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Breve Catálogo de Castigos de la Mitología Griega.

Los dioses griegos demostraban estar tocados por la divinidad en la imposición de castigos.
Sus penas poseen una grandeza y una altura imposibles entre los mortales. La inmortalidad
es lo que aumenta las penas y las sublima, lo que las hace aterradoramente dolorosas y
temibles. Nosotros, los humanos, podemos escapar a esos castigos, pero no los eternos
Prometeo, Tántalo y Sísifo, sometidos a un castigo reiterado del que no pueden sustraerse y
que convierte el placer de la vida sin fin en un sinsentido insoportable. Para ellos, la muerte
sí tiene sentido; porque para ellos no sirve aquello tan humano de "No hay mal que cien
años dure, ni cuerpo que lo resista".
Los castigos que los dioses griegos infligían a todos aquellos que infringían las normas
destilan una furia, una dureza y una inventiva sin límites.
A la hora de castigar, los griegos también son ejemplificadores. Así como la democracia, la
filosofía y la política, dentro de la mitología griega se pueden encontrar castigos que de
solo pensarlos dejan a uno sin ganas de cometer delito alguno.
A modo de resumen vamos a presentar un muestrario de sanciones, venganzas, represiones
y multas que hacen que las ganas de hacer algo que este mal, se vayan de vacaciones.

Atlas:
Atlas era hijo del titán Japeto (hijo de Urano y Gea) y la ninfa Climene, y hermano de
Prometeo, Epimeteo y Menecio.Atlas fue el jefe de los Titanes en la Titanomaquia, aquellas
batallas libradas antes de la existencia del hombre en la tierra, Los Titanes lucharon contra
los Olímpicos durante once años en esta guerra también conocida como la batalla de los
titanes.
Finalmente, los titanes fueron derrotados y Zeus castigo a Atlas obligándolo a cargar el
peso de los cielos sobre sus hombros, lo cual robaba de gemidos de dolor del joven titán,
incluso a pesar de su extraordinaria fuerza.
Atlas reino en Arcadia y en el noroeste de África, donde tenía su preciado árbol de hojas y
frutas doradas, las famosas manzanas doradas que Gea dio como regalo de boda a Zeus y
Hera y que gran protagonismo se han ganado en la mitología griega.
Atlas se casó con Hesperis y tuvo seis hijas conocidas como las Hespérides o Atlantides,
quienes cuidaban del famoso Jardín de frutos y animales de oro.
Cuenta el mito que el Héroe Perseo visito su reino luego de matar a medusa, donde se
presentó como hijo de Zeus y pidió hospitalidad a Atlas. Pero este recordó que una profecía
le había dicho que un hijo de Zeus le quitaría sus riquezas, incluyendo su querido jardín, el
cual estaba rodeado de murallas y con un dragón centinela. Pero de todas formas,
sintiéndose amenazado por Perseo, le negó su petición. El héroe no acepto la negatividad y
sostuvo la cabeza de Medusa ante los ojos del titán, convirtiéndole en una enorme piedra a
la que se llamó Cordillera del Atlas, cuyas montañas eran tan altas que tocaban el cielo.
Sin embargo, otra versión dice que fue Heracles quien engaño a Atlas para que recuperase
algunas manzanas de oro del jardín de las Hespérides como parte de sus doce trabajos. Pero
sea como sea, la historia de Atlas es un mito mezclado con verdad pues se cree que Atlas
fue un mítico rey de Mauritania, en Libia; era un sabio filósofo y matemático y
extraordinario astrologo que descubrió la esfericidad de las estrellas y desarrolló el primer
globo celeste. Por esta razón es posible que haya nacido el mito, convirtiéndose al rey en un
personaje fantástico que cargaba el firmamento sobre sus Hombros.

Sísifo:
Era hijo de Eolo y Enarete, y marido de Mérope. De acuerdo con algunas fuentes
(posteriores), fue el padre de Odiseo con Anticlea, antes de que ésta se casase con su último
marido, Laertes. Fue rey de Corinto.
Fue promotor de la navegación y el comercio, pero también avaro y mentiroso. Recurrió a
medios ilícitos, entre los que se contaba el asesinato de viajeros y caminantes, para
incrementar su riqueza. Desde los tiempos de Homero, Sísifo tuvo fama de ser el más
astuto y sabio de los hombres.
Reinaba en la ciudad de Corinto, que había sido fundada por él, aunque con el nombre de
Éfira. Rodeó toda la ciudad con grandes murallas para obligar a los viajeros a pagarle
abundantes tributos cuando pasaban por allí. Su gran inteligencia le sirvió para obtener
múltiples beneficios en todos los aspectos de la vida, pero la falta de ética de algunos de sus
actos, le valió, en determinados momentos y circunstancias, la consideración de ladrón o
malhechor.
La muerte de Sísifo sobrevino a causa de un castigo divino, resulta de la siguiente forma:
Zeus raptó una vez, como tantas otras, a la bella Egina, para poseerla. Buscándola, su
padre, Asopo, pasó por Corinto donde intentó que Sísifo le ayudara a encontrarla o al
menos, le indicase alguna pista para localizarla. Ante esto, Sísifo, que había visto a Zeus
escapar con Egina, indicó a Asopo que le diría el nombre del raptor de su hija a cambio de
que hiciese nacer una fuente en los reinos de Sísifo, y así fue (Asopo pudo hacer brotar el
agua porque era un dios - río). Enojadísimo Zeus por tal acción condenó a Sísifo a la
muerte, enviándole a Tánatos.
Cuando Tánatos fue a buscarle, Sísifo le puso grilletes, por lo que nadie murió hasta
que Ares vino, liberó a Tánatos, y puso a Sísifo bajo su custodia en el inframundo.
Pero Sísifo aún no había agotado todos sus recursos: antes de morir le dijo a su esposa que
cuando él se marchase no ofreciera el sacrificio habitual a los muertos y ésta así lo hizo, así
que en el infierno se quejó de que su esposa no estaba cumpliendo con sus deberes, y
convenció a Hades para que le permitiese volver al mundo superior y así castigarla. Pero
cuando estuvo de nuevo en Corinto, rehusó volver de forma alguna al inframundo, viviendo
varios años más en la tierra hasta que fue devuelto a la fuerza por Hermes.
En el infierno, Sísifo fue obligado a cumplir su castigo, que consistía en empujar una piedra
enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la
colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el
principio, una y otra vez.
Según algunos, había revelado los designios de los dioses a los mortales. Albert
Camus menciona poéticamente que la razón de su castigo obedece a su ligereza para con
los dioses, revelando sus secretos y prefiriendo "la bendición del agua a los rayos celestes".
De acuerdo con otros, se debió a su hábito de atacar y asesinar viajeros

Procusto:
Era un bandido y posadero del Ática (o según otras versiones a las afueras de Eleusis). Se le
consideraba hijo de Poseidón, y en algunas versiones era un gigante.
Procusto tenía su casa en las colinas, donde ofrecía posada al viajero solitario. Allí lo
invitaba a tumbarse en una cama de hierro donde, mientras el viajero dormía, lo
amordazaba y ataba a las cuatro esquinas del lecho. Si la víctima era alta y su cuerpo era
más largo que la cama, procedía a serrar las partes de su cuerpo que sobresalían: los pies y
las manos o la cabeza. Si por el contrario era de menor longitud de la cama, lo
descoyuntaba a martillazos hasta estirarla (de aquí viene su nombre). Según otras versiones,
nadie coincidía jamás con el tamaño de la cama porque Procusto poseía dos camas, una
exageradamente larga y otra exageradamente corta.
Procusto continuó con su reinado de terror hasta que se encontró con el héroe Teseo, quien
invirtió el juego retando a Procusto a comprobar si su propio cuerpo encajaba con el
tamaño de la cama. Cuando el posadero se hubo tumbado, Teseo lo amordazó y ató a la
cama y, allí, lo torturó para «ajustarlo» como él hacía a los viajeros, cortándole a hachazos
los pies y, finalmente, la cabeza. Matar a Procusto fue la última aventura de Teseo en su
viaje desde Trecén (su aldea natal delPeloponeso) hasta Atenas.

Tántalo:
En la mitología griega, Tántalo era un hijo de Zeus y la oceánide Pluto, rey de Frigia (Asia
Menor). Se convirtió en uno de los habitantes del Tártaro, la parte más profunda
del Inframundo, reservada al castigo de los malvados.
Se conoce a Tántalo por haber sido invitado por Zeus a la mesa de los dioses en el Olimpo.
Jactándose de ello entre los mortales, fue revelando los secretos que había oído en la mesa
y, no contento con eso, robó algo de néctar y ambrosía y lo repartió entre sus amigos.
Tántalo quiso corresponder a los dioses y les invitó a un banquete que organizó en el monte
Sípilo. Cuando la comida empezó a escasear, decidió ofrecer a su hijo Pélope. En lo que
constituye un arquetípico rito de iniciación chamánica, descuartizó al muchacho, coció sus
miembros y los sirvió a los invitados. Los dioses, que habían sido advertidos, evitaron tocar
la ofrenda. Sólo Deméter, trastocada por la reciente pérdida de su hija Perséfone, «no se
percató de lo que era» se comió el hombro izquierdo del desdichado. Zeus ordenó
a Hermes que reconstruyera el cuerpo de Pélope y lo volviera a cocer en un caldero mágico,
sustituyendo su hombro por uno forjado de marfil de delfín, hecho por Hefesto y ofrecido
por Deméter. Lasmoiras le dieron vida de nuevo y así obtuvo nuevas cualidades. Para
reforzar su iniciación en los misterios divinos, Poseidón secuestró al nuevo Pélope y lo
llevó al Olimpo, haciéndolo su amante.
Un último crimen terminó por colmar la paciencia de los dioses: cuando Pandáreo robó el
mastín de oro -que le había hecho Cronos a Rea para que cuidara del recién nacido Zeus -y
se lo dio a Tántalo para que lo ocultara. Una vez pasada la alarma inicial sin que se supiera
nada del perro, Pandáreo le pidió que se lo devolviera, pero Tántalo le juró por Zeus que
nunca había oído hablar de él (otra versión invierte los papeles y hace de Tántalo el ladrón
y de Pandáreo el ocultador). Escandalizado Zeus por el perjurio o por el robo aplastó a
Tántalo con una roca que pendía del monte Sípilo y arruinó su reino.
Después de muerto, Tántalo fue eternamente torturado en el Tártaro por los crímenes que
había cometido. En lo que actualmente es un ejemplo proverbial de tentación sin
satisfacción, su castigo consistió en estar en un lago con el agua a la altura de la barbilla
(otras versiones del mito se refieren a la rodilla ó la cadera), bajo un árbol de ramas bajas
repletas de frutas. Cada vez que Tántalo, desesperado por el hambre o la sed, intenta tomar
una fruta o sorber algo de agua, éstos se retiran inmediatamente de su alcance. Además
pende sobre él una enorme roca oscilante que amenaza con aplastarle.
Pélope:
Ya adulto, Pélope quiso casarse con Hipodamía. El padre de ella, Enómao, rey de Pisa o
de Olimpia, había matado a treinta pretendientes de la joven tras vencerlos en una carrera
de carros. Había hecho esto porque la amaba para sí o, alternativamente, porque una
profecía afirmaba que moriría a manos de su yerno. Pélope fue a pedir la mano de
Hipodamía y se preparó para competir con Enómao. Preocupado por si perdía, Pélope fue a
la orilla del mar e invocó a Poseidón, su antiguo amante, y, recordándole su amor (los
«dulces regalos de Afrodita»), le pidió ayuda. Sonriendo, Poseidón hizo aparecer un carro
tirado por caballos alados.
Aún inseguro de sí mismo, Pélope (o la propia Hipodamía) convenció al auriga de
Enómao, Mírtilo, para que le ayudase a ganar, prometiéndole la mitad del reino y la primera
noche en el lecho de Hipodamía.
La noche anterior a la carrera, al montar el carro, Mírtilo cambió las pezoneras de bronce
que sujetaban las ruedas al eje por unas falsas fabricadas con cera de abeja. La carrera
comenzó y discurrió durante mucho tiempo. Pero justo cuando Enómao estaba alcanzando
a Pélope y preparándose para matarlo, las ruedas se soltaron y el carro se rompió. Mírtilo
sobrevivió, pero Enómao fue arrastrado por sus caballos hasta morir.
Pélope mató entonces a Mírtilo, porque éste había intentado violar a Hipodamía. Cuanto
moría, Mírtilo maldijo a Pélope por su traición, y la maldición se cumplió: dos de los hijos
de Pélope e Hipodamía, Atreo y Tiestes, mataron a un tercero, Crisipo, que era su favorito y
que iba a heredar el reino. Atreo y Tiestes fueron desterrados junto con Hipodamía, su
madre, quien entonces se ahorcó. La maldición también alcanzó a sus hijos, nietos y
bisnietos, incluyendo a Agamenón,Egisto, Menelao y Orestes.
Más tarde, Pélope controló todo el Peloponeso. Durante la Guerra de Troya, los huesos de
Pélope fueron llevados a esa ciudad por los griegos, pues un oráculo había dicho que serían
capaces de ganar si lo hacían.

Ícaro:
En la mitología griega, Ícaro es hijo del arquitecto Dédalo, constructor del laberinto de
Creta, y de una esclava. Fue encarcelado junto a su padre en una torre de Creta por el rey de
la isla, Minos.
Dédalo consiguió escapar de su prisión, pero no podía abandonar la isla por mar, ya que el
rey mantenía una estrecha vigilancia sobre todos los veleros, y no permitía que ninguno
navegase sin ser cuidadosamente registrado. Dado que Minos, el rey, controlaba la tierra y
el mar, Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo Ícaro. Enlazó
plumas entre sí empezando por las más pequeñas y añadiendo otras cada vez más largas,
para formar así una superficie mayor. Aseguró las más grandes con hilo y las más pequeñas
con cera, y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro. Ícaro, su hijo,
observaba a su padre y a veces corría a recoger del suelo las plumas que el viento se había
llevado, y tomando cera la trabajaba con sus dedos, entorpeciendo con sus juegos la labor
de su padre. Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y
suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo
volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no
volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la
espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Entonces padre e hijo echaron a volar.
Pasaron las islas de Samaos, Delos y Lebintos, y entonces el muchacho comenzó a ascender
como si quisiese llegar al paraíso.
No obstante las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se
elevó por los aires desobediendo a Dédalo quien no pudo impedirlo. Además, Ícaro se
sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía. Se acercó demasiado al sol, y el calor
que había derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que las perdió. El desdichado y
temerario joven acabó precipitándose en el mar, donde murió. Por eso, desde entonces ese
mar se conoció como El Mar de Icaria.
El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro
agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al
mar. Su padre lloró y lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar
del mar en el que Ícaro había caído Icaria en su memoria. Dédalo llegó sano y salvo
a Sicilia bajo el cuidado del rey Cócalo, donde construyó un templo a Apolo en el que
colgó sus alas como ofrenda al dios.

Prometeo:
En la mitología griega, Prometeoes el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente
por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso
y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo.
Prometeo era hijo de Jápeto y la oceánide Asia o de la también oceánide Clímene. Era
hermano de Atlas, Epimeteo y Menecio, a los que superaba en astucia y engaños. No tenía
miedo alguno a los dioses, y ridiculizó a Zeus y a su poca perspicacia.
Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus al
realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes: en una de
ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso
los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que
comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en
realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los sacrificios
los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen.
Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego. Prometeo decidió robarlo,
así que subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios o de la forja de Hefesto, y lo
consiguió devolver a los hombres en el tallo de una cañaheja, que arde lentamente y resulta
muy apropiado para este fin. De esta forma la humanidad pudo calentarse.
Para vengarse por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de
arcilla llamada Pandora. Zeus le infundió vida y la envió por medio de Hermes al hermano
de Prometeo: Epimeteo, en cuya casa se encontraba la jarra que contenía todas las
desgracias (plagas, dolor, pobreza, crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la
humanidad. Epimeteo se casó con ella para aplacar la ira de Zeus por haberla rechazado una
primera vez a causa de las advertencias de su hermano para que no aceptase ningún regalo
de los dioses y quien en castigo sería encadenado. Pandora terminaría abriendo el ánfora,
tal y como Zeus había previsto.
Tras vengarse así de la humanidad, Zeus se vengó también de Prometeo e hizo que lo
llevaran al Cáucaso, donde fue encadenado por Hefesto. Zeus envió un águila (hija de los
monstruos Tifón y Equidna) para que se comiera el hígado de Prometeo. Siendo éste
inmortal, su hígado volvía a crecerle cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día.
Este castigo había de durar para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de
Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y lo liberó disparando una flecha al águila.
Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, al proporcionar la
liberación más gloria a Heracles, quien era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque
debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.
Pandora:
Zeus ordenó que Hefesto modelara una imagen con arcilla, con figura de encantadora
doncella, semejante en belleza a las inmortales, y le infundiera vida. Pero, mientras que
a Afrodita le mandó otorgarle gracia y sensualidad, y a Atenea concederle el dominio de las
artes relacionadas con el telar y adornarla, junto a lasGracias y las Horas con diversos
atavíos, a Hermes le encargó sembrar en su ánimo mentiras, seducción y un carácter
inconstante. Ello, con el fin de configurar un "bello mal", un don tal que los hombres se
alegren al recibirlo, aceptando en realidad un sinnúmero de desgracias.
Según Los Trabajos y Los Días de Hesíodo, había una jarra que contenía todos los males.
Pandora apenas la vio, la abrió y dejó que los males inundaran la tierra. Para cuando logró
cerrar la jarra, lo único que quedaba adentro era la esperanza, por lo que los humanos no la
recibieron. De este mito proviene la expresión ‘abrir la caja de Pandora’. En esta tradición,
Pandora representa la perdición de la humanidad al igual que Eva.

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  • 1. Breve Catálogo de Castigos de la Mitología Griega. Los dioses griegos demostraban estar tocados por la divinidad en la imposición de castigos. Sus penas poseen una grandeza y una altura imposibles entre los mortales. La inmortalidad es lo que aumenta las penas y las sublima, lo que las hace aterradoramente dolorosas y temibles. Nosotros, los humanos, podemos escapar a esos castigos, pero no los eternos Prometeo, Tántalo y Sísifo, sometidos a un castigo reiterado del que no pueden sustraerse y que convierte el placer de la vida sin fin en un sinsentido insoportable. Para ellos, la muerte sí tiene sentido; porque para ellos no sirve aquello tan humano de "No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista". Los castigos que los dioses griegos infligían a todos aquellos que infringían las normas destilan una furia, una dureza y una inventiva sin límites. A la hora de castigar, los griegos también son ejemplificadores. Así como la democracia, la filosofía y la política, dentro de la mitología griega se pueden encontrar castigos que de solo pensarlos dejan a uno sin ganas de cometer delito alguno. A modo de resumen vamos a presentar un muestrario de sanciones, venganzas, represiones y multas que hacen que las ganas de hacer algo que este mal, se vayan de vacaciones. Atlas: Atlas era hijo del titán Japeto (hijo de Urano y Gea) y la ninfa Climene, y hermano de Prometeo, Epimeteo y Menecio.Atlas fue el jefe de los Titanes en la Titanomaquia, aquellas batallas libradas antes de la existencia del hombre en la tierra, Los Titanes lucharon contra los Olímpicos durante once años en esta guerra también conocida como la batalla de los titanes. Finalmente, los titanes fueron derrotados y Zeus castigo a Atlas obligándolo a cargar el peso de los cielos sobre sus hombros, lo cual robaba de gemidos de dolor del joven titán, incluso a pesar de su extraordinaria fuerza. Atlas reino en Arcadia y en el noroeste de África, donde tenía su preciado árbol de hojas y frutas doradas, las famosas manzanas doradas que Gea dio como regalo de boda a Zeus y Hera y que gran protagonismo se han ganado en la mitología griega. Atlas se casó con Hesperis y tuvo seis hijas conocidas como las Hespérides o Atlantides, quienes cuidaban del famoso Jardín de frutos y animales de oro. Cuenta el mito que el Héroe Perseo visito su reino luego de matar a medusa, donde se presentó como hijo de Zeus y pidió hospitalidad a Atlas. Pero este recordó que una profecía le había dicho que un hijo de Zeus le quitaría sus riquezas, incluyendo su querido jardín, el cual estaba rodeado de murallas y con un dragón centinela. Pero de todas formas, sintiéndose amenazado por Perseo, le negó su petición. El héroe no acepto la negatividad y
  • 2. sostuvo la cabeza de Medusa ante los ojos del titán, convirtiéndole en una enorme piedra a la que se llamó Cordillera del Atlas, cuyas montañas eran tan altas que tocaban el cielo. Sin embargo, otra versión dice que fue Heracles quien engaño a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro del jardín de las Hespérides como parte de sus doce trabajos. Pero sea como sea, la historia de Atlas es un mito mezclado con verdad pues se cree que Atlas fue un mítico rey de Mauritania, en Libia; era un sabio filósofo y matemático y extraordinario astrologo que descubrió la esfericidad de las estrellas y desarrolló el primer globo celeste. Por esta razón es posible que haya nacido el mito, convirtiéndose al rey en un personaje fantástico que cargaba el firmamento sobre sus Hombros. Sísifo: Era hijo de Eolo y Enarete, y marido de Mérope. De acuerdo con algunas fuentes (posteriores), fue el padre de Odiseo con Anticlea, antes de que ésta se casase con su último marido, Laertes. Fue rey de Corinto. Fue promotor de la navegación y el comercio, pero también avaro y mentiroso. Recurrió a medios ilícitos, entre los que se contaba el asesinato de viajeros y caminantes, para incrementar su riqueza. Desde los tiempos de Homero, Sísifo tuvo fama de ser el más astuto y sabio de los hombres. Reinaba en la ciudad de Corinto, que había sido fundada por él, aunque con el nombre de Éfira. Rodeó toda la ciudad con grandes murallas para obligar a los viajeros a pagarle abundantes tributos cuando pasaban por allí. Su gran inteligencia le sirvió para obtener múltiples beneficios en todos los aspectos de la vida, pero la falta de ética de algunos de sus actos, le valió, en determinados momentos y circunstancias, la consideración de ladrón o malhechor. La muerte de Sísifo sobrevino a causa de un castigo divino, resulta de la siguiente forma: Zeus raptó una vez, como tantas otras, a la bella Egina, para poseerla. Buscándola, su padre, Asopo, pasó por Corinto donde intentó que Sísifo le ayudara a encontrarla o al menos, le indicase alguna pista para localizarla. Ante esto, Sísifo, que había visto a Zeus escapar con Egina, indicó a Asopo que le diría el nombre del raptor de su hija a cambio de que hiciese nacer una fuente en los reinos de Sísifo, y así fue (Asopo pudo hacer brotar el agua porque era un dios - río). Enojadísimo Zeus por tal acción condenó a Sísifo a la muerte, enviándole a Tánatos. Cuando Tánatos fue a buscarle, Sísifo le puso grilletes, por lo que nadie murió hasta que Ares vino, liberó a Tánatos, y puso a Sísifo bajo su custodia en el inframundo. Pero Sísifo aún no había agotado todos sus recursos: antes de morir le dijo a su esposa que cuando él se marchase no ofreciera el sacrificio habitual a los muertos y ésta así lo hizo, así que en el infierno se quejó de que su esposa no estaba cumpliendo con sus deberes, y
  • 3. convenció a Hades para que le permitiese volver al mundo superior y así castigarla. Pero cuando estuvo de nuevo en Corinto, rehusó volver de forma alguna al inframundo, viviendo varios años más en la tierra hasta que fue devuelto a la fuerza por Hermes. En el infierno, Sísifo fue obligado a cumplir su castigo, que consistía en empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio, una y otra vez. Según algunos, había revelado los designios de los dioses a los mortales. Albert Camus menciona poéticamente que la razón de su castigo obedece a su ligereza para con los dioses, revelando sus secretos y prefiriendo "la bendición del agua a los rayos celestes". De acuerdo con otros, se debió a su hábito de atacar y asesinar viajeros Procusto: Era un bandido y posadero del Ática (o según otras versiones a las afueras de Eleusis). Se le consideraba hijo de Poseidón, y en algunas versiones era un gigante. Procusto tenía su casa en las colinas, donde ofrecía posada al viajero solitario. Allí lo invitaba a tumbarse en una cama de hierro donde, mientras el viajero dormía, lo amordazaba y ataba a las cuatro esquinas del lecho. Si la víctima era alta y su cuerpo era más largo que la cama, procedía a serrar las partes de su cuerpo que sobresalían: los pies y las manos o la cabeza. Si por el contrario era de menor longitud de la cama, lo descoyuntaba a martillazos hasta estirarla (de aquí viene su nombre). Según otras versiones, nadie coincidía jamás con el tamaño de la cama porque Procusto poseía dos camas, una exageradamente larga y otra exageradamente corta. Procusto continuó con su reinado de terror hasta que se encontró con el héroe Teseo, quien invirtió el juego retando a Procusto a comprobar si su propio cuerpo encajaba con el tamaño de la cama. Cuando el posadero se hubo tumbado, Teseo lo amordazó y ató a la cama y, allí, lo torturó para «ajustarlo» como él hacía a los viajeros, cortándole a hachazos los pies y, finalmente, la cabeza. Matar a Procusto fue la última aventura de Teseo en su viaje desde Trecén (su aldea natal delPeloponeso) hasta Atenas. Tántalo: En la mitología griega, Tántalo era un hijo de Zeus y la oceánide Pluto, rey de Frigia (Asia Menor). Se convirtió en uno de los habitantes del Tártaro, la parte más profunda del Inframundo, reservada al castigo de los malvados. Se conoce a Tántalo por haber sido invitado por Zeus a la mesa de los dioses en el Olimpo. Jactándose de ello entre los mortales, fue revelando los secretos que había oído en la mesa y, no contento con eso, robó algo de néctar y ambrosía y lo repartió entre sus amigos.
  • 4. Tántalo quiso corresponder a los dioses y les invitó a un banquete que organizó en el monte Sípilo. Cuando la comida empezó a escasear, decidió ofrecer a su hijo Pélope. En lo que constituye un arquetípico rito de iniciación chamánica, descuartizó al muchacho, coció sus miembros y los sirvió a los invitados. Los dioses, que habían sido advertidos, evitaron tocar la ofrenda. Sólo Deméter, trastocada por la reciente pérdida de su hija Perséfone, «no se percató de lo que era» se comió el hombro izquierdo del desdichado. Zeus ordenó a Hermes que reconstruyera el cuerpo de Pélope y lo volviera a cocer en un caldero mágico, sustituyendo su hombro por uno forjado de marfil de delfín, hecho por Hefesto y ofrecido por Deméter. Lasmoiras le dieron vida de nuevo y así obtuvo nuevas cualidades. Para reforzar su iniciación en los misterios divinos, Poseidón secuestró al nuevo Pélope y lo llevó al Olimpo, haciéndolo su amante. Un último crimen terminó por colmar la paciencia de los dioses: cuando Pandáreo robó el mastín de oro -que le había hecho Cronos a Rea para que cuidara del recién nacido Zeus -y se lo dio a Tántalo para que lo ocultara. Una vez pasada la alarma inicial sin que se supiera nada del perro, Pandáreo le pidió que se lo devolviera, pero Tántalo le juró por Zeus que nunca había oído hablar de él (otra versión invierte los papeles y hace de Tántalo el ladrón y de Pandáreo el ocultador). Escandalizado Zeus por el perjurio o por el robo aplastó a Tántalo con una roca que pendía del monte Sípilo y arruinó su reino. Después de muerto, Tántalo fue eternamente torturado en el Tártaro por los crímenes que había cometido. En lo que actualmente es un ejemplo proverbial de tentación sin satisfacción, su castigo consistió en estar en un lago con el agua a la altura de la barbilla (otras versiones del mito se refieren a la rodilla ó la cadera), bajo un árbol de ramas bajas repletas de frutas. Cada vez que Tántalo, desesperado por el hambre o la sed, intenta tomar una fruta o sorber algo de agua, éstos se retiran inmediatamente de su alcance. Además pende sobre él una enorme roca oscilante que amenaza con aplastarle. Pélope: Ya adulto, Pélope quiso casarse con Hipodamía. El padre de ella, Enómao, rey de Pisa o de Olimpia, había matado a treinta pretendientes de la joven tras vencerlos en una carrera de carros. Había hecho esto porque la amaba para sí o, alternativamente, porque una profecía afirmaba que moriría a manos de su yerno. Pélope fue a pedir la mano de Hipodamía y se preparó para competir con Enómao. Preocupado por si perdía, Pélope fue a la orilla del mar e invocó a Poseidón, su antiguo amante, y, recordándole su amor (los «dulces regalos de Afrodita»), le pidió ayuda. Sonriendo, Poseidón hizo aparecer un carro tirado por caballos alados. Aún inseguro de sí mismo, Pélope (o la propia Hipodamía) convenció al auriga de Enómao, Mírtilo, para que le ayudase a ganar, prometiéndole la mitad del reino y la primera noche en el lecho de Hipodamía. La noche anterior a la carrera, al montar el carro, Mírtilo cambió las pezoneras de bronce que sujetaban las ruedas al eje por unas falsas fabricadas con cera de abeja. La carrera comenzó y discurrió durante mucho tiempo. Pero justo cuando Enómao estaba alcanzando
  • 5. a Pélope y preparándose para matarlo, las ruedas se soltaron y el carro se rompió. Mírtilo sobrevivió, pero Enómao fue arrastrado por sus caballos hasta morir. Pélope mató entonces a Mírtilo, porque éste había intentado violar a Hipodamía. Cuanto moría, Mírtilo maldijo a Pélope por su traición, y la maldición se cumplió: dos de los hijos de Pélope e Hipodamía, Atreo y Tiestes, mataron a un tercero, Crisipo, que era su favorito y que iba a heredar el reino. Atreo y Tiestes fueron desterrados junto con Hipodamía, su madre, quien entonces se ahorcó. La maldición también alcanzó a sus hijos, nietos y bisnietos, incluyendo a Agamenón,Egisto, Menelao y Orestes. Más tarde, Pélope controló todo el Peloponeso. Durante la Guerra de Troya, los huesos de Pélope fueron llevados a esa ciudad por los griegos, pues un oráculo había dicho que serían capaces de ganar si lo hacían. Ícaro: En la mitología griega, Ícaro es hijo del arquitecto Dédalo, constructor del laberinto de Creta, y de una esclava. Fue encarcelado junto a su padre en una torre de Creta por el rey de la isla, Minos. Dédalo consiguió escapar de su prisión, pero no podía abandonar la isla por mar, ya que el rey mantenía una estrecha vigilancia sobre todos los veleros, y no permitía que ninguno navegase sin ser cuidadosamente registrado. Dado que Minos, el rey, controlaba la tierra y el mar, Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo Ícaro. Enlazó plumas entre sí empezando por las más pequeñas y añadiendo otras cada vez más largas, para formar así una superficie mayor. Aseguró las más grandes con hilo y las más pequeñas con cera, y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro. Ícaro, su hijo, observaba a su padre y a veces corría a recoger del suelo las plumas que el viento se había llevado, y tomando cera la trabajaba con sus dedos, entorpeciendo con sus juegos la labor de su padre. Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Entonces padre e hijo echaron a volar. Pasaron las islas de Samaos, Delos y Lebintos, y entonces el muchacho comenzó a ascender como si quisiese llegar al paraíso. No obstante las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se elevó por los aires desobediendo a Dédalo quien no pudo impedirlo. Además, Ícaro se sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía. Se acercó demasiado al sol, y el calor que había derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que las perdió. El desdichado y temerario joven acabó precipitándose en el mar, donde murió. Por eso, desde entonces ese mar se conoció como El Mar de Icaria.
  • 6. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar. Su padre lloró y lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar del mar en el que Ícaro había caído Icaria en su memoria. Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia bajo el cuidado del rey Cócalo, donde construyó un templo a Apolo en el que colgó sus alas como ofrenda al dios. Prometeo: En la mitología griega, Prometeoes el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo. Prometeo era hijo de Jápeto y la oceánide Asia o de la también oceánide Clímene. Era hermano de Atlas, Epimeteo y Menecio, a los que superaba en astucia y engaños. No tenía miedo alguno a los dioses, y ridiculizó a Zeus y a su poca perspicacia. Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen. Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego. Prometeo decidió robarlo, así que subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios o de la forja de Hefesto, y lo consiguió devolver a los hombres en el tallo de una cañaheja, que arde lentamente y resulta muy apropiado para este fin. De esta forma la humanidad pudo calentarse. Para vengarse por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de arcilla llamada Pandora. Zeus le infundió vida y la envió por medio de Hermes al hermano de Prometeo: Epimeteo, en cuya casa se encontraba la jarra que contenía todas las desgracias (plagas, dolor, pobreza, crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la humanidad. Epimeteo se casó con ella para aplacar la ira de Zeus por haberla rechazado una primera vez a causa de las advertencias de su hermano para que no aceptase ningún regalo de los dioses y quien en castigo sería encadenado. Pandora terminaría abriendo el ánfora, tal y como Zeus había previsto. Tras vengarse así de la humanidad, Zeus se vengó también de Prometeo e hizo que lo llevaran al Cáucaso, donde fue encadenado por Hefesto. Zeus envió un águila (hija de los monstruos Tifón y Equidna) para que se comiera el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecerle cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y lo liberó disparando una flecha al águila.
  • 7. Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, al proporcionar la liberación más gloria a Heracles, quien era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado. Pandora: Zeus ordenó que Hefesto modelara una imagen con arcilla, con figura de encantadora doncella, semejante en belleza a las inmortales, y le infundiera vida. Pero, mientras que a Afrodita le mandó otorgarle gracia y sensualidad, y a Atenea concederle el dominio de las artes relacionadas con el telar y adornarla, junto a lasGracias y las Horas con diversos atavíos, a Hermes le encargó sembrar en su ánimo mentiras, seducción y un carácter inconstante. Ello, con el fin de configurar un "bello mal", un don tal que los hombres se alegren al recibirlo, aceptando en realidad un sinnúmero de desgracias. Según Los Trabajos y Los Días de Hesíodo, había una jarra que contenía todos los males. Pandora apenas la vio, la abrió y dejó que los males inundaran la tierra. Para cuando logró cerrar la jarra, lo único que quedaba adentro era la esperanza, por lo que los humanos no la recibieron. De este mito proviene la expresión ‘abrir la caja de Pandora’. En esta tradición, Pandora representa la perdición de la humanidad al igual que Eva.