El violinista Paganini dio un concierto donde sus cuerdas del violín se rompieron una tras otra durante su interpretación, pero él continuó tocando sin detenerse utilizando solo la cuerda que le quedaba, asombrando al público y la orquesta con su habilidad. La historia enseña que se debe continuar adelante a pesar de las dificultades, como Paganini hizo al tocar con una sola cuerda.