En su primer día en un taller de integración, el autor recuerda haberse sentido solo al no conocer a nadie en el aula, hasta que una compañera le pidió a un chico que no conocía que se sentara con él para que ninguno estuviera solo. Aunque al principio fue tímido, durante los tres días del taller fue conociendo gente e hizo amigos al unirse al grupo de WhatsApp de su clase.