de la despojada estructura.