Este documento cuenta la historia de un joven con un carácter impulsivo que se enoja fácilmente y luego se arrepiente. Un consejero le da un papel y le dice que lo arrugue, luego intente dejarlo liso de nuevo, mostrando que las acciones impulsivas dejan marcas imborrables como las arrugas en el papel. El consejero explica que los corazones de las personas son como ese papel, y las palabras dichas con enojo dejan cicatrices difíciles de borrar. El joven aprende a ser más