Este documento presenta dos lecturas bíblicas. La primera lectura del Salmo 139 describe cómo Dios conoce perfectamente todos los detalles de la vida de una persona, incluidos sus pensamientos y caminos. La segunda lectura de Hechos 15 explica que el concilio en Jerusalén decidió que los gentiles conversos no necesitaban seguir la ley judía, pero debían abstenerse de la idolatría, la fornicación y la carne con sangre. El documento concluye que es un consuelo saber que a pesar de los misterios de la vida, Dios
1. ¡Elemental!
Lectura:
Salmo 139:1-6
“Dice el Señor, que hace conocer todo
esto desde tiempos antiguos”
— Hechos 15:18
2. En un reciente viaje a Londres subimos por la salida de la estación del metro que da a la Calle
Baker, donde nos dio la bienvenida una estatua de tamaño natural del legendario detective
Sherlock Holmes. Creado por el novelista Sir Arthur Conan Doyle, Holmes era un genio
investigador quien rutinariamente podía evaluar pistas aparentemente al azar y resolver el
misterio.
Desconcertado por la asombrosa brillantez, su compañero, el Dr. Watson, pedía una explicación, a
lo que Holmes respondía con mucha labia: «¡Elemental!», y luego procedía a revelar la solución.
Sería maravilloso que la vida funcionase así. Muy a menudo, enfrentamos eventos y
circunstancias que son mucho más desconcertantes que un misterio de Sherlock Holmes.
Luchamos por resolver nuestra vida, pero siempre parecemos quedarnos cortos.
En momentos como éstos, es consolador saber que tenemos un Dios que no necesita evaluar la
situación -Él ya lo sabe todo perfectamente. En Hechos 15:18 leemos: «Dice el Señor, que hace
conocer todo esto desde tiempos antiguos». Él nunca tiene que preguntarse o recurrir al
razonamiento inductivo.
A pesar de nuestra naturaleza finita, nuestras vidas descansan en las manos de Aquel que sabe
todos los qué, porqué, y cuándo que alguna vez enfrentaremos. Al confiar en el Señor, Él nos
guiará en el camino que desea que tomemos -y Su camino nunca es el equivocado.
3. Reflexión:
En un mundo de misterio, es un
consuelo conocer al Dios que sabe
todas las cosas.
4. Lectura Bíblica:
Salmos 139: 1-6 Omnipresencia y omnisciencia de Dios
O
1
Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has
entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos
e
te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
5
Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado
maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.
Hechos 15: 18-21 El concilio en Jerusalén
E
1 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. 19 Por lo cual yo juzgo
18
D
q
que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se
a
aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.
d d
21
Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las
sinagogas, donde es leído cada día de reposo.
Reina Valera Revisada (1960). 1998 (electrónica ed.) . Sociedades Bíblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir.
Salmos
1
139.1–5 Algunas veces no consentimos en que la gente nos llegue a conocer por completo
porque tememos que descubran algo nuestro que no les guste. No obstante, Dios ya conoce
todo acerca de nosotros y aun el número de los cabellos que tenemos en la cabeza ( Mateo
1
10.30 ). Está con nosotros en cada situación, en cada prueba, nos protege, ama, dirige. Nos
conoce y ama a plenitud.
Hechos
1
15.20 , 21 Los gentiles creyentes no tenían que someterse a la Ley judía de la
2
circuncisión, en cambio el concilio les pidió apartarse de la idolatría, de fornicación (parte
común de la adoración idólatra) y de comer carne de animales sin desangrar (reflejando la
enseñanza bíblica de que la vida está en la sangre; Levítico 17.14 ). Si los cristianos
L
gentiles se hubieran abstenido de estas tres prácticas, habrían complacido a Dios y habrían
logrado una mejor relación con los cristianos judíos. Es cierto que también hubo otras
actitudes indebidas en los creyentes, pero los judíos estaban especialmente preocupados
por estas tres. Este compromiso ayudó a la iglesia a crecer con libertad entre las diferencias
culturales de judíos y gentiles. Cuando anunciamos nuestro mensaje enfrentando
limitaciones culturales y económicas, debemos asegurarnos de que Dios, y no la gente,
establezca los requisitos de la fe.