Napoleón invadió Rusia en 1812 con el mayor ejército jamás formado hasta entonces, conocido como La Grande Armée, compuesto por 691,500 hombres de varios países europeos. Aunque capturó Moscú, el ejército ruso se negó a rendirse y el invierno extremadamente frío diezmó a las tropas francesas, que se vieron reducidas a solo 58,000 hombres para cuando Napoleón se retiró, marcando el comienzo del declive de su poder.