Este poema describe a Moquegua como una tierra adornada de montañas y ríos, coronada tres veces como benemérita del Perú. Celebra la belleza de Moquegua y Samegua bajo el cielo azul, y conmemora a figuras históricas como José Carlos Mariátegui y Domingo Nieto que brillan como monumentos de la región. El poema finaliza expresando que los versos floridos se envían a Moquegua, la esmeralda primaveral, para cantarle a Santa Fortunata por los milagros que trae