1. Mi Señor Padre eterno,
Fuente de todo consuelo,
Te ruego por los hijos
Que me has regalado.
Tú que ya pensaste en ellos
Antes de la creación del mundo
Y que les quieres mucho más que yo,
Bendícelos siempre,
Envía a tus ángeles
Para que sus pies no tropiecen
Y no les dejes caer en la tentación.
Mi Señor Jesucristo,
Que quisiste nacer en una familia,
Por tu bendita Madre,
Que tanto sufrió al verte en la Cruz,
Apiádate de mis lágrimas
Y concede a mis hijos
La fe que vale más que el oro
Y la vida eterna.
Mi Señor Espíritu Santo,
Sé para ellos
Brisa suave que alivie sus penas,
Fuego que arda en sus corazones
Y Maestro que les enseñe a orar,
Para que nunca se desvíen
Del camino que lleva al cielo
Y un día podamos sentarnos juntos
En el banquete del Reino
Que dura para siempre.
Amén.
2.
3. Señor, Padre todopoderoso,
te damos gracias por habernos dado estos hijos.
Es una alegría para nosotros,
y las preocupaciones,
temores y fatigas
que nos cuestan,
las aceptamos con serenidad.
Ayúdanos a amarlos sinceramente.
A través nuestro has hecho surgir vida;
desde toda la eternidad
tú los conocías y amabas.
Danos sabiduría para guiarlos
paciencia para instruirlos
vigilancia para
acostumbrarlos al bien
mediante nuestro ejemplo.
Fortaleces nuestro amor
para corregirlos
y hacerlos más buenos.
Es tan difícil a veces comprenderlos
ser como ellos nos desean,
ayudarlos a hacer su camino.
Enséñanos tú Padre
bueno por los méritos de Jesús
tu Hijo y Señor nuestro. Amén
4. Heme aquí que llevo en mi seno a un niño pequeñito,
débil y vulnerable, que ya va transformando todo mi
cuerpo y mi corazón.
Gracias por habérmelo confiado, gracias por permitirle
acogerlo. Como María acogió a Jesús en el día de la
anunciación.
Gracias por permitirme acogerlo como mi Madre me
acogió cuando descubrió mi presencia en lo más íntimo
de sí misma.
Padre Bueno que nos amas, estoy maravillada ante esta
vida tan secreta y palpitante, tan frágil y llena de
promesas. Gracias por haberme dado los ojos del
corazón que me permiten desde ahora ver a mi hijo.
Cuando todavía no es visible.
Padre lleno de bondad, ayúdame a hacer cada día lo que
puedo hacer para que este pequeñito sea feliz. Te pido,
Padre de todas las gracias, poder transmitir a este hijo
toda la fe, toda la esperanza, todo el amor, que llevo en mi
corazón.
Por último, con mi hijo que antes que nada es tuyo, te
pido padre, mantenernos bajo tu protección. Ahora y por
siempre.
Amen.