La pila de níquel-cadmio (NiCd) se desarrolló en los años 1970 como una variante de la pila de níquel e hidrógeno. Se compone de un electrodo positivo de hidróxido de cadmio y un electrodo negativo de hidróxido de níquel. Es recargable y liviana pero contiene cadmio que es tóxico. La pila de níquel-metal hidruro (NiMH) se desarrolló en 1989 como una alternativa sin cadmio a la NiCd.