La virtud de una mujer se describe en tres aspectos: 1) Su comportamiento debe reflejar valores internos como el espíritu afable y la paz interior, más que la apariencia externa. 2) Debe procurar el bienestar de su familia a través del trabajo en el hogar con sabiduría, diligencia y eficiencia. 3) Reconoce que su propósito viene de Dios y se prepara espiritualmente para llevar a cabo Sus planes.