El anciano dio respuestas diferentes a dos jóvenes que preguntaron sobre los habitantes de la ciudad dependiendo de las experiencias pasadas de cada uno. Al primer joven, que venía de un lugar con gente egoísta y malvada, el anciano le dijo que los habitantes de esa ciudad también lo eran. Pero al segundo joven, que venía de un lugar con gente buena, el anciano le aseguró que los habitantes de esa ciudad también lo eran. El anciano explicó que cada uno encuentra lo que espera encontrar basado en lo que lleva dentro.