El poema anima al lector a no rendirse y a seguir adelante a pesar de los obstáculos. Aconseja aceptar las propias sombras y miedos, dejar atrás el lastre, y retomar el vuelo. Aunque haya frío o miedo, o el sol se oculte, la vida es del lector y de sus deseos. Cada día es una nueva oportunidad para vivir la vida, aceptar los retos, extender las manos y volver a intentarlo.