El poema expresa la pregunta de por qué el autor quiere a la Virgen del Rocío si no participa en las tradiciones asociadas con ella, como ir a pie, montar a caballo, o cantar. Un almonteño rociero le dice que lo llevará al santuario para que la vea, y cuando la mira frente a frente con lágrimas en los ojos, su corazón late más rápido y ahora entiende por qué quiere a la Virgen del Rocío.