El documento habla sobre el nacimiento de nuevo a través de Cristo. Explica que todos somos pecadores por naturaleza y merecemos el castigo de Dios, pero que Él ofrece vida eterna a través de su Hijo. Aquellos que creen en Cristo no están condenados, mientras que los que no creen ya están condenados. Dios desea que seamos sus hijos, no que nos condene. Se debe creer en Cristo con el corazón, no solo de mente. El documento invita a reflexionar sobre la propia actitud hacia Cristo.