Este documento discute cómo la edad es una construcción mental y no necesariamente una realidad física. Sugiere que las personas envejecen cuando se cierran a nuevas ideas, se preocupan demás por sí mismas y dejan de luchar. También propone que la edad mejora a las personas buenas como los buenos vinos, y que envejecer con sabiduría no es realmente envejecer. Concluye diciendo que la vida no es corta, sino que las personas a menudo permanecen muertas en vida demasiado tiempo.