Este proyecto piloto en Brasil provee energía renovable a 1,000 familias pobres a través de paneles solares y turbinas eólicas. El excedente de energía generada se vende a la red eléctrica, proporcionando ingresos a las familias y fondos para mejoras comunitarias como atención médica y educación. El proyecto demuestra que la energía renovable puede abordar la pobreza energética y traer beneficios económicos a comunidades rurales aisladas.